Apuntes para repensar la educación técnica en la Argentina

Quienes transitamos a diario por la educación técnico profesional (ETP) como docentes, enfrentamos en nuestro quehacer cotidiano una serie de problemas que resultan, no solo recurrentes, sino que también son de intensidad creciente. A su vez, a quienes oportunamente lo hicimos como estudiantes –quien escribe el presente se recibió de técnico mecánico electricista cursando entre 1991 y 1996– nos resulta muy difícil no comparar el viejo sistema del CONET con el actual. Y tratando de mantener el mayor nivel de rigurosidad posible, al tiempo que se pretende alejarse de toda nostalgia, intentaremos abordar las diferencias estructurales y de funcionamiento que deberían resultar un insumo fundamental para la toma de decisiones que generen un modelo de formación técnica que fue, es y será perfectible, pero que, no obstante, permita recuperar habilidades y saberes que dejó olvidados el tránsito por los diferentes modelos recientes de educación técnica.

No analizaremos el periodo de vigencia del sistema polimodal, pues fue a todas luces destructivo de la formación técnica en general. Nos centraremos en algunos aspectos comparativos entre aquella educación técnica que se brindaba en épocas del CONET –que podría tener aspectos cuestionables y a mejorar– y la actual formación, que es resultado del intento de reconstruir dicha educación técnica pos-polimodal. En el presente analizaremos algunos elementos puntuales que entendemos son condicionantes del desarrollo diario de la ETP en la actualidad. Es importante hacer la siguiente consideración: comparativamente, tanto en el pasado como en la actualidad, las principales diferencias entre una escuela técnica y una no técnica en cuanto a caudal de conocimientos –en parte basado en la mayor carga horaria, fruto de la doble jornada– eran y son:

  1. los conocimientos específicos relacionados con interpretación y realización de planos –principalmente por la carga horaria de dibujo técnico– de los que carece un estudiante de escuela media no técnica;
  2. el mayor caudal de conocimientos asociados a ciencias duras, matemáticas, física y en menor medida –salvo carreras específicas– química –principalmente por la mayor carga horaria de esas materias– respecto de la formación no técnica;
  3. los conocimientos específicos relacionados con aprendizaje de oficios, carpintería, electricidad, ajuste metalmecánico, manejo de máquinas herramientas, tornos, limadoras, fresadoras, rectificadoras, soldadura, herrería, moldeo, hojalatería, etcétera.

Existe en consecuencia una relación de causalidad entre el caudal de conocimientos mencionados y la carga horaria de las materias que los transmiten.

 

Cambio de la carga anual entre primaria y secundaria

En la vigencia del modelo pre-polimodal, la educación primaria era de siete años y la secundaria técnica de seis años –se ingresaba al secundario con 12 o 13 años– mientras que en la actualidad la educación primaria es de seis años y la secundaria técnica de siete –se ingresa al secundario con 11 o 12 años. El nivel de madurez intelectual –para introducirse en el mundo técnico– así como la madurez física –para aprender y ejercer oficios– resultan menos adecuadas que en el viejo modelo. Las dificultades que presenta el aprendizaje de los contenidos de la materia físico química de segundo año –la cursan chicas y chicos de 12 y 13 años– es de los ejemplos más acabados.

 

Hora cátedra versus módulo

Es sabido que la principal diferencia entre la educación técnica y la no técnica de nivel secundario es que la primera es de doble jornada. Las y los estudiantes tuvieron y tienen teoría en un turno y taller en el otro. Tomaremos como ejemplo la jornada completa de estudiantes de una escuela que asistían a taller en el turno mañana y teoría en el turno tarde en el viejo modelo. El horario era: tres veces por semana taller de 7:45 a 11:00, con un recreo de 15 minutos en el medio; y teoría todos los días de 13:00 a 17:20, con dos recreos de 10 minutos. En el Cuadro 1 se evidencia que, en el caso de teoría, había horas cátedra de 40 minutos. En la actualidad, ya instaurada la cursada –a partir de segundo año, porque en primero hay menos carga horaria de taller que en segundo y tercero– la distribución es dos veces por semana taller, de 7:45 a 11:45, con un recreo de 15 minutos medio, y teoría todos los días de 13:00 a 17:10, con un recreo de 10 minutos, con la distribución horaria descrita en el Cuadro 2.

Una gran dificultad que los docentes enfrentamos en la actualidad es la imposibilidad para que los y las estudiantes presten atención, mantengan un aceptable nivel de concentración y no se agoten. Claramente ello resultaba mucho más factible dictando materias de una hora y 20 minutos de duración –en el viejo modelo– que en la actualidad, con materias de dos horas de duración. Quienes cursaron alguna carrera universitaria pueden dar fe de que resulta extenuante una jornada de 3:40 horas de cursada con un recreo de 20 minutos. Resulta una verdad de Perogrullo pensar que si a un adulto que estudia algo que en principio elige –a la universidad se va por elección, a la escuela secundaria por obligación– le resulta difícil sostener una cursada de cuatro horas, a las o los preadolescentes y adolescentes –o inclusive niños o niñas, porque a primer año entran con 11 o 12 años– cursar cuatro horas de corrido con un solo recreo de 10 minutos les resultará mucho más agotador.

 

La reconversión de dibujo técnico en lenguaje tecnológico

Uno de los cambios más importantes –y con resultados negativos, a juicio de quien escribe– es la conversión de Dibujo Técnico como materia de teoría con una frecuencia de dos veces por semana, con carga horaria total semanal de 160 minutos, a la modalidad actual de lenguaje tecnológico como materia de taller de dos horas semanales, que incluye otros conocimientos además de los específicos de dibujo, como se mencionará. Esto generó múltiples deficiencias en la formación de futuros técnicos, que se evidencian en la imposibilidad de alcanzar los niveles de pericia en la elaboración o la interpretación de planos. Y esto se debe a múltiples factores: en principio, los talleres no son adecuados para dibujar, y la mayoría de las escuelas se ven obligadas a dictar una materia que entre otras habilidades demanda precisión y prolijidad en espacios áulicos en donde se desarrollan talleres de otras materias; las superficies no son adecuadas, la comodidad no es adecuada, la limpieza del espacio no es adecuada, así como generalmente la iluminación tampoco lo es, entre otros muchos obstáculos.

La noción de lenguaje tecnológico incluye –según el diseño curricular– un conjunto de saberes necesarios que restan tiempo al aprendizaje del dibujo técnico en sí mismo. En primer año, por ejemplo, debe abordarse el aprendizaje de software genéricos o específicos relacionados con procesadores de texto y planillas de cálculo, entre otros saberes.

 

Cambios en la organización de los aprendizajes del ciclo básico en tanto oficios

En el modelo del CONET, las y los estudiantes que tenían taller tres veces por semana tres horas por día y rotaban en forma trimestral –o bimestral– por las diferentes secciones donde aprendían las bases de cada oficio. Ejemplo: en el primer trimestre del primer año estaban en Ajuste –donde mayoritariamente hacían un martillo– aprendiendo el uso de herramental para trazado y medición, además de las tareas propias de ajuste en el trabajo con metal –en este caso con acero; en el segundo trimestre pasaban por carpintería –donde mayoritariamente hacían un banquito– aprendiendo las habilidades necesarias básicas relacionadas con el trabajo en madera; por último, en el tercer trimestre iban a electricidad, donde tenían una primera aproximación a dicha rama de la física, realizando como tarea final algún tipo de tablero de prueba. Se garantizaba con ese modelo organizativo tres horas diarias y tres veces por semana, durante tres meses –108 horas de formación– por cada uno de los oficios que se emprendieran, según la especialidad de la escuela –o en su defecto, algunos eran de dos meses: 72 horas de formación. Un o una estudiante podía ser mejor o peor en un oficio determinado, pero se garantizaba pura y exclusivamente el aprendizaje de las bases de un oficio con la carga horaria de formación en un trimestre.

En la actualidad, donde la carga horaria es relativamente inferior –6 horas semanales en primer año y 8 en segundo y tercero– y a partir de segundo año 2 horas son destinadas a lenguaje tecnológico y otras 2 a sistemas tecnológicos que solo en parte del año incluyen algún trabajo que no ronda el abordaje de temas teóricos. Es decir que la formación técnica específica que implica aprendizaje de oficios se da en procedimientos tecnológicos cuya carga horaria en primer año es una vez por semana 2 horas, en segundo dos veces por semana 2 horas, y en tercero una vez por semana 2 horas.

En el modelo del CONET, al finalizar el ciclo básico un o una estudiante tenía 108 horas trimestrales de formación en oficios durante tres años, completando 972 horas de aprendizajes de oficios puros y duros que incluían, al menos en el caso particular de quien escribe, un aprendizaje profundo de electricidad en por lo menos un trimestre de cada año, un aprendizaje profundo de ajuste –por lo menos dos trimestres– y luego hojalatería, aprendizaje de las bases de carpintería, moldeo, fundición, soldadura, herrería, además del manejo básico de máquinas herramientas como tornos, limadoras y rectificadoras que luego se profundizaría en el ciclo superior. Todo esto –no está de más decirlo– acompañado de profundos conocimientos relacionados con el mantenimiento y la limpieza tanto del espacio de trabajo, como del herramental o máquina que se usara, además de normas básicas de seguridad en el trabajo.

A su vez, otro inconveniente es la frecuencia semanal de las materias: las y los estudiantes en la actualidad tienen en primer año una vez por semana lenguaje tecnológico, una vez por semana sistemas tecnológicos y una vez por semana procedimientos tecnológicos. En segundo año tienen una vez por semana lenguaje tecnológico, una sistemas tecnológicos y dos procedimientos tecnológicos. Y en tercero se repite la carga horaria de segundo, pero son dos veces por semana sistemas y una vez procedimientos.

No está de más considerar también, para comprender la problemática, que por las formas en que se gestiona la toma de horas, con frecuencia las materias de dos veces por semana –como procedimientos en segundo, o sistemas en tercero– pueden estar dadas por el mismo o la misma docente en dos días diferentes, o dos docentes diferentes en el mismo día o en días diferentes, agregando además que, como los cursos suelen dividirse en dos grupos por la responsabilidad que entraña el cuidado de preadolescentes en un taller, puede haber hasta cuatro docentes dictando procedimientos en segundo y cuatro dando sistemas en tercero.

En resumen de esta última parte, mientras que un o una estudiante en el viejo modelo CONET durante un trimestre asistía tres veces por semana a aprender las artes básicas de un oficio, lo que daba como resultado que transcurrido ese tiempo esa o ese estudiante aprendiera todo lo que la carga horaria, sus ganas, sus habilidades y sus preferencias le permitieran sobre un oficio, terminando algún proyecto –un martillo, una escuadra, un banquito, un gramil–, un o una estudiante en la actualidad inicia un proyecto a principio de año –por ejemplo, el martillo en segundo año– y termina en teoría ese proyecto a fin de año, con una frecuencia de aprendizaje de una o dos veces por semana como máximo.

 

Recursos económicos disponibles

Hay en la actualidad una especia de regla tácita que viene desde el inicio del intento de reconstrucción de la escuela técnica post sanción de la Ley 26.058 de ETP: “dado el aumento garantizado por ley de los recursos destinados a educación técnica, no se le puede ni debe exigir recursos económicos a los y las estudiantes para la compra de materiales y herramental”. Pero lo cierto es que la distribución de recursos que el Estado en sus diferentes niveles hace a las escuelas deja montos muy bajos para adquisición de materiales per cápita. Si se pretende hacer dos o tres proyectos por año, un promedio de $300 a $500 por estudiante por año resultará a todas luces insuficiente. Dado el actual contexto económico, resulta absurdo pensar que se le puede exigir a una familia la compra de materiales y herramientas, pero en la forma en la que se desenvuelve el actual sistema está vedada la posibilidad de crear sistemas innovadores mixtos de gestión de recursos públicos y familiares a los fines de adquirir los materiales necesarios para el trabajo en el taller.

 

Conclusión

En la actualidad, la ETP tiene un conjunto de problemas que se evidencian en un menor nivel de formación de técnicas o técnicos que egresan anualmente de nuestras escuelas. Resta analizar el impacto en el proceso de aprendizaje que genera que las actuales generaciones de niños y niñas que ingresan a las escuelas técnicas tengan un perfil más digital respecto del que tenían las generaciones que cursaron en la época de imperio del CONET, aguda tesis no desdeñable arriesgada por el profesor David Ritter y que excede los fines del presente. Pero lo cierto es que el impacto de una disminución directa de la carga horaria de dibujo técnico y de taller orientado a aprendizaje de oficios; una desconcentración de las horas de taller orientadas a cada oficio especifico; sumadas a un aumento de la carga horaria por unidad curricular entre recreos, que produce indefectiblemente un mayor nivel de agotamiento mental y físico; además de una insuficiencia de recursos económicos y materiales; podía dar como resultado lo que hoy tenemos a la vista: técnicos y técnicas con menor nivel formativo que antaño. Urge repensar la educación técnica para redefinir que técnicas y técnicos necesitamos y pretendemos formar, y para qué modelo productivo, de desarrollo y de país lo estamos haciendo.

 

Cuadro 1
Descripción Hora de inicio Hora de fin Tiempo (minutos)
Primer bloque taller 07:45 09:15 90
Recreo taller 09:15 09:30 15
Segundo bloque taller 09:30 11:00 90
Tiempo libre entre taller y teoría 11:00 13:00 120
Primer materia teoría 13:00 14:20 80
Primer recreo teoría 14:20 14:30 10
Segunda materia de teoría 14:30 15:50 80
Segundo recreo de teoría 15:50 16:00 10
Tercer materia de teoría 16:00 17:20 80
Total horas taller 3 horas
Total horas teoría 4 horas
Total recreos 35 minutos
Tiempo libre entre taller y teoría 2 horas
Total horas semanales taller 9 horas
Total horas semanales teoría 20 horas

 

Cuadro 2
Descripción Hora de inicio Hora de fin Tiempo en minutos
Primer bloque taller 07:45 09:30 105
Recreo taller 09:30 09:45 15
Segundo bloque taller 09:45 11:45 120
Tiempo libre entre taller y teoría 11:00 13:00 120
Primer materia teoría 13:00 15:00 120
Recreo de teoría 15:10 15:20 10
Segunda materia de teoría 15:20 17:20 120
Total horas taller 3 horas y 45 minutos
Total horas teoría 4 horas
Total recreos 25 minutos
Tiempo libre entre talles y teoría 1 hora y 15 min
Total horas semanales taller 7 horas y 30 minutos
Total horas semanales teoría 20 horas

 

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