Gestionar la esperanza atravesados por la pandemia

El año 2020 será recordado como aquel en que se pusieron a prueba nuestras capacidades de gestionar en la adversidad, ante una realidad en la que decidimos el cuidado de la salud y de la vida, poniendo al Estado en el centro, cuidándonos y haciendo frente a una enfermedad letal y desconocida. Podemos decir con orgullo que hicimos el mejor esfuerzo, que estuvimos ahí, a la par de cada argentina y argentino, generando soluciones para que esta cruda realidad sea mejor llevada, generando respuestas y soluciones en una marcha que juntos transitamos codo a codo.

Encontramos una cartera de Cultura sin recursos, con sus trabajadoras y trabajadores golpeados, desanimados, de espaldas a las organizaciones sindicales. La decisión del presidente Alberto Fernández de jerarquizarla, transformándola nuevamente en Ministerio, fue una primera bocanada de aire fresco. La decisión del ministro Bauer de crear y alentar esta área de Desarrollo Cultural fue la segunda, que nos permitió generar equipos de trabajo que estuvieron estos meses haciendo una labor minuciosa, profunda y eficaz. Me gusta decir que nuestros objetivos no cambiaron, que se reacomodaron y repriorizaron, porque el objetivo de poner a la cultura de pie sigue siendo el mismo.

Así llegamos al final de este primer año, con la sensación de haber dejado todo en la cancha, como cada uno de los ministros, ministras o responsables de Cultura de cada provincia, como las y los referentes de cada cámara y asociaciones del sector, como las organizaciones sindicales, como las y los gestores culturales, las y los trabajadores de la cultura y del Estado. Fue un año en el que nos encontramos gobernando en la adversidad, haciendo frente a una situación excepcional y apelando a lo mejor de nosotros para lograr un poco más cada vez.

 

Para el pueblo lo que es del pueblo

Las políticas públicas representan una herramienta de la sociedad para organizar el acceso efectivo al ejercicio pleno de los derechos que vamos conquistando a lo largo de la historia. Su potencia está vinculada a la capacidad del gobierno del Estado para generar recursos y la inteligencia colectiva para orientar esos recursos hacia donde más se necesitan, hacia donde más agregan valor, generando de este modo las prioridades del gobierno. La número uno fue la de dar respuestas a todas y todos, contención y acompañamiento. Por eso agradecemos el trabajo conjunto con otras carteras del gobierno, con todo el arco de organizaciones representativas del sector, con todos los gobiernos provinciales. Eso nos permitió amplificar el alcance de las políticas, generando respuestas donde los instrumentos generales de políticas sociales y económicas iban dejando segmentos a los que no llegaba una mano del Estado para hacer frente a esta situación.

Incrementamos un 44,7% la inversión del Ministerio de Cultura para este año, siendo uno de los países de la región que más amplió su presupuesto como respuesta a la pandemia, a través de herramientas específicas, apuntando a cada uno de los sectores de la cultura, considerando personas físicas y jurídicas, artistas, trabajadoras y trabajadores de la cultura, y a lo largo y lo ancho de todo el territorio nacional, con una fuerte distribución federal.

A la par, avanzamos con políticas para las industrias culturales y creativas, de innovación, de internacionalización, de integración federal y la promoción de proyectos culturales, generando una intensa agenda con el sector y con el territorio, lo que nos permitió sentar las bases para rediseñar los instrumentos a partir de diálogos y acuerdos que vamos construyendo.

 

Un nuevo mundo en un futuro incierto

La decisión de desarrollar la cultura está enfocada en el impulso a las industrias culturales y creativas en todo el país, fortaleciendo las experiencias que están consolidadas, apoyando a las que aún no lograron su línea de equilibrio, alentando a las nuevas ideas para que se pongan en marcha, trabajando en red, en conjunto con otras áreas del gobierno nacional, como el Ministerio de Desarrollo Productivo, la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional, la Secretaría de Medios y Comunicación Pública, el Ente Nacional de Comunicaciones, el Consejo Federal de Inversiones, la Secretaría de Asuntos Estratégicos, la AFIP o el Ministerio de Economía, para lograr políticas integrales que permitan acompañar un crecimiento sostenido del sector.

Sabemos que las industrias culturales representan un sector dinámico de alto valor agregado que genera identidad, y es sinérgico con el turismo, la gastronomía y otras actividades económicas del país. Es una industria sin chimeneas, con trabajadoras y trabajadores calificados que permiten insertarnos en el ecosistema digital global, generando bienes y servicios culturales. Según el Ministerio de Economía, las industrias culturales representan el 2,6% del PBI nacional –aunque llegó a ser el 4% en años anteriores– y esto se traduce en 245.000 puestos de trabajo que genera directa e indirectamente la cultura. Son puestos de trabajo en sectores estratégicos que hoy tienen nuevos mercados, nueva demanda y agregan valor. Son industrias no contaminantes.

La pandemia afectó significativamente a este sector en todo el planeta. Los datos preliminares con los que contamos a nivel regional indican que la creación de valor económico en las industrias culturales cayó un 14% en el segundo trimestre de 2020, comparado con el mismo periodo en 2019, y se estima que por lo menos 2.647.000 puestos de trabajo se vieron comprometidos en la región por las medidas de prevención que restringen la oferta cultural, la caída en la demanda agregada y los cambios en los parámetros de consumo de la población.

Estoy convencida de que el desarrollo de nuestras industrias culturales aportará soluciones a problemas estructurales de nuestro país: me refiero a la restricción externa, la balanza comercial o la diversificación de la matriz productiva, entre otros. Trabajamos una nueva versión del Mercado de Industrias Culturales de Argentina (MICA) en conjunto con ARSAT en el desarrollo de una plataforma que permita también generar catálogos digitales y poner en valor lo que se genera en todo el país. En los próximos meses será un eje central conformar una oferta exportable de nuestra cultura y trabajar junto con nuestras embajadas en el exterior, en la búsqueda de oportunidades de negocios.

En un escenario de incertidumbre, las certezas que podemos gestionar tienen que ver con encontrarnos trabajando juntos, con un rumbo claro, a la par del sector, en el territorio, abriendo caminos en los mercados internacionales, generando políticas activas que nos ayuden a salir de la pandemia fortalecidos, con la esperanza de reactivar las actividades de la cultura a medida que la vacuna y la estrategia del país frente a la pandemia permitan recuperar actividades y lograr protocolos de cuidado.

Cada paso que hemos podido dar en esta dirección nos ayudó a estar presentes, acompañando en la pandemia, y a su vez a construir los cimientos que permiten visualizar un 2021 con más optimismo, encaminados para apoyar el despliegue del sector. Sepan que estaremos a la par, trabajando para que la cultura florezca en nuestro pueblo.

 

Lucrecia Cardoso es secretaria de Desarrollo Cultural de la Nación.

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