Pepe

Papá, ¿qué es ser valiente? No lo sé, hija, pero seguro lo es quien asume la lucha contra la pandemia pese a ser un paciente inmunodeprimido.

Pepe Guccione falleció por COVID-19 el 26 de febrero. Era subsecretario de Articulación Federal del Ministerio de Salud de la Nación desde diciembre de 2019. Antes fue diputado nacional y ministro provincial, entre otros cargos. Y militante peronista, siempre. Pero sobre todo fue un excelente médico sanitarista, compañero incondicional e incansable dador de optimismo y alegría.

Algo bueno habrá hecho, porque lo quería todo el mundo: jefes, colegas, compañeros y compañeras en los equipos que condujo, y hasta quienes solamente habían charlado una o dos veces con él.

Fue un luchador comprometido. Tenía un objetivo fundamental: convencer a quien fuera acerca de la importancia del federalismo en la atención primaria de la salud y en el despliegue de agentes sanitarios. Usaba distintas estrategias, pero en persona su principal arma de lucha era la sonrisa.

Entendía rápido, y entendía bien. Sin embargo, nunca parecía apurado. En las reuniones en Buenos Aires era imposible que pasara de largo la palabra Misiones: él encontraba la manera de interrumpir cualquier debate y mostraba hasta qué punto amaba y extrañaba su tierra.

En la pandemia puso todo de sí mismo, hasta su propia vida. A quienes tuvimos el honor de verlo con frecuencia, su muerte nos dejó un hueco en el pecho. Aunque día a día nos resuena su voz: metele, no aflojes.

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