Urgencia de acciones concretas ante la crisis climática global

En la historia existen varios registros de catástrofes que diezmaron poblaciones, ciudades, estados y civilizaciones. Ninguna de ellas parece tener el nivel anunciado por la actual crisis generada por el cambio climático.

La importancia global que asume esta problemática ha motivado una respuesta global. En este sentido, las Naciones Unidas creó en 1988 el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) para facilitar evaluaciones integrales del estado de los conocimientos científicos, técnicos y socioeconómicos sobre el cambio climático, y sus causas, posibles repercusiones y estrategias de respuesta. El IPCC es el órgano de las Naciones Unidas para evaluar la ciencia relacionada con los cambios climáticos y proporciona evaluaciones periódicas de la base científica del cambio climático, sus impactos y riesgos futuros, y opciones de adaptación y mitigación. Asimismo, en 2015 los Estados Miembros de las Naciones Unidas suscribieron el Acuerdo de París, por medio del cual los países se comprometían a aunar esfuerzos para limitar el calentamiento global y llegar a un tope de 1,5°C para el año 2040.

Recientemente el IPCC lanzó su Sexto Informe de Evaluación, que aborda la comprensión física más actualizada del sistema climático y el cambio climático, reuniendo los últimos avances en la ciencia del clima y combinando múltiples líneas de evidencia del paleoclima,[1] observaciones y comprensión de procesos, y simulaciones climáticas globales y regionales. El informe fue considerado por el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, quien afirmó que es “una alerta roja para la humanidad”. El informe proporcionó evidencia irrefutable de que las emisiones de gas por la quema de combustibles fósiles y la deforestación están asfixiando el planeta y poniendo en riesgo a miles de millones de personas. En tal sentido, Guterres señaló que “debería sonar como una sentencia de muerte para los combustibles fósiles antes de que destruyan el planeta”, pidiendo una acción inmediata para reducir las emisiones contaminantes, ya que sin esto no será posible limitar las temperaturas globales a 1,5°C. El informe no sorprendió tanto a expertos y expertas como a activistas, así como a quienes están experimentando las consecuencias inmediatas de la crisis climática. La joven activista Greta Thunberg dijo que el texto “confirma lo que sabemos de miles de estudios e informes previos: que estamos en una emergencia. Es un resumen sólido pero prudente de los mejores datos científicos disponibles”. También agregó que el IPCC no brinda soluciones y que “somos nosotros los que tenemos que ser valientes y tomar decisiones basadas en evidencia científica”.

Como ocurre con la pandemia, que aún no está bajo control, la crisis climática revelará aún más dramáticamente las inequidades causadas por la discriminación y los prejuicios sistémicos. Quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad sufrirán las consecuencias de la demora en las acciones necesarias por parte de los responsables que aún se preocupan por defender un estado de cosas que puede desaparecer más rápido de lo que uno imagina. Nuevos desastres sin precedentes serán provocados por un calentamiento global de 1,5°C que se alcanzará en 2030, diez años antes de lo proyectado, y que podría llegar a 2,7°C a finales de siglo, comparando con la temperatura media en la era preindustrial. De acuerdo con el referido informe, con estos 1,5°C el nivel del mar aumentará 50 centímetros y provocarán catástrofes tales como incendios, derretimiento del casquete polar, inundaciones y el proceso de desertificación que afecta seriamente la seguridad alimentaria de la población mundial.

A continuación, presentamos un resumen de los principales hallazgos del informe.

 

Situación climática actual

  • Es inconfundible que la influencia humana ha calentado la atmósfera, el océano y la Tierra;
  • la escala de los cambios recientes en todo el sistema no tiene precedentes durante muchos siglos o miles de años;
  • el cambio climático inducido por el ser humano ya está afectando a muchos extremos climáticos en todas las regiones del mundo que se manifiestan en olas de calor, lluvias intensas, sequías y ciclones tropicales;
  • ha mejorado el conocimiento de los procesos y la evidencia climáticos.

 

Posibles futuros climáticos

  • La temperatura global de la superficie seguirá aumentando hasta al menos mediados de siglo en todos los escenarios de emisiones considerados;
  • el sistema climático cambia debido al aumento del calentamiento global y conduce a un aumento en la frecuencia y la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, con olas de calor, lluvias intensas, sequías agrícolas, ciclones tropicales intensos y reducciones del hielo marino del Ártico;
  • se espera que el calentamiento global continuado intensifique aún más el ciclo global del agua, exacerbando la intensidad de los eventos húmedos y secos;
  • a medida que aumentan las emisiones de CO2, los sumideros de carbono oceánicos y terrestres serán menos efectivos para frenar su acumulación en la atmósfera;
  • muchos cambios debidos a las emisiones pasadas y futuras de gases de efecto invernadero son irreversibles durante siglos o milenios, especialmente los cambios en el océano, las capas de hielo y el nivel global del mar.

 

Información climática para la evaluación de riesgos y la adaptación regional

  • Los conductores de calor naturales y la variabilidad interna modularán los cambios provocados por el ser humano, especialmente a escalas regionales y en el corto plazo, sin embargo, con poco efecto sobre el calentamiento global centenario;
  • con más calentamiento global, cada región puede experimentar cambios simultáneos y múltiples;
  • la evaluación de riesgos no debe descartar resultados de baja probabilidad, como el colapso de la capa de hielo, cambios repentinos en la circulación oceánica y algunos eventos extremos.

 

Limitación del cambio climático futuro

  • Desde la perspectiva de las ciencias físicas, limitar el calentamiento global inducido por el ser humano a un nivel específico requiere limitar las emisiones acumuladas de CO2, logrando al menos cero emisiones netas del mismo, junto con fuertes reducciones en otras estufas de emisiones de gases de efecto invernadero; las reducciones fuertes, rápidas y sostenidas de las emisiones de metano también limitarían el efecto del calentamiento y mejorarían la calidad del aire;
  • en los escenarios –denominados SSP1-1.9 y SSP1-2.6– de bajas o muy bajas emisiones de gases de efecto invernadero se necesitarán años para obtener efectos notables sobre las concentraciones de esos gases y aerosoles, y la calidad del aire. En otros escenarios de emisiones altas y muy altas –SSP3-7.0 o SSP5-8.5– diferencias notables en las tendencias de la temperatura de la superficie global comenzarían a surgir de la variabilidad natural en aproximadamente 20 años, y durante períodos de tiempo más largos para muchos otros impulsores del impacto climático.

 

En el marco del Panel IPCC se conformaron dos nuevos grupos de trabajo. Uno evaluará impactos, adaptación y vulnerabilidad, incluyendo un capítulo sobre salud; el otro analizará las medidas de mitigación. De esta manera, se plantea agregar un enfoque más amplio que aporte soluciones e información regional e integre las diferentes evidencias producidas. Todos los informes de este ciclo cubren el tema de las ciudades y el cambio climático, que merecerá un informe especial en 2022. Los informes referidos serán insumos importantes para la 26ª conferencia de las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), que se realizará en 2021 del 1 al 12 de noviembre en la ciudad de Glasgow, Escocia. La COP26 será una oportunidad clave para reforzar los compromisos mundiales en relación al cambio climático. Si no la aprovechamos, la configuración global cambiará significativamente, poniéndose en riesgo la geografía de nuestro planeta, quedando islas y ciudades bajo el agua, e incluso significando un impacto en actividades como el turismo en Venecia, las islas Maldivas o Nueva Orleans, entre muchas otras.

 

Clima y salud

Recientemente, la Organización Mundial de la Salud publicó el informe especial para la COP26 Argumento de Salud para la Acción Climática, encontrándose para consulta pública.[2] El documento busca ordenar los argumentos sanitarios a favor de acciones frente a la crisis climática. Incluye evidencia y soluciones que pueden beneficiar la salud en acciones para combatir el cambio climático y prescribe un conjunto de solicitudes a la comunidad de salud global y a las y los formuladores de políticas de cambio climático que participarán en la Convención. Se basa en el informe especial de la COP24 sobre salud y cambio climático, elaborado a petición del presidente de la COP23, el primer ministro de Fiyi, Frank Bainimarama.

Estos informes y documentos ponen en evidencia la gran contribución que desde las instituciones académicas y científicas de los países se está haciendo en materia de cambio climático. No obstante, resulta de suma importancia que las y los responsables en todos los niveles de gobierno y en todos los sectores, incluidos los del sector privado, acepten el desafío de acelerar acciones concretas que resultan de suma urgencia. A diferencia de la pandemia, esta crisis global no contará con ningún medicamento ni vacuna, sino que requiere de un multilateralismo fuerte que sea capaz de mancomunar acciones de todos los actores a nivel global.

 

Luiz Augusto Galvão es investigador del Centro de Relaciones Internacionales en Salud de la Fundación Oswaldo Cruz de Brasil (CRIS-FIOCRUZ), profesor adjunto de la Universidad de Georgetown, doctorado en Salud Pública (IESC-UFRJ) y máster en Salud Pública (ENSP-FRIOCRUZ). Paulo Marchiori Buss es director del CRIS-FIOCRUZ, médico (UFSM), máster en Medicina Social (UERJ), doctor en Ciencias (FSP-USP) y miembro titular de la Academia Nacional de Medicina de Brasil. Sebastián Tobar es asesor e investigador del CRIS-FIOCRUZ, sociólogo, máster y doctorando en Salud Pública (ENSP-FIOCRUZ).

[1] Según el Glosario de términos del Centro UC de Cambio Global, el paleoclima es el clima existente en períodos anteriores al desarrollo de instrumentos de medición, que abarca el tiempo histórico y el geológico, y con respecto al cual solamente se dispone de registros indirectos. La Paleoclimatología estudia las características climáticas de la Tierra a lo largo de su historia y se puede incluir como una parte de la paleogeografía.

[2] El informe está disponible para consulta pública hasta el 25 de agosto de 2021. Todos los comentarios relacionados con el borrador del informe deben enviarse a través del formulario de comentarios en línea.

 

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