(Des)PedidosYa

Hace un mes, la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), publicó un informe titulado Trabajar para un futuro más prometedor que planteaba “un programa centrado en las personas”, situando a los trabajadores en el centro de las políticas económicas, sociales y empresariales, y así fortalecer el contrato social.

Uno de los ejes sobre los que se apoya el programa propuesto por la OIT es el aumento de la inversión en las instituciones del trabajo, y allí realiza uno de los pocos comentarios sustantivos respecto del trabajo a través de plataformas digitales, a nuestro juicio el núcleo central donde descansa la problemática de las tecnologías aplicadas al trabajo. Advierte que debe adoptarse “un enfoque de la inteligencia artificial ‘bajo control humano’ que garantice que las decisiones definitivas que afectan al trabajo sean tomadas por personas. Debería establecerse un sistema de gobernanza internacional de las plataformas digitales del trabajo que exija a estas plataformas (y a sus clientes) que respeten determinados derechos y protecciones mínimas. Los avances tecnológicos requieren también de la reglamentación del uso de datos y de la responsabilidad sobre el control de los algoritmos en el mundo del trabajo”.

Esto está lejos de suceder en nuestro país, pero coincidimos –parcialmente– con el informe en que el algoritmo no tiene cara. El algoritmo no avisa, sino que se impone. El algoritmo, en definitiva, funciona con una impunidad inusitada en un mundo del trabajo que avanza a pasos agigantados y más allá de las buenas intenciones de los organismos internacionales. Pero también hallamos personas detrás del algoritmo, escondidas detrás de un manto de anonimato que acrecienta aún más la inseguridad laboral.

Un ejemplo claro en este sentido es la reciente noticia de los 450 despidos en la empresa PedidosYa, que hasta hace poco era considerada una suerte de “excepción” a las condiciones de trabajo altamente precarias en otras plataformas como Rappi y Glovo, puesto que una gran cantidad de empleados se encontraban regularizados y contaban con garantías laborales y previsionales. El día 26 de febrero, los repartidores se anoticiaron de la decisión de la empresa cuando intentaron ingresar a la aplicación y hallaron que sus usuarios (ID) habían sido bloqueados, por lo que no estaban habilitados para trabajar. Otros recibieron telegramas de despido sin causa. Por más que se encontraban en blanco, el algoritmo no distingue entre contratación, precarización o monotributistas. Es implacable, e incluso llega antes que un telegrama de desvinculación laboral.

Ahora bien, esta cuestión también se relaciona estrechamente con la libertad sindical y el ejercicio de los derechos gremiales por parte de los trabajadores. El año pasado, en una nota publicada en el mes de octubre (Afarian, 2018), advertíamos sobre una nueva ola de sindicalismo de plataformas que buscaba asegurar los derechos laborales mediante nuevas asociaciones, y resaltábamos el caso de APP (Asociación de Personal de Plataformas) creado por trabajadores de Rappi, Uber y Glovo. Poco tiempo después de su constitución y del pedido de inscripción gremial ante la Secretaría de Gobierno del Trabajo, en noviembre de 2018 la empresa Rappi bloqueó –despidió– a dirigentes del sindicato APP luego de una reunión con los empleadores en la que le reclamaban el reconocimiento de la relación de dependencia, un salario básico y fijo, y la cobertura de riesgos de trabajo ante posibles accidentes. Entre los bloqueados se encontraba el secretario general provisorio del gremio, Roger Rojas. Unas semanas antes, otra miembro de la Comisión Directiva de APP ya había sido bloqueada por la empresa. El despido no sólo era un algoritmo injustificado, sino que presentaba características propias de un despido discriminatorio antisindical, debido a la actividad gremial de los afectados. Fue el mismo accionar que el de la empresa PedidosYa en los últimos días, que según aquellos trabajadores se trataría de una “persecución sindical”.

Contribuye a esta conclusión que el día 28 de febrero se realizarían las elecciones internas de la Asociación Sindical de Motociclistas, Mensajeros y Servicios (ASiMM) que nuclea a los trabajadores y trabajadoras de PedidosYa. El despido ocurrió a menos de 48 horas de las elecciones de delegados. Pocas horas después, la ASiMM confirmó un paro de actividades y movilización en contra de los despidos.

Pero aún hay más. En las dos empresas aludidas –Rappi y PedidosYa– hallamos la presencia de un tercer actor: la policía, como medio de presión por parte de un Estado cómplice de la precarización del trabajo. En el caso de los trabajadores de PedidosYa, la empresa llamó a la policía cuando el 26 de febrero los despedidos reclamaban una respuesta por los bloqueos y despidos injustificados, como forma de amedrentarlos. Respecto a los trabajadores de Rappi, en noviembre la reunión con las autoridades de la empresa también tuvo como interlocutores a seis efectivos de la Policía de la Ciudad que, además de participar, tomaron fotos y filmaron la reunión con los empresarios. Después se produjo el despido de varios dirigentes del gremio.

Desde luego que esta estrategia no es exclusiva del trabajo de plataformas, y muchos menos respecto de sindicatos nuevos. A modo de ejemplo, a fines de mayo de 2018 la Policía de la Ciudad bajó a las vías del subte y reprimió salvajemente a trabajadores del subterráneo en medio de reclamos por paritarias y pedidos de condiciones de trabajo adecuadas, lo que derivó en la detención de una decena de empleados, entre ellos el secretario general adjunto, Néstor Segovia.

A la precarización y la incertidumbre contractual por los despidos diarios mediante códigos binarios, ahora también se suma el asedio contra los representantes colectivos, todo ello auxiliado por las chicanas, las provocaciones y la violencia directa por parte de las fuerzas de seguridad del Estado.

 

Bibliografía

Afarian J (2018): “Resistiendo contra el algoritmo”. Movimiento, 5.

Organización Internacional del Trabajo (2019): Trabajar para un futuro más prometedor. Ginebra, OIT.

“PedidosYa despidió a 450 trabajadores y denuncian ‘persecución sindical’”. iProfesional, 27-2-2019.

“Rápida para bloquear reclamos laborales”. Página12, 16-11-2018.

“Repudiamos el despido de los dirigentes del sindicato APP”. Prensa Obrera, 16-11-2018.

 

Jorge Afarian es abogado, docente de la Facultad de Derecho (UBA) y becario doctoral UBACyT.

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