En respuesta a la sentencia que la absuelve y la condena[1] en la Causa Vialidad, Cristina Fernández de Kirchner anunció su decisión de abstenerse de cualquier candidatura en 2023.
A quienes planeaban una campaña electoral contra una candidata condenada, los deja sin argumentos. A quienes quieren verla presa, los espera sin fueros el 10 de diciembre del año que viene. Un milagro ya la había salvado de los que la quieren muerta.
Sin esperar a los plazos y las instancias del proceso judicial, la decisión anula la pretensión de inhabilitarla.
A nosotros, militantes y dirigentes peronistas, la decisión nos recuerda que el peronismo siempre juega finales de campeonato entre la justicia y la injusticia social, y que somos nada si aceptamos integrarnos domesticados a un sistema político impotente para atender las necesidades de la mayoría de los argentinos.
[1] Las toneladas de pruebas de los fiscales no resultaron tan pesadas para el tribunal, que se vio en la necesidad de emitir un comunicado explicativo para satisfacer a su feligresía.
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