Frente de Todos/as/es: el acuerdo político de cara al pueblo

El peronismo vuelve, otra vez más, para salvar al país y cumplir con el Pueblo, porque peronismo es una manera de entender la política y los compromisos ciudadanos y de sentir las necesidades populares. La fórmula Alberto-Cristina es una de las decisiones más inteligentes de la historia del Movimiento. Lo es también en relación al tiempo que vivimos, signados por la salvaje globalización, acosados por la deuda externa y la deuda social que produjo el gobierno de Mauricio Macri.

Cada voto para el Frente de Todos/as/es significa comida asegurada para un chico, un banco escolar, un sueldo digno para el docente, un ingreso suficiente para el jubilado, puestos de trabajo para los adultos de la familia, un crédito para la pyme, una beca para el joven científico.

Las PASO fueron una enorme oportunidad que el pueblo supo aprovechar a fondo para expresar su repudio a la política de hambre y entrega, pero no sólo eso. El voto por el Frente de Todos/as/es es una acción positiva, una fuerte indicación del camino a seguir, y muestra la compresión popular de las principales causas del desastre económico y social, así como de las soluciones posibles.

Veamos en particular el tema de la educación, hoy transformado en un grave problema. La alimentación, la salud y la seguridad se han desplazado, sustituyendo a la pedagogía. Las dos columnas del sistema escolar son el Consejo Federal de Educación –órgano constituido por los ministros de Educación de todas las jurisdicciones y representantes de las universidades y del Congreso– y la Paritaria Nacional Docente. El Consejo Federal ha sido descalificado por el gobierno, tanto por el contenido administrativista que le impone, como por la falta de escucha a los ministros y de atención a las particularidades jurisdiccionales. No es de extrañarse, puesto que éste es un gobierno administrado por unitarios. En cuanto a la Paritaria, el gobierno la ha desconocido, desarticulando de esa manera el espacio previsto por la Ley de Educación Nacional y la Ley de Financiamiento para acordar condiciones laborales y educativas. Cambiemos creyó que se podría gobernar eliminando los acuerdos. No le interesa la sociedad.

Pero las grandes mayorías han reaccionado. Hubo un aprendizaje enorme en una época en la cual complejas variables financieras y arteros mensajes mediáticos intervienen en la vida de los ciudadanos. El voto positivo del histórico domingo 11 de agosto no se redujo a una reacción “del bolsillo”, sino que fue un acto de responsabilidad y solidaridad ante el propio dolor y el ajeno. Fue una reacción colectiva de discriminación entre dos modelos de país, dos modelos de vida, dos concepciones sobre el prójimo. La diferencia entre el Frente de Todos/as/es y Cambiemos estriba en que, mientras esa última coalición es producto de la auto-referencia de ricos, ciclistas financieros y políticos entreguistas, la fuerza que encabezan Fernández y Fernández se construyó como un gran acuerdo político para garantizar la justicia social, la independencia económica, la soberanía política y la democracia.

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