Evita, (en) nombre del pueblo

Los días más felices

Este año se cumplen 100 del natalicio de Evita y entonces nos propusimos festejar(la) leyendo sus textos. Las celebraciones y las palabras. La celebración de la palabra. Mucho se ha escrito sobre “esa mujer”. Nos pareció que este era un buen tiempo para volver a leerla. Volver a Evita. Volver a sus textos y sus sueños. Los textos y los sueños de Evita. Las texturas de los sueños. Sueños diurnos y nocturnos. Desvelos de amorosidades e igualdades. Desvelos de amorosidades a las igualdades. Las igualdades como amorosas irreverencias.

Amorosidades, igualdades y conocimientos. El amor a las compañeras y los compañeros es también amor a los conocimientos. Conocimientos y reconocimientos. El amor y la curiosidad como formas de vincularnos con el mundo. El amor y las curiosidades para dibujar otros mundos. Otros mundos, otros logos. Ser singulares entre singularidades, ser singularidades entre pluralidades. Estar siendo equilibristas entre nuestras singularidades y pluralidades. Comunidades que están siendo. Común unidad. Estar siendo equilibristas entre la patria, el movimiento, los hombres y las mujeres. Estar siendo en movimiento. El movimiento del ser.

Evita nos dice que se puede aprender insensiblemente. ¿A qué se refiere cuando afirma esta idea? En su libro ella viene hablando de la pobreza de la riqueza y narra el momento en que fue descubriendo que había pobres. Entonces naturalizar la pobreza es aprender insensiblemente.

Nosotras queremos dar un paso más: ¿cómo es aprender insensiblemente? ¿Cómo es enseñar insensiblemente? Es desvincular los pensares de los sentires y al mismo tiempo desvincular las biografías de las historias sociales, es decir construir pretextos para no enseñar los contextos.

Deseamos crear sensibilidades pedagógicas que reúnan el pensar y los sentimientos, las vidas y las historias sociales, las biografías y los contextos.

Este aprender insensible, ¿se relaciona con el ya clásico “la letra con sangre entra”? Para nosotras, la letra con sangre no entra. Sentir y disentir es crear otras narrativas pedagógicas.

El saber querer y el querer saber. Curiosidades y efectos de los afectos.

La primer llegada en tren a la ciudad fue conmocionante. Evita no se encontró con las luces del centro, sino con los barrios pobres. La tristeza que sintió esa niña de 7 años fue la misma cuando descubrió que los Reyes Magos no existían. Los reyes y las infancias. Los reyes y el peronismo, el día del niño y de la niña y el peronismo. Evita y las infancias, las infancias de Evita.

Evita convirtió los dolores de su infancia en ternuras. Las ternuras de Evita. Las infancias como una de sus razones de vida, por eso lo de los únicos privilegiados.

“Los pedidos de juguetes de los chicos me hicieron pensar que era mejor si el regalo les llegaba en un día apropiado y por eso, todos los años, para el día de Reyes, la Fundación cumple con los niños, que son en la Nueva Argentina de Perón ‘los únicos privilegiados’” (Evita, 1995: 164).

El peronismo crea e inventa una gramática de infancias privilegiadas, infancias y generaciones. Generaciones comunitarias, transmisiones comunitarias, comunitarias generaciones, estar siendo entre transmisiones, generaciones y comunidades.

El peronismo como una gramática pedagógica, pedagogías peronistas. Escuelas hogares, hogares escuelas. Pedagogías que no son sólo necesidades, también son deseosas y deseantes.

“Yo deseo que se acostumbren a vivir como ricos… que se sientan dignos de vivir en la mayor riqueza… al fin de cuentas todos tienen derecho a ser ricos en esta tierra argentina… y en cualquier parte del mundo” (Evita, 1995: 169).

Dignos de vivir, las vidas dignas. “La vida que es vida de algo, es felicidad. La vida es afectividad y sentimiento. Vivir es gozar de la vida. Desesperar de la vida sólo tiene sentido porque la vida es, originalmente, felicidad. (…) La felicidad no está hecha de una ausencia de necesidades cuya tiranía y carácter impuesto se denuncian, sino de la satisfacción de todas las necesidades. La privación de la necesidad no es una privación cualquiera, sino la privación en un ser que conoce la excedencia de la felicidad, la privación en un ser satisfecho. La felicidad es realización: está en un alma satisfecha y no un alma que ha extirpado sus necesidades, alma castrada” (Levinas, 1997: 134). Un pensador lituano y Evita comparten narrativas bíblicas. Las otredades en Levinas son el pobre, el huérfano, la viuda y el extranjero. La vida y el goce, cada vida cuenta. Contar no es sólo sumar y restar. Contar no es quedar encerrado en un Excel, “exceliar”. Lo contrario de exceliar es el excedente vital.

Las propiedades de la vida, las propiedades y las vidas. Las propiedades que no son privadas de ser. Ser y tener en forma relacional. La función social de la propiedad.

Derechos, necesidades y deseos. Merecimientos y reconocimientos. El peronismo vino a confiscar las tristezas. “No. No es filantropía, ni es caridad, ni es limosna, ni es solidaridad social, ni es beneficencia. Ni siquiera es ayuda social, aunque para darle un nombre aproximado yo le he puesto ese. Para mí es estrictamente justicia” (Evita, 1995: 147).

La justicia puede ser entonces reconocer las otredades. “Reconocer al Otro es pues alcanzarlo a través del mundo de las cosas poseídas pero, simultáneamente, instaurar, por el don, la comunidad y la universalidad” (Levinas, 1997: 99). El don, la comunidad y el desinterés que no es estar sin que nada importe, sino el compartir, el convidar. Estar con vida, estar entre vidas. Vidas que no son desechadas, ni desechas ni precarizadas, ni precarias. Éticas existenciales como contrapunto a las éticas neoliberales. Lo patético, el pathos del neoliberalismo es el sacrificio.

“La felicidad no es un accidente del ser, porque el ser se arriesga por la felicidad” (Levinas, 1997: 131).

Por eso el peronismo nos recuerda (a) los días más felices.

 

Cartas

“Todos los días el correo deja en nuestra residencia privada millares de cartas. Todas en sobres humildes. (…) Cada uno escribe como puede. Muy pocas veces sé que la carta ha sido escrita por otra persona… tal vez porque el propio interesado no sabe escribir o no se anima a hacerlo, creyendo quizás que si la carta está mejor escrita tendrá más éxito. (…) Cuando llega Navidad o el Día de Reyes recibo infinitas cartas de los niños” (Evita, 1995: 137). Evita recibe cartas de madres, de ancianos y satisface deseos en forma de máquinas de coser, trabajo. Sin embargo, “las cartas de los niños tienen siempre un especial privilegio” (Evita, 1995: 141). Leamos juntas y juntos un pedido de ternura: “Querida Evita: yo quiero para los Reyes cualquier cosa con tal de tener un recuerdo suyo. Pero no tengo ninguna bicicleta” (Evita, 1995: 141).

Correspondencias entre singularidades y pluralidades. Correspondencias entre deseos, derechos y políticas. El deseo a tener derechos. El tiempo de la escritura y el pedido de escrituras. Epístolas amorosas.

“Me acuerdo de la carta de una mujer a quien había mandado una máquina de coser. De los primeros trabajos que cobró me mandó cinco pesos. Lamento no tener aquella carta a mano para transcribirla aquí íntegramente, porque no tiene desperdicio” (Evita, 1995: 149).

El peronismo y la vida cotidiana. El peronismo transforma las vidas cotidianas, poniendo en jaque las jerarquías. Jaque a los privilegiados, gramáticas de peones. Por eso es irreverente.

La larga marcha del 17 de octubre “demostró la capacidad de los trabajadores para actuar en defensa de lo que consideraban sus intereses. Pero además representó, de manera más difusa, un rechazo de las formas aceptadas de jerarquía social y los símbolos de autoridad. Esto fue particularmente notable durante la manifestación del 17 de octubre. Si bien la atención se centró en el objetivo esencial del acto –la figura de Perón y su liberación del confinamiento–, la movilización misma y las formas que asumió sugieren por sí solas un significado social más amplio. Los observadores más sagaces de ese episodio han concordado en el tono dominante de irreverencia e irónico sentido del humor que caracterizó a los manifestantes” (James, 2006: 48).

Las irreverencias de las máquinas de coser y las netbooks. Nosotras y nosotros sabemos de conectar igualdades. Las máquinas y el peronismo. Peronismos recientes y reexistentes. Resistencias. Los materiales y las materias. Industrias y técnicas. Las técnicas que son escuelas y polis. Tecnópolis. Técnicas para inventar soberanías.

Soberanías económicas, políticas, pedagógicas y técnicas. Pensar desde el sur, ser sur. Pensar pedagógicamente el sur es pensar al mismo tiempo continente y contenidos. Las formaciones docentes y los aprendizajes. Pensar las formaciones pedagógicas desde el sur del ser. Ser/Sur.

Evita es sureña. Ser sureñas es mestizar las justicias sociales y los géneros. Los géneros de las justicias sociales. Géneros y generaciones. Pedagogías de géneros y generosas. Generar amorosidades. “Y el amor, cuyo misterio sí que es infinito, le hace ver a la inteligencia cosas que ella sola nunca podría conocer por hábil que fuese” (Evita, 1995: 62).

Las inteligencias y los amores. Amores infinitos, los misterios y las maravillas. “El amor alarga la mirada de la inteligencia” (Evita, 1995: 62). Si el amor alarga la mirada, el odio ajusta. Ajusta inteligencias, ajusta existencias. Por eso al odio de clase le respondemos con clases de amores, toda clases de amores.

“Es la actitud enamorada, es la inteligencia y la fe, y el trabajo enamorado, de los que te estoy hablando. Sin amor, tu inteligencia da monstruos o da muertos, y tu fe quema y tu trabajo es brutal servidumbre” (Mistral, 2018: 21).

Amores, cartas, razones, ternuras, igualdades y derechos políticos. El voto femenino. Derechos y deseos. El deseo a tener derechos.

 

El deseo de ser (re)nombrada

“Nadie sino el pueblo me llama ‘Evita’. Solamente aprendieron a llamarme así los ‘descamisados’” (Evita, 1995: 73).

Evita y las representaciones. Evita, (en) nombre del pueblo. Citar una vez más a Evita. Citarla como quien tiene una cita amorosa. Por eso, como otra irreverencia, nos permitimos citarla en este ensayo como Evita. Nombre propio si los hay.

Nombrar a Evita para conjurar y conjugar los pasados, los presentes y los porvenires. Las historias no son lineales, se repliegan y despliegan. Historias vivas y vitales. Eva vida, Evita vital. Para narrar quienes estamos siendo, deseamos y necesitamos palabras que conviden y se conviden comunidades. Palabras que conviden y se conviden humanidades. Las humanidades que son los saberes y las humanizaciones.

Contra las deshumanizaciones, contra los intentos de despolitizaciones y desperonizaciones, evocar a Evita es inventar poéticas de igualdades y rebeldías.

 

Bibliografía

Evita (1995): La razón de mi vida. Buenos Aires, CS.

James D (2006): Resistencia e integración. Buenos Aires, Siglo XXI.

Levinas E (1997): Totalidad e infinito. Salamanca, Sígueme.

Mistral G (2018): Pasión de enseñar. Universidad de Valparaíso.

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