Antonio Cafiero, un militante del pensamiento y la acción

En estos dias se cumplen cien años de quien fue sin duda la quintaesencia de la mejor política argentina. Me refiero obviamente a Antonio Cafiero. Hoy lo honramos y lo necesitamos, no en presencia física, pero sí en la memoria de sus ejemplos, sus dichos y sus hechos.

¿Por qué debemos honrarlo? ¿Por qué lo seguimos necesitando quienes fuimos sus seguidores? Por su reconocida y verdadera militancia que mantuvo durante más de 70 años; porque asumió la política como una entrega personal desde muy joven; por haber sido un defensor de los menos favorecidos; por su capacidad para pensar soluciones basadas en las necesidades populares y su destreza para aplicarlas a la realidad; por su visión cívica, económica y social de largo alcance; por su mensaje unificador a todos los argentinos y todas las argentinas; por su generosidad para transmitir sus enseñanzas dirigidas a luchar por la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación; por creer en las y los más jóvenes, instándolos y convocándolos al compromiso y a la militancia; por su valor político y personal, al no rehuir las consecuencias vejatorias por sus actos como persona y como gobernante; por su inclaudicable sentido de la ética, que lo diferenció de quienes usan sus posiciones solamente para beneficiarse; por reunir y potenciar la ética, la política y la militancia.

Porque nos enseñó a ser mejores y a pensar en los demás, principalmente en los más vulnerables. Por seguir siendo nuestro ejemplo de vida. Por todo esto, hoy lo honramos. Trataremos de ser fieles discípulos de su ideario y de su ejemplo.

Antonio Cafiero, como siempre: ¡presente!

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