Postales del pasado: a 70 años del programa “Equilibrio Económico del Pueblo”, 1952-1953

Se acaban de cumplir setenta años de las elecciones nacionales del 11 de noviembre de 1951, cuando el presidente Perón fue reelegido y comenzó un urgente programa económico de emergencia, ante el hecho evidente de que no era sostenible el proceso desarrollado en los años previos, que había implicado un “cambio de época” en el plano sociolaboral y distributivo.1 Desde fines de 1948 se estaba resintiendo. La capacidad de importar había caído 50%, los precios habían subido rápidamente 40% los minoristas y 50% los minoristas, en números redondos como resultado de factores internos y externos convergentes.2

Sobre la “demora” en la reacción hay dos hipótesis: que Perón buscaba un escenario político plebiscitario por adelantado, lo que consiguió ampliamente; o que pensaba que era muy probable un conflicto armado internacional a raíz de la situación en Corea que habría modificado la coyuntura internacional a favor de Argentina. Pero en 1951 los tiempos se acortaban, y las elecciones se adelantaron tres meses debían ser en febrero de 1952. Apenas terminadas, luego de una reunión urgente del equipo de gobierno el 24 de diciembre, al día siguiente Perón convocó a la sociedad para que acompañara una política de austeridad en el consumo y mayor ahorro.3 En febrero de 1952 se anunció el “Programa Económico de Emergencia”, que fue continuado por la creación en junio del “Grupo Económico” presidido por Alfredo Gómez Morales, junto a varios ministros recién nombrados, incluyendo Antonio Cafiero.4

Hubo un intento de concertación de precios y salarios entre trabajadores y empresarios, mediante la “Subcomisión para el Equilibrio de Precios y Salarios” dentro del Consejo Económico Social que fracasó luego de doce reuniones. Perón cambió entonces de estrategia, estableciendo un congelamiento de ambas variables durante dos años,5 junto a un considerable aumento de salarios. Las medidas macroeconómicas fueron múltiples: restricción monetaria y crediticia sobre todo para la industria, menor gasto público y militar,6 promoción del sector agrario para una mayor mecanización y sostén de precios, mediante transferencias del IAPI y mejora del tipo de cambio para productos agroindustriales.7

El Programa fue un éxito en relación a las variables en juego.8 En un plano estratégico, Perón también exploró políticas estratégicas de mediano y largo plazo, la principal de las cuales fue el Congreso de la Productividad y el Bienestar en marzo de 1955, que no llegó a resultados bipartitos. También se destaca la promoción del cooperativismo de trabajo en diciembre de 1954.9

Varios de los problemas de esa coyuntura se asemejan a los actuales y, de hecho, a las anteriores crisis periódicas10 aunque también destacan diferencias de envergadura: la pobreza familiar era del 2,2% en 1953, no estaba endeudada en el exterior, ni era miembro del FMI. Incluso, puede afirmarse que el aparato estatal tenía una muy superior capacidad para aplicar sus políticas.

Lo aquí descripto son “postales del pasado” de un gobierno popular a cargo de un líder “realista” ante el cambio objetivo de situación, respecto del trienio de oro (1946-1948), amortiguando en la mayor medida posible el inevitable costo para las mayorías.

Notas

1 En comparación con 1946, los salarios reales habían crecido 50%, lo que, junto a un aumento del 2% anual en el empleo, llevaba la participación de los asalariados en el ingreso de 36% a 47%, con un PBI que inicialmente crecía más de 8% anual, pero luego a sólo 1.3% (datos tomados de la recopilación de series de largo plazo de Orlando Ferreres, en 2010). Los precios minoristas se habían duplicado: de 16% promedio en 1945-1948 a 31% en 1949-1951. El análisis de política económica de este artículo se basa en recientes trabajos de Pablo Gerchunoff (La caída. 1955, Crítica, 2018, y La moneda está en el aire, con Roy Hodra, Siglo XXI, 2021). Para un análisis detallado ver el artículo de Claudio Bellini, que tiene la particularidad de utilizar las actas del Grupo Económico encargado del diseño del Programa: https://www.revistamovimiento.com/historia/el-primer-programa-de-estabilizacion-de-posguerra-el-plan-de-emergencia-economica-de-1952/.

2 Las evaluaciones coinciden en: a) el impacto en las importaciones de un alto consumo interno, derivado del nivel de salarios y créditos; b) la reducción de los ingresos de exportación por la baja de precios del maíz y trigo, derivado de la recuperación productiva de los países competitivos de las colocaciones argentinas: Estados Unidos, Canadá, Australia; c) una larga sequía que perjudicó la producción agraria, que de todas formas crecía lentamente, para algunos análisis resultado del no estímulo gubernamental; d) déficit de empresas públicas, sobre todo en el sector transporte; e) comportamientos agiotistas y especulativos de empresas y comercios.

3 Desde entonces, el contacto con la población sobre este tema sería frecuente: tres conferencias radiofónicas y el famoso discurso de 1953 llamando a un control popular de las empresas y comercios para moderar los precios.

4 Gómez Morales fue presidente del Banco Central desde enero 1949 hasta su nombramiento como ministro de Asuntos Económicos, coincidentemente con el nuevo Programa, en febrero de 1952, donde permaneció hasta abril de 1955. Veinte años después repitió el mismo ciclo, primero en el Banco Central –mayo 1973– y luego ministro de Economía –septiembre 1974– de donde fue eyectado en junio de 1975, para que otra ala del gobierno promoviera el “Rodrigazo”. Cafiero acababa de asumir en 1952 como ministro de Comercio Exterior, luego de tres años de ocuparse del mismo tema en la embajada en Washington.

5 Ello implicaba la suspensión de la negociación colectiva pero, al mismo tiempo, se aprobó la Ley 14.250 sobre negociación colectiva, en junio de 1953.

6 Las medidas en el sector público afectaron el plan de obras públicas y el gasto corriente incluyendo el reemplazo del café por mate cocido para los funcionarios, ahorro que alcanzaba un cuarto de las importaciones de aquella bebida. En las fuerzas armadas se afectó el gasto en equipamiento y se licenciaron tropas.

7 Cafiero defendía una devaluación más amplia, y pidió que en las actas del Grupo constara su disidencia. En 1996 escribió un libro sobre su experiencia.

8 Luego de que el PBI de 1952 se redujera 5%, volvió a crecer al 5% promedio en 1953-55. Los precios minoristas siguieron altos en 1952-1953 (39%) pero se redujeron a una décima parte (a 4%) en 1954-1955. El salario real, que ya había caído 10% en 1951, se redujo un 6% adicional en 1952-1953, pero en los dos años siguientes se recuperó a un nivel intermedio al que había tenido entre 1947 y 1948. La tasa de ocupación nunca descendió –aunque se redujeron las horas trabajadas en 10%. La participación en el ingreso de los asalariados, que había caído en 1951 (de 47 a 43%), volvió a su nivel máximo de 1950 (datos de Juan Manuel Graña).

9 El Congreso sobre Cooperativismo fue realizado en la CGT, llamando a los trabajadores y las trabajadoras a ahorrar –la otra cara del excesivo consumo en este campo– al tiempo que promovía la creación de una estructura de representación propia de los y las cooperativistas. A este creativo período de búsqueda de mayores márgenes de maniobra para la economía corresponde también el discurso de Perón sobre la integración sudamericana (1953), focalizada en acuerdos con Brasil y Chile. La otra medida estructural sobre la que Perón intentó avanzar fue la de promoción de la inversión extranjera –ley de mediados de 1953, como forma de mejorar la balanza de pagos al sustituir importaciones, lo que no es tema de este artículo.

10 Ni en esos años ni en los setenta años posteriores se han resuelto problemas estructurales de la economía argentina. Los resultados del programa han llevado a Gerchunoff a evaluar que no había razón económica para el golpe de 1955. El Informe Prebisch de 1957, por el contrario, había introducido esta dimensión, si bien el autor posteriormente reconoció el exceso.

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