Notas sobre la prensa de la(s) resistencia(s): rasgos y periodización de Mayoría (II)

En continuidad con la nota anterior en la que trabajamos sobre los antecedentes de los promotores del semanario Mayoría y su presentación en sociedad, en esta nos ocupamos de los rasgos centrales de la publicación y proponemos, a su vez, una periodización de sus etapas.

La consideración de las características del semanario resulta necesaria para poder identificar notas comunes a otras publicaciones de época –como Qué– y aquellas singularidades que la distinguen.

En esta presentación aparecerán elementos que desarrollaremos en entregas siguientes con mayor detalle. Por un lado, acontecimientos significativos del movimiento proscripto que serán apropiados por el semanario contribuyendo a su instalación en el imaginario y discurso peronista. Por otro, la existencia de colaboradores de la publicación que a partir de sus intervenciones adquieren una estatura casi mítica en este nuevo tramo de la historia nacional.

En el primer campo tenemos que mencionar el reclamo por los presos políticos y sindicales, las denuncias y pedidos de derogación del decreto-ley 4161, la recuperación del 9 de junio y sus mártires o la reivindicación de acontecimientos y programas desarrollados en las luchas sindicales. En el segundo hay que mencionar las denuncias de Rodolfo Walsh o las intervenciones de escritores “nacional-populares” como José María Rosa, Fermín Chávez, Atilio García Mellid, Luis M. Soler Cañas, o el más notorio y consagrado con su Profetas del odio, Arturo Jauretche.

Para identificar las características del semanario debemos considerar las de las revistas de interés general de la época, inclinadas de manera creciente a tratar cuestiones políticas. Ello supone atender no solo a la presencia de un público lector –un público ampliado, pero por el cual muchos medios compiten–, sino las dimensiones específicas de la empresa y sus proyecciones en el espacio social.

Al esbozar una periodización consideramos una dimensión ya insinuada para Esto Es, antecedente inmediato de la publicación, en cuya línea editorial y notas prevalece el ajuste a los acontecimientos nacionales. En el caso de Mayoría las oscilaciones de la dirección resultan más notables, llegando por momentos a protagonizar bruscos giros e inesperadas alianzas. Los barquinazos de la publicación merecerían ser estudiados en sí mismos, aunque en esta oportunidad nos limitemos a dar unos brochazos tentativos.

Esta entrada permite la revisión de los procesos políticos desde un mirador particular reponiendo información de época que resulta útil para “refrescar” contextos que en los recientes trabajos parecen quedar en el olvido.

En dicha periodización resulta interesante consignar los momentos de confrontación con el gobierno y las clausuras, restricciones o amenazas que sufren estos periodistas tanto en el período de la llamada “Revolución Libertadora” como en ciertos tramos del mandato de Arturo Frondizi.

Volver a mencionar la inscripción “nacionalista” de los Jacovella permite subrayar dos elementos. El primero, vinculado a la expansión de este tipo de publicaciones que buscan enlazar nacionalismo clásico con el peronismo perseguido, en el que comparten el espacio y a la vez compiten por lectores de ese corte con otros semanarios como Azul y Blanco o Palabra Argentina. El segundo, relacionado al accionar de hombres vinculados con el peronismo originario y que ya han hecho de esas “entradas”, “salidas” y “combinaciones” no digamos un deporte, pero sí una práctica común vivida sin contradicción.

Cabe tener en cuenta siempre, a modo de telón de fondo, lo que ya hemos reiterado respecto de la importancia que, en ausencia de otros canales de comunicación, en la época tenía la prensa gráfica (Carman, 2015).

Mayoría compite con Azul y Blanco en cuanto al perfil ideológico de los lectores y con el semanario frigerista-frondizista Qué en lo que hace a las novedades de la política del momento. Tanto por los temas como por algunas de las figuras que allí escriben, Mayoría coloca al medio radical intransigente como principal antagonista de mercado. Para dimensionar la disputa con Qué conviene recordar que Félix Luna, en aquellos años fervoroso militante frondizista y atento observador, solía evocar la importancia de portar esta revista “bajo el brazo” para cualquier persona informada, ya que entonces había sido considerada una “biblia” de la política (Spinelli, 1995).

 

Rasgos

Mayoría, a diferencia de Política y Políticos o Palabra Argentina, tiene un sostén más firme para garantizar su calidad, regularidad y distribución. Por un lado, dispone de un capital intelectual más denso por la red de relaciones en el mundo periodístico tejido en los emprendimientos anteriores. Por otro lado, tiene en su haber una experiencia acumulada en el campo de la edición periodística de tipo comercial.

Nutrida en páginas y contenido, Mayoría cultiva un diseño moderno, y en estos aspectos supera a Azul y Blanco, semanario “hermano en las ideas” pero “competencia” en la franja de lectores.[1]

Se trata, pues, de una empresa con una estructura sólida de redacción, oficinas y mecanismos de distribución comercial. Ello le permite tener periodistas contratados y constituir un equipo que hace público, con cierto orgullo, en momentos plácidos.[2]

Mayoría busca ser un “semanario ilustrado independiente” portador, como lo indica la bajada de su nombre, de “una amplia perspectiva del país y del mundo”. El estilo es moderno y todas las notas van ilustradas con fotos con buenos planos, siguiendo la tradición de Esto Es.

El concepto inicial de independencia e interés general, aunque anclado en un gesto que desde su origen se expresa en el título, se desplazará cuando los acontecimientos lo envuelvan en las contradicciones de la época, de modo que el semanario no eludirá la centralidad de la problemática política.

El hecho de que en sus páginas se sigan tocando, de acuerdo a la intención original, temas de actualidad que involucran variados campos y que son propios de la prensa comercial, y que la dimensión política llegase a ocupar un lugar preferente en la ubicación y extensión de las notas arrastrando a la empresa, por momentos, al barro de la confrontación, no siempre debería verse, no obstante, como algo contradictorio. Como hemos visto, ni los antecedentes de sus orientadores ni la presentación original de Mayoría estaban reñidos con la política, pero, además, la política en esta época “vendía”. En este sentido sus acercamientos y posiciones respecto del “peronismo”, a través del tratamiento de temas o cuestiones próximos a ese sentimiento, no constituyen una mera rémora de la vieja pretensión nacionalista de influir sobre el movimiento o un sentido “oportunista” de sumar adeptos entre los proscriptos, sino que le permiten a su vez ampliar una base de mercado esencial para solventar los gastos de impresión y salida.

Cabe acotar que se trataba de la revista de mayor precio en su rubro (4 pesos). El fundamento conceptual estaba basado en “calidad diferente y densidad de contenido”, ya que “Mayoría no vende papel sino lectura, y lectura viva, proveniente de volcar en sus páginas la realidad de las cosas, vista por ojos argentinos, pensada por mentalidades argentinas y escrita por manos argentinas” (Mayoría, 1, 8-4-1957: 3). Junto con ello se acompañaba una promesa: si en el futuro el gobierno los dejaba importar papel barato y le devolvían sus bienes bajarían el precio. Eso sucedió, pero por otras razones. Con el tiempo debió disminuirlo a 3 pesos, pues la calidad del producto se había resentido por la reducción de páginas. Así, de contar en los primeros números con una publicidad (Televisores Columbia), luego del número 7 tuvo que autofinanciarse, para lo cual resultaba vital la ampliación del número de lectoresTiempo después, en los años 1958-59 recibió propaganda de Aerolíneas Argentinas, coincidiendo con una aproximación al oficialismo.

El intento de abarcar temáticas de interés general está presente en las secciones que componían su estructura. Así, por sus páginas se distribuían las siguientes secciones: “Escriben los lectores”, “Escribe el director”, “Revista de la Prensa Política”, “Política”, “Perspectiva continental”, “Gremial”, “Economía”, “Educación”, “Música”, “Deportes”, “Gastronomía”, “Libros”, “Teatro”, “Cine” y “La Bolsa Negra de las Noticias”. Estas partes fijas eran acompañadas de encuestas, al estilo del emprendimiento anterior de Esto Es. Ni bien lanzan Mayoría encaran dos –una referida a la religión y la “decadencia de Occidente” y otra sobre las posibilidades de las artes y las letras en la sociedad contemporánea”. En su curso tomarán temas más sensibles, neurálgicos y movilizantes para el momento como la que encaran acerca del futuro del peronismo en tiempos del gobierno de Frondizi o la polémica acerca de las artes y las letras en tiempos de Perón, que se desarrolla durante un tiempo prolongado (Pulfer, 2019a).

La sección “Escriben los lectores” se ubicaba en la contratapa de la revista. Desde el inicio Mayoría estableció colaboraciones de lectores mediante una sección fija de “escribe el lector” y otra titulada “el cajón de los deslices” donde podían volcar “gazapos”, incluyendo dislates de escritores, tribunos y eruditos que debían estar fundamentados en el recorte correspondiente. También estableció el derecho a réplica; esta parte tenía una extensión mínima de una página completa y cuando las circunstancias o los intercambios lo ameritaban tomaba espacio de la editorial.[3]

“Escribe el director” era el espacio en que Tulio Jacovella desarrollaba la línea política editorial. Sus contenidos estaban teñidos de consideraciones teórico-doctrinarias de cuño nacionalista y referencias históricas ancladas en el revisionismo, desde las cuales se consideraba la coyuntura política inmediata.

“Política” estaba a cargo del periodista Victorio Santos. En un estilo de crónica semanal se desarrollaban los temas candentes de la política. El lugar otorgado a los movimientos de las figuras centrales del peronismo político y gremial lo constituyen en una fuente interesante para el período.[4]

En “Revista de la Prensa política” aparece una revisión de lo publicado en otros medios acerca del proceso político nacional. Práctica del periodismo nacionalista de los treinta[5] retomada por Azul y Blanco en el año 1956 y espejada por Mayoría, esta sección recupera, resalta y subraya cuestiones que son de su interés. De esa manera muestra alianzas informativas con Qué, Palabra Argentina y Azul y Blanco; confrontaciones con medios del liberalismo como La Nación o La Prensa; chicanas con expresiones “libertadoras” como El Gorila o medios de partidos pro “libertadora” como La Vanguardia de los socialistas (uno de los principales blancos de la crítica) a la vez que expresión de distancias con otros periódicos críticos como Propósitos.

La sección “Gremial” está a cargo de Roberto Juárez, periodista acreditado en los medios sindicales que participa de manera activa en los acontecimientos y reconstruye a través de crónicas circunstanciadas debates y situaciones del momento. Junto con esas reconstrucciones realiza entrevistas a líderes gremiales emergentes. Como en toda la publicación, la gráfica acompaña los relatos, mostrando planos de reuniones, conferencias de prensa, plenarios sindicales o directamente fotos singulares de los líderes que disputan los espacios del poder sindical. La inclinación hacia las figuras del peronismo y sus nucleamientos resulta clara y evidente. Esa posición responde al interés político del medio de captar la atención de la masa peronista, más allá de la afinidad personal del periodista con esas orientaciones.

“Perspectiva continental” recorre situaciones de América Latina. En los primeros números trata sobre el Brasil de Kubitschek y la represión del gobierno de Ibáñez en Chile. Luego incursiona en esta dimensión, pero sin columna estable.

En asuntos económicos Mayoría no cuenta con un soporte contundente. Qué la supera ampliamente por contar no sólo con la usina frigerista, sino con las notas de Scalabrini Ortiz que, por sus antecedentes y posiciones nacionalistas indiscutidas, es referido como fundamental por el público de esa orientación. Las notas escritas por Raúl Yanzón refieren a procesos de actualidad como a denuncias de corrupción y malos manejos en tiempos de la “Revolución Libertadora”. En época de Frondizi y al cultivar un apoyo a Frigerio las notas tienden a reproducir los argumentos oficiales en torno a la “batalla del petróleo”, la “estabilización”, etcétera, sin dejar de tratar otras cuestiones de coyuntura. Más tarde toma la columna Lucas Caligniana, incluyendo un enfoque más analítico y crítico.

La sección “Educación” no cuenta con un responsable estable[6] ni se distingue, tampoco, por un saber especializado en la materia. Reúne críticas al gobierno “libertador” basadas en varias razones. Aparecen notas referidas al “desorden de la enseñanza artística” y lo que consideran un proceso de “izquierdización” de la enseñanza universitaria, reiterado en varias oportunidades con títulos catástrofe.[7] Por otro lado critican las purgas realizadas a profesores de orientación “nacional” y dan lugar a proclamas de asociaciones de docentes que piden la reincorporación a sus puestos en tiempos de Frondizi. De manera temprana reivindican la “universidad libre” y más tarde se embarcan en la campaña favorable a ese tipo de enseñanza. Al producirse las marchas en favor de la enseñanza laica acusan connivencia de las autoridades y denuncian que el “ministro de educación está maniatado por una logia de altos funcionarios y asesores extraídos de la izquierda liberal o marxista” (Mayoría, 81, 30-10-1958: 21). En tiempos de acercamiento al gobierno de Frondizi, entrevistan a Antonio Salonia, subsecretario del área, dando lugar a sus explicaciones, razones y muestras de actividades de distinto tipo.

Un espacio dedicado a “Música”, de entrega regular, sigue esa misma dinámica orientada a recuperar clásicos. Aparece la firma de Alfredo Andrés a cargo de esas coberturas. Más adelante, en algunas notas, aparecen las novedades del folklore argentino.

La sección “Deportes” refiere a los problemas y escándalos de orden organizativo en el ámbito del fútbol, intentando mostrar que hasta este ámbito han llegado las “garras” del gobierno militar. En ese espacio cubren turf y ajedrez con bastante extensión. Por momentos aparecen notas referidas al boxeo.

Un rubro como “Gastronomía”, en tanto, constituye una sección menor que incluye recetas (quibebe, pastel de choclos, limón sutil y jalea de membrillo, huevos quimbos y yemas tucumanas, etcétera). Las recomendaciones van firmadas por “Mara”.

La sección de “Libros” está a cargo de Luis M. Soler Cañas. En ella se desarrolla una actividad continua de recensión de materiales inclinados de una manera clara hacia autores de raigambre “nacional-popular” o libros cercanos a ese registro como son los de la serie del Pasado Argentino que publica Hachette (Vicente Rossi, Antonio Zinny, la Correspondencia de Rosas, Quiroga y López recopilada y comentada por Enrique Barba, etcétera) y que reciben variados juicios.

Para amenizar las entregas o aumentar el voltaje de los argumentos Soler Cañas utiliza el seudónimo Finnegan o Daniel Estrella. Bajo este alias reseña el libro Argentina y los Estados Unidos de Arthur Whithaker, comenta favorablemente la “literatura militante y social” de “La mestiza”, de Antonio Nella Castro, considera “una refutación de la fórmula sarmientina y un examen del liberalismo argentino” al libro de Fermín Chávez titulado Civilización y barbarie en la historia de la cultura argentina, analiza La opción del 28 de julio, de Mario Amadeo, Cuentos con ladrones de José Gobello, Lugones. El escritor y su lenguaje de Arturo Cambours Ocampo, Vida de López Jordán de F. Chávez, El país, el dinero, los hombres de Mario Martínez Casas, Poemas con suburbio de Jorge Melazza Muttoni, elogia la reedición del Carnaval del diablo de Juan O. Ponferrada. Otras veces firma con la sigla “SC” el comentario a la edición completa de la Historia de los ferrocarriles argentinos, de Raúl Scalabrini Ortiz. En otra ocasión firma con la sigla “SMP” la recensión de Operación Masacre. Al producirse la normalización de la situación institucional con la asunción de Frondizi, el responsable de la sección firma con su nombre y apellido. Así realiza la cobertura de libros varios: Breviario de la literatura argentina contemporánea de Juan Pinto, Perdido en su noche de Manuel Gálvez, Nicolás Olivari, poeta unicaule, de Bernardo E. Koremblit. De autores que están en su “línea” exhuma El Paso de los libres de Jauretche con una extensa nota que incluye foto y elogio del autor, celebra Tres poemas de Alfonso Sola González, reseña Teoría del argentino de Arturo López Peña, comenta favorablemente dos libros del poeta Francisco Dibella, destaca a Leonardo Castellani con “una literatura policial argentina” por la salida de El enigma del fantasma en coche, elogia la obra poética Orbe de Pablo Ramella, etcétera.

Con su firma realiza entrevistas a autores. Una que se destaca es la que le hace a Horacio Velázquez[8] con motivo de la salida de su libro sobre el General Pedernera y brinda a éste la posibilidad de replicar a las críticas que le realizan desde el diario La Nación: “He sido muchos años engañado por una historia artificiosa y mistificada y no me voy a prestar a engañar a otros”, declara el autor. Sin que esto resulte suficiente, más tarde, realiza una reseña del libro hablando de “nutrido aporte a nuestra bibliografía histórica”. También escribe sentidas necrológicas como las que dedica a “Scalabrini Ortiz: maestro y guía” o a Miguel Ángel Gómez ante su trágico deceso. Da lugar a escritores de otras tendencias: saluda el libro de Raúl González Tuñón titulado A la sombra de los barrios amados. En esta misma parte interviene Chávez, bajo el alias de Juan Cruz Romero, realizando comentarios de libros históricos. Así comenta la Historia crítica de los partidos políticos, de Puiggrós, El difícil tiempo nuevo de Deodoro Roca, Los profetas del odio, de Jauretche, Revolución y contrarrevolución en la Argentina de Jorge A. Ramos, Libre empresa o nacionalización de la industria de la carne de Puiggrós, Proceso al liberalismo argentino de Atilio García Mellid, Imperialismo y cultura de Juan José Hernández Arregui, La fuerza es el derecho de las bestias y Los vendepatria de Juan D. Perón.

En una columna asociada, titulada “Crónica semanal”, se realizan breves e irónicos comentarios sobre figuras del campo intelectual de corte “liberal”. Siguiendo los derroteros de la producción (se ocupan de Arturo Capdevila, César Rosales, etcétera) o situaciones producidas en el ámbito de la SADE (denuncian que no hacen nada ante la detención de Leónidas Barletta, Raúl Larra y Budiño Kramer, ridiculizan intervenciones del presidente interino de la asociación Horacio Esteban Ratti, del crítico literario Juan Carlos Ghiano o del escritor Manuel Mújica Láinez). Distinto tratamiento reciben escritores de raigambre nacionalista (Manuel Gálvez o Federico Ibarguren por ejemplo) o de adscripción peronista (Osvaldo Guglielmino con Juan sin ropa; el libro Civilización y barbarie de Fermín Chávez; Proceso al liberalismo argentino de Atilio García Mellid, La tierra y el vagabundo de Vicente Trípoli). En ese mismo lugar se rinde tributo a escritores fallecidos que han sido omitidos en las necrológicas de los diarios principales: Arturo Cancela, José Gabriel, Horacio Rega Molina, Juan Alfonso Carrizo.

En la sección “Letras” inician una serie de “polémicas”: “¿Era ‘necesaria la obsecuencia como principal y único mérito’ para ser premiado antes de 1955?”, pregunta retórica ya que agregan las fotos de Petit de Murat, Estrella Gutiérrez, Pedro M. Obligado, Ferreyra Basso y Mallea, merecedores de premios durante el “régimen depuesto”. Agregan la foto de Jorge L. Borges que “aunque no lo premiaron también se presentó…”. La discusión se organiza en espejo a la “censura” en los premios municipales a Castellani, Tiempo y José L. Muñoz Azpiri, denunciada en la misma entrega (Mayoría, 38, 23-12-1957: 14). Producto de una intervención casual (Mayoría, 83, 13-11-1958) sobre la polémica en torno a la censura de Lolita de Nabokov en Rusia se desata una larga polémica en el medio. “Llamar cochino a un colega de las letras es un insulto barato… en Rusia. En la Argentina, no” y Finnegan (alias de Soler Cañas) blande el anónimo Pax con sus versos descalificadores de escritores afines al peronismo depuesto. Desde allí comienza una larga polémica sobre “Artes y Letras en tiempos de Perón”.

Una sección que nace andando el tiempo es la que corresponde a las notas históricas. Allí aparece la pluma de José María Rosa con series temáticas hilvanando notas por entrega. La primera de ellas refiere al libro que está publicando por entonces: La caída de Rosas. La segunda refiere a uno que publicará más tarde en base a esas entregas: La guerra del Paraguay.

La sección denominada “Teatro” se inicia con una denuncia sobre los manejos en la Casa del Teatro que sigue en varias entregas. En simultánea, la firma de Onofre Prada da cuenta de las novedades de las salas porteñas. En su desarrollo incorpora la pluma de Juan Oscar Ponferrada, escritor, dramaturgo y director del Instituto del Teatro Cervantes bajo el peronismo.

La parte correspondiente al cine comienza con una serie de notas vinculadas a los “Precursores del cine argentino” a cargo de Ricardo Vera. A través de columnas de crítica de los estrenos, a cargo de Javier Crosa, intentan orientar las opciones de un público de sectores medios.

En cada número se integran, como solía ser norma en otras revistas, consideraciones sobre el horóscopo y un crucigrama.

Muy importante resulta para el análisis la sección “Bolsa negra de noticias”, presentada como un “suplemento a la prensa diaria”. Se trata de un apartado de páginas interiores en el que se calificaba la especie enunciada en tres categorías de veracidad y confirmación: “Rumor verosímil”, “versión fidedigna” o “noticia cierta”, ponderándosela en cada caso con uno, dos o tres asteriscos, respectivamente. En las primeras categorías solían aparecer trascendidos que no dejaban de revelar tres constantes en el orden de preferencias del medio: las prevenciones anticomunistas, la atención sobre todo lo que ocurría al interior del peronismo y la simpatía por los sectores más moderados del movimiento. A fines de febrero de 1959, por ejemplo, prevenían sobre la visita de “estudiantes” argelinos pertenecientes al Partido Comunista con experiencia en prácticas terroristas cuya función sería “encuadrar los movimientos estudiantiles marxistas y dirigir desmanes callejeros”.[9] Como datos confirmados aparecían tres informaciones que daban de lleno en las disputas peronistas. La primera, la renuncia formal de Albrieu al Consejo Coordinador y Supervisor del “Partido Justicialista” con el objeto de “dejar a Perón en libertad de acción”. En segundo lugar, que Perón acababa de elegir como “enlace para las tratativas que mantiene con el gobierno al periodista Campos, del semanario Norte”, algo que según el medio “ha provocado el disgusto de las figuras más salientes del Movimiento”. En tercer término, que la Junta Nacional del Partido Justicialista por vía de su vicepresidente Dr. López Bustos “desconoce la existencia del Consejo Superior (sic) y Coordinador y solo acatará directivas de Perón formuladas por escrito”.[10] La referida “bolsa” es, pues, una verdadera cantera de información sobre lo que pasaba en el peronismo. En palabras de Carlos Campos, una “biblia para la historia del peronismo”.[11]

El término usado del “enlace” que comenzaría a operar como delegado ilustra también lo que significaban los semanarios para esta época en la que la información política no abundaba, sino todo lo contrario, en los programas radiales y quedaba circunscripta, en realidad, a lo que se conocía merced a la prensa escrita.

 

Riesgos

El desenvolvimiento de Mayoría, en su mayor parte, no puede dejar de ligarse a las condiciones del ejercicio periodístico en tiempos de la “Revolución Libertadora”. Esa tarea suponía restricciones y riesgos fuertes para quienes se posicionaban como medios críticos o eran considerados opositores. Esas restricciones recorrían un abanico que abarcaban desde limitaciones en la provisión de papel hasta la aplicación de diversos modos de censura, sanciones legales, secuestros de ejemplares y hasta pedidos de captura de la dirección.

Una de las maneras de controlar la salida de publicaciones en esos tiempos se vinculaba a la entrega del papel. La “Libertadora” no innovaba en este aspecto, pero aplicaba de una manera severa el control hacia medios que consideraba opositores. Dan cuenta de ellos reproduciendo los dichos atribuidos al funcionario responsable de la distribución del papel, quien afirma que Mayoría “será estrangulada” (“Mayoría y la Libertad de prensa”, Mayoría, 12, 24-6-1957: 5). Por tal motivo, la irregularidad en la provisión de papel obligaría a los editores de Mayoría a reducir drásticamente el número de páginas de 32 a 24 en la décima segunda entrega y a sólo 16 páginas luego de la convocatoria a Constituyentes.

“Esta severa restricción de papel los llevaría a prescindir de varias secciones, resintiéndose, incluso, también su parte fotográfica, por lo cual prefirió convertirse en un órgano de expresión política más que cultural. La denuncia pública efectuada por la revista acerca de esta arbitrariedad que el poder político tenía para con los Jacovella se agudizaba con el no acatamiento del decreto ley 4161 y la prédica antigubernista que lo convertía en un medio opositor” (Díaz, 2003: 9).

Desde el segundo número la revista comienza a denunciar la situación de “colegas presos o bajo proceso”. Así se hace eco del encarcelamiento de José Gobello y Pablo Ramella, y de los procesos a Rogelio Frigerio y Raúl Scalabrini Ortiz (Mayoría, 2, 15-4-1957: 9). También denuncian la detención de Raúl Damonte Taborda, director de Resistencia Popular (Mayoría, 25, 23-9-1957: 7).

Es de práctica en la época “saludar” la aparición de nuevos medios, en particular si son antigubernamentales. Así ocurre con Rebeldía, a quien se le da la bienvenida “con el gesto breve, alegre y cordial con que se recibe a un camarada nuevo en la primera línea de fuego” (Mayoría, “Rebeldía”, 14, 15-7-1957: 5). Tiempo después al aparecer otro periódico, escriben: “Acaba de aparecer ‘Nueva Consigna’, que viene a incorporarse a la amplia línea de inspiración nacional. Sucesor de ‘Consigna’ –clausurado por este gobierno–, el nuevo semanario no desmiente el espíritu y la decisión que caracterizaron a aquél. Deseamos al colega larga vida, y a su director, Osvaldo Méndez, todas las garantías de una lucha leal, sin persecuciones policiales ni colisiones con el incalificable decreto-ley 4161” (Mayoría, 24, 16-9-1957: 5). Lo mismo sucede con Nueva Argentina, órgano de la Unión Popular con la que simpatizan los responsables de la publicación (Mayoría, 39, 30-12-1957: Contratapa) con Volveremos “semanario que viene a sumarse a la lucha por la causa nacional y popular” (Mayoría, 44, 3-2-1958: Contratapa).

Mayoría no había seguido los preceptos emanados del decreto-ley 4161 al que denominaba “delito de opinión”. Había nombrado a Perón y todo lo referente a su partido y sólo había recurrido a eufemismos –“La tiranía”, “gobierno depuesto”, “el ausente”, etcétera– cuando deseaba conferirle a su discurso una carga mayor de ironía. A punto tal alcanzaba su “desobediencia” que en dos oportunidades transcribiría algunos párrafos del reportaje efectuado a Perón por un medio cubano. En la primera entrega la consulta giraba en torno a los atentados sufridos contra su vida, y en la segunda, el tema era la relación con la Iglesia Católica. Al respecto decía Perón: “el clero argentino ha hallado en mí y hallará siempre un aliado en la empresa de cultivar espiritual y moralmente al pueblo” (Mayoría, 5, 6-5-1957). “Esta provocación al gobierno se volvería todavía más irreverente al publicar en la portada del 20 de agosto, al estilo de un diario sensacionalista: ‘Última hora. Perón habría estado con Eisenhower 45 minutos en un lugar no especificado de Estados Unidos’” (Díaz, 2003: 14).

El conflicto entre el medio y el gobierno tendría otro capítulo en ocasión de las elecciones de julio de 1957. Otro campo es el referido al cercenamiento de la específica labor periodística. El propio semanario lo denuncia: “a los redactores de Mayoría por lo pronto no solamente se les negó toda facilidad para seguir de cerca las alternativas del escrutinio, en los lugares habilitados al efecto, sino que se llegó hasta a prohibírseles la entrada. Tanto en el Ministerio del Interior, como en el Comando Electoral de la Capital” (Díaz, 2003: 15).

El gobierno militar, efectivamente, asediaba a los medios de distintas formas. En esta coyuntura, por caso, “librarían orden de arresto contra Tulio Jacovella y Rogelio Frigerio, por ‘infracción al decreto-ley 4161, en virtud de la publicación de las declaraciones del presidente depuesto a un diario de Cuba y otras notas informativas de análogo carácter’” (Mayoría, 17, 31-7-1957: 6). En la página 7 del mismo número y bajo el título “Recrudece la presión oficial contra la prensa libre”, el hebdomadario se encargaba de explicar el callejón sin salida en que se hallaba el cuarto poder argentino, ya que “con papel o sin papel, no se puede atacar los actos de las autoridades, porque eso configura un ‘exceso de expresión’, ni se puede discutir el pro y el contra del anterior gobierno, porque se viola el decreto-ley 4161. Volvemos así abiertamente a un régimen de totalitarismo de prensa que esta revolución se decía venía a derogar”.

En otra ocasión denuncian: “al mismo tiempo que los comandos civiles llevaban a cabo la curiosa ceremonia de quemar simultáneamente en varias ciudades todas las publicaciones que no elogian al gobierno, la policía iniciaba la persecución de los directores responsables de Mayoría, Dr. Tulio Jacovella, Alejandro Olmos de Palabra Argentina y Osvaldo Méndez de Nueva Consigna, desconociéndose hasta el momento el juez y la causa por la cual se intenta enviarlos a hacer compañía a sus colegas de Resistencia Popular, Damonte Taborda, Mario Masusuh, de El Guerrillero y Manuel Bustos Núñez de Rebeldía, alojados en las cárceles de la democracia y la libertad” (Mayoría, 27, 7-10-1957: 4).

Jacovella envía una Carta abierta al presidente de la Convención reformadora detallando en sus primeros siete puntos –papel, negación de imprentas a imprimir periódicos opositores, directores de prensa opositora presos o con pedido de captura, quema de ejemplares a la vista de autoridades públicas, secuestro de publicaciones, decreto ley 4161– los atropellos que sufre la prensa (Mayoría, 28, 14-10-1957: Contratapa).

La aplicación del decreto ley 4161 y una crítica realizada a Pedro Eugenio Aramburu obligarían a Tulio Jacovella a asilarse en la Embajada del Uruguay, ocasión en que al clásico “Escribe el director” le agregaría “desde un lugar de la República” (Mayoría, 30, 28-10-1957: 3). Poco después denuncian nuevos atropellos en la tapa de la revista (Mayoría, 33, 18-11-1957).

Los números sucesivos se constituyen en un verdadero compendio de denuncias respecto de la situación de esa prensa opositora de la cual Mayoría forma parte, y de la prensa peronista en particular con la cual comparte varias líneas de solidaridad y problemas.

En nota “A los distribuidores y lectores del interior” piden disculpas por la interrupción de la circulación postal de Mayoría. Del mismo modo lo hacen con los distribuidores que no recibieron los envíos “en virtud del secuestro subrepticio de paquetes que se llevaba a cabo en Correos por orden superior”. Prometen reiniciar los envíos postales “cuando se vayan los libertadores del gobierno, inclusive el sabattinista doctor Ángel H. Cabral, ministro de Comunicaciones” (“A los distribuidores y lectores del interior”, Mayoría, 34, 25-11-1957: 2). En nota interior denuncian la falta de provisión de papel, la vigencia del decreto 4161 –“delito de opinión”– y las pérdidas económicas que suponen tantos secuestros y el hecho de directores entre rejas o tomando el camino del exilio: “Hasta estos momentos están presos los directores de Rebeldía, Resistencia Popular, El Hombre y Palabra Obrera, encontrándose prófugos los de Palabra Prohibida, Nueva Consigna, Palabra Argentina y Mayoría” (“Funcionarios del gobierno eliminan metódicamente la prensa opositora”, Mayoría, 34, 25-11-1957: 7).

“La policía y bandas de civiles armados continúan secuestrando los ejemplares de Mayoría” denuncian en la entrega de principios de diciembre (Mayoría, 35, 2-12-1957: 17). En la misma entrega se hacen eco de la persecución a Sobrino Aranda en Rosario por parte del comisario Cámara (“Comisarios perseguidores de periodistas libres”, Mayoría, 35. 2-12-1957: Contratapa). Poco después reiteran las críticas al Ministerio de comunicaciones que “prohibió la circulación postal de Mayoría imputándole ‘lenguaje impropio’ e ‘infracción al decreto-ley 4161’” apelando a una intervención del “incorruptible doctor Sabattini” siendo que el responsable del área respondía a su sector político (Mayoría, 36, 9-12-1957: Contratapa).

Tanto la vulneración de derechos por parte del gobierno militar como su denuncia hablaban de cierta debilidad para seguir controlando los márgenes de actuación del periodismo. En el mes de diciembre de 1957 anuncian la creación de “Una nueva entidad periodística. Asociación de la Prensa Argentina”. Se trata de una entidad gremial de periodistas para la defensa de la “auténtica libertad de prensa y de los intereses profesionales”. En la Comisión provisional se alistan: R. P. Hernán Benítez, Luis Sobrino Aranda, Osvaldo Méndez, Rogelio Frigerio, Marcelo Sánchez Sorondo, Raúl Damonte Taborda, Alejandro Olmos y Tulio Jacovella (Mayoría, 38, 23-12-1957: 5). Síntoma del mismo proceso es la creación, por ese mismo tiempo del Comité Pro-Derogación del Decreto 4161, del que da cuenta Mayoría y en el que revistan todos los integrantes de la Comisión de la nueva asociación de prensa y muchos de los colaboradores de los medios opositores: Castelnuovo, Castiñeira de Dios, Cerrutti Costa, F. Chávez, Ramón Doll, Abraham Guillen, Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz, Antonio Nella Castro, Ponferrada, Puiggrós, Thiebaut, entre otros dirigentes gremiales (Cavalli, Cavalieri, etcétera) y políticos (Albrieu, Leloir, etcétera) (Mayoría, 38, 23-12-1957: 11).

En Carta firmada por Tulio J. Jacovella, “Mayoría pide al ministro del Interior que haga cesar el secuestro de sus ediciones” (Mayoría, 38, 23-12-1957: Contratapa). En la entrega número 41 colocan en tapa una foto de ejemplares de la publicación arrumbados, acompañada de la siguiente explicación: “Las autoridades revolucionarias de Correos, mucho antes de prohibir la circulación postal de Mayoría, disponían secuestro parciales de sus encomiendas, que eran arrojadas a un rincón, sin decir una palabra a sus editores o distribuidores, al punto de que en muchas localidades del interior se cree que la revista dejó de aparecer hace más de un mes. Para documentar concluyentemente este abuso y delito sin precedentes, Mayoría ha convocado a una conferencia de prensa para el martes 14 a las 11”. Por enésima vez en esa misma entregan denuncian dificultades para acceder al papel (Mayoría, 41, 13-1-1958). Al dar cuenta del desarrollo de la conferencia de prensa citada agregan que el director del medio inició causa penal a los responsables del Ministerio de Comunicación (Mayoría, 42, 20-1-1958: Contratapa).

Luego del triunfo de Frondizi continúan denunciando la falta de provisión en la cuota de papel y plantean el tema al próximo presidente, ya que nada esperan del gobierno militar (Mayoría, 48, 7-3-1958: Contratapa). Reiteran las protestas por la falta de provisión de papel y la evidente arbitrariedad en la entrega a otros medios oficialistas. Junto con ello denuncian la falta de instalación de líneas telefónicas para las oficinas del semanario (Mayoría, 50, 24-3-1958: Contratapa). En el número 51 denuncian la continuidad de los secuestros de Mayoría (31-3-1958: Contratapa).

En un editorial de balance al cumplir un año anotan en relación a las condiciones de ejercicio del periodismo: “Largo y duro ha sido el camino. Hemos conocido la prisión, las persecuciones, los secuestros de la revisa desde hace siete meses, el destierro y once procesos por violación del monstruoso decreto-ley 4161. El Ministerio de Comunicaciones canceló en nombre de la libertad de ideas la franquicia que teníamos para la circulación postal, y finalmente, el Secretario de Prensa se negó a otorgarnos la cuota de papel que nos correspondía, por entender que así defendía la democracia” (Mayoría, 52, 7-4-1958). En el número 53 incluyen denuncias de procesamiento al director del semanario, ocupando referencias en tapa, sección política y contratapa (Mayoría, 53, 14-4-1958, tapa, página 6 y contratapa).

En la entrega siguiente a la asunción de Frondizi incluyen un recuadro que contiene “Nuestro agradecimiento” por las muestras de adhesión ante la persecución de la “dictadura oligárquica” al director de Mayoría (Mayoría, 56, 5-5-1958: 12). Al asumir Frondizi parecen cambiar las condiciones. El semanario cambia de estética, amplía sus páginas y aunque continúa su prédica contraria a los personeros de la línea dura de la “libertadora” no denuncia limitaciones en el ejercicio de la función periodística.

Sobre el final de su recorrido, frente a la publicación de notas críticas hacia la gestión gubernamental obliga al reemplazo del director Tulio Jacovella y su reemplazo por otra pluma proveniente del nacionalismo: Fernando García Della Costa. El anuncio del votoblanquismo y el apoyo decidido al peronismo en las elecciones de 1960, así como la cobertura primero y una entrevista al “Comandante Uturunco” luego, dan lugar a la clausura y cierre de la experiencia.

 

Etapas

Mayoría se publicó, con interrupciones, entre los años 1957 y 1960. Para el ejercicio de periodización realizaremos dos aproximaciones. Una, vinculando la publicación a los procesos políticos. La segunda a las decisiones de sus orientadores en relación a las alianzas y movimientos en el campo político. Aunque condicionadas y entrelazadas, creemos que la distinción permite enriquecer la perspectiva de análisis.

Comencemos por la relación con los contextos políticos. En su recorrido podemos distinguir cuatro etapas siguiendo un criterio cronológico y atendiendo a las diferentes coyunturas. Respecto de la relación con los contextos políticos, siguiendo un criterio cronológico y atendiendo a las diferentes coyunturas, podemos distinguir cuatro etapas. Una primera salida, vinculada a una intención comercial y cierta revancha por la supresión y la apropiación de los bienes de la antigua publicación Esto Es. Una etapa combativa, de enfrentamiento a la “Revolución Libertadora”, producto del tratamiento y restricciones de la circulación de Mayoría. Carman (2015: 433) señala que el medio termina denunciando “el contenido revanchista y liberal de la Libertadora”.[12] Un tiempo en el que apuestan decisivamente a apoyar a los candidatos participacionistas encarnados en el neoperonismo. Un período filo-frigerista, otorgan tiempo al gobierno para evaluarlo, reciben propaganda de un ente oficial, declaran a Rogelio personaje del año 1958.[13] Un período de acercamiento al Consejo Coordinador del peronismo y de ruptura con el gobierno de Frondizi en el que no eluden los riesgos de una clausura que, puede decirse, terminan buscando con notas sobre “Uturuncos” (números 127 del 1 de octubre de 1959 al 140 del 25 de enero de 1960). Preso Tulio Jacovella, asume la dirección Fernando García Della Costa (números 140 al 147 del 14 de marzo de 1960) llamando al voto en blanco, hasta la clausura definitiva del medio por la entrevista con el líder uturunco. Esta periodización resulta necesaria, ya que las aproximaciones previas han sido parciales y las recuperaciones retrospectivas de sus directores subrayan de manera central una de las etapas[14] que nos proponemos reconstruir en esta oportunidad.

En el momento en que comenzaron a liberalizarse los clivajes políticos rumbo a la elección de convencionales constituyentes de 1957, nace Mayoría, un semanario con una presencia significativa, cercano en su formato a Qué y de gran tirada comercial. Buscan ser un referente de interés general que contiene lo político. Sus promotores consideran que desde el título resultan más políticos que el emprendimiento anterior de Esto Es. Su tapa, con una plaza llena con una imagen tomada desde considerable distancia, sin identificaciones de signo partidario, tan sólo con algunos mástiles y sin banderas desplegadas, puede representar tanto una “plaza blanca lonardista” como una “plaza negra peronista” y expresa la síntesis, a la vez elusiva y simbólica, del propósito del semanario.[15]

El propósito inicial de Mayoría es, pues, conciliador. Afirma Jacovella en el editorial que “Con Mayoría los fundadores de Esto Es vuelven a tomar contacto con el público. Trece meses han esperado que los funcionarios del gobierno que ocuparon la revista tuvieran a bien desocuparla o explicar al menos por qué no lo hacen. No siendo razonable esperar más, han resuelto volver la página y editar otra, seguros de que encontrarán en los lectores el mismo fervor que prodigaron a Esto Es, durante su vida independiente y que le retiraron luego al aparecer convertido en un órgano más de la propaganda oficial (…) No deseamos formular ningún cargo. Es también ésa una antigua modalidad argentina, muy característica en gente que, sin ella, podría escribir páginas admirables de nuestra historia. Tampoco deseamos enconar más la dolorosa llaga que significa el desplazamiento del jefe [Lonardi] y de los sentimientos que lo hicieron triunfar”. Y más adelante insisten: “Las revoluciones tienen su singular destino, y a menudo, como el ataúd, según dice la adivinanza popular, ‘quien la hace no la goza’. Es hora de que ceda también el resentimiento. La negación del gobierno puede llegar a ser tan fastidiosa para la opinión pública como la incompetencia del mismo. La verdad es que el país está cansado de muchas cosas, y entre ellas, por un tiempo al menos, de las revoluciones, sean ‘nacionales’ o ‘libertadoras’, y que sólo pide vivir en paz, asegurado contra la miseria y la prepotencia de los dueños del poder o de la riqueza”. Aclaran: “El nombre de Mayoría es, indudablemente, mucho menos objetivo que el de Esto Es” y conscientes del contexto agregan: “Pero Esto Es, como se recordará, no pudo menos que convertirse, por imperio de los hechos, en esto debe ser, o no debe ser. De manera que no hay que asustarse de la connotación política del título. Al fin y al cabo, en esta era crudamente política todos los actores trepados en el escenario de la historia quieren definir por su cuenta lo cierto y lo falso, lo bueno y lo malo, lo bello y lo feo, lo santo y lo profano, el orden y la subversión, la patria y la antipatria, la libertad y el despotismo, con la previsible consecuencia de que la definición final sólo viene a darla quien puede alzar el trofeo de la fuerza” (Mayoría, 1-4-1957).

La propuesta: “Retornar entonces al principio clásico de la democracia, de que la razón la tiene la mitad más uno, es una actitud razonable, y quizás la única susceptible de asentar hoy día la convivencia sobre un fundamento sólido. Sin perder de vista, pues, la evidencia de que la mayoría puede equivocarse, inclusive en contra de su mismo interés, creemos que no hay más salida actual para la desazón argentina que devolver honestamente el gobierno de la república a la decisión electoral del pueblo”. Realizada la declaración de fe democrática y los anhelos de convivencia en paz, declaran: “Esto no quiere decir que Mayoría sea una revista política o de combate. Absolutamente. En tiempos agitados, no podrá menos de dar su debida importancia al acaecer político, pero sin tomar partido, y mucho menos en favor de quienes ambicionan oprimir a las minorías en nombre de la voluntad del pueblo a las mayorías en nombre de los derechos del hombre”.

Declaración de propósitos inicial: “Mayoría, como en su tiempo Esto Es, aspira a ser una revista informativa y de interés general, sin más bandera que la amplísima de los principios que fundamentan la civilización de occidente, el modo tradicional de ser y pensar de los argentinos y la ética del periodismo sano y libre” (Mayoría, 1, abril 1957). El ponerse por “encima” de las contradicciones, la búsqueda de equidistancia y la enunciación principista intentaban conjurar el pasado en el que se habían visto envueltos.

Más allá de todas esas manifestaciones, sus antecedentes hacen compleja su aparición. Los problemas comienzan ni bien sale. Azul y Blanco publica un recuadro denunciando las “condiciones” (Azul y Blanco, abril 1957): “Nuestro colega ‘Mayoría’ prosigue en su heroica lucha contra la falta de papel y su director, Tulio Jacovella, es procesado por el famoso delito ideológico instaurado con el decreto 4161, buscado por la policía, detenido y luego puesto en libertad condicional”. El recuerdo de las persecuciones y la “expropiación” de Esto Es, unido a estos procedimientos dictatoriales, empujan a Mayoría a una línea crítica y combatiente hacia el gobierno militar, en sintonía con las pullas que desde Azul y Blanco dirigían al “provisoriato”.[16]

En la segunda entrega (“De falsas premisas, falsas conclusiones”, Mayoría, 2, 15-4-1957: 3) el director ya habla de cadenas de errores del gobierno, caracterizándolo como gobierno de “ocupación” y considerando una pérdida de tiempo para la Nación el llamado a reforma constitucional. El argumento se refuerza con la nota política titulada “No interesa al país la reforma constitucional, sino el problema fundamental que hay tras ella” (Mayoría, 2, 15-4-1957: 4). Esto abre una nueva etapa en la que Mayoría comienza a cuestionar al gobierno, ventilar situaciones conflictivas del mismo y a asumir elementos simbólicos reivindicatorios más cercanos a la familia peronista.

En el número 3 coloca en tapa una foto de Bramuglia y celebra el “reconocimiento de la personería electoral del partido Unión Popular” (Mayoría, 3, 22-4-1957: 2). En la nota política consignan: “No hay salida para el gobierno y el país con 380.000 inhabilitaciones entre políticas y gremiales” (Mayoría, 3, 22-4-1957: 4).

En la siguiente edición el director afirma: “La revolución se ha hecho para pacificar al país y no para ponerlo en el banquillo de los acusados” (Mayoría, 4, 29-4-1957: 3). En tapa del 5 cubren los asedios policiales a los manifestantes de los centros populares que marchan hacia el acto en el Luna Park organizado por Azul y Blanco con un estandarte que incluye una vaca que simbolizaba al presidente de facto. Al interior dan cobertura de su desarrollo, con fotos de los oradores (Sánchez Sorondo, Goyeneche, Lastra, etcétera) y titulan “Una vigorosa tentativa en serio de reencuentro nacionalista popular” (Mayoría, 5, 6-5-1957: 4).

El siguiente ejemplar interpela con una disyuntiva de hierro: “¡O el país o la dictadura!”. Colocan el siguiente manifiesto: “Mayoría, sensible a las grandes aspiraciones populares, plantea a los hombres responsables de todos los partidos que han hecho suyas esas banderas la imperiosa necesidad de aunar sus esfuerzos hasta hoy dispersos, y los invita formalmente a que, en la forma circunstancial de un frente común, procedan a convocar a la ciudadanía de todo el país para repudiar a los hombres y la gestión de la actual dictadura en 12 actos públicos que alcancen la categoría de un pronunciamiento popular sin precedentes” (Mayoría, 6, 13-5-1957: 4). En el editorial, siguiendo la línea de la portada, calificaba al gobierno de una: “Revolución fantasma que sirve para todo, salvo para pacificar al país y devolverlo al imperio del Derecho”.

En la del número 7 se cubre el acto de la Unión Federal, otro partido de afinidad nacionalista, que reclama el “imperio del derecho y la vigencia de la constitución de 1949” (Mayoría, 7, 20-5-1957).

En el número 8 del 27 de mayo de 1957 anotan, en la parte política: “Sin posibilidades en las urnas, intenta el gobierno el camino de la dictadura”. En esa entrega comienza la serie de notas de la “operación masacre” escritas por Rodolfo Walsh (Mayoría, 8, 27-5-1957: 4). Dichas notas salen hasta el número 15 del 15 de julio del mismo año y tendrá dos apéndices en los números 17 del 31 de julio y 39 del 30 de diciembre de 1957.

Junto a ello, en el número 9 (Mayoría, 9, 3-6-1957), en la proximidad del primer aniversario de su fusilamiento aparece en tapa Juan José Valle y al interior una nota con fotos de las víctimas y de sus familias, reproduciéndose incluso la proclama completa del levantamiento de junio de 1956. Además, anotan en tapa que “Se abre ante la historia el proceso por la cruel y ciega represión de junio de 1956” y el director titula “Homenaje a los caídos en junio”.

El número 10 (Mayoría, 10, 3-6-1957) continúa con la munición gruesa: “La cárcel de Caseros Bastilla de la patria” con una imagen del penal en tapa. Al interior reproducen, haciendo suyo, un reclamo de un grupo de abogados encabezados por Hasperúe Becerra reclamando la derogación de las cláusulas del decreto 4161. A esta altura comienzan a integrarse notas de autores revisionistas. Inicia la serie Atilio García Mellid con un artículo reivindicatorio titulado “Dorrego: un símbolo de nuestra historia”. En contratapa, aparecen los versos de “El presidente duerme”, de José Gobello (referido a la pasividad de Aramburu frente a los pedidos de la familia Valle) y el escrito “Oración por los fusilados de junio. El polichinela y las llagas de Cristo” de Helvio “Poroto” Botana.

Estos contenidos hacen que desde el gobierno militar caractericen al periódico como parte de una campaña de incitación terrorista (Mayoría, 11, 17-6-1957: 4). Se suma al semanario la pluma de Arturo Jauretche (“Partidos nacionales y de los otros”, Mayoría, 11, 17-6-1957: 8), volcado a la campaña concurrencista. Una nota-entrevista con fotos sobre “El destierro de Alicia Eguren” brinda información sobre su trayectoria, las razones de su detención y lo que se lleva al exilio: “Dejé en este país a los seres que me son más queridos. Queda también mi pueblo. Pero me llevo de ellos sus sueños e inquietudes. Algo que nunca podrán quitarme” (Mayoría, 11, 17-6-1957: 14). No dejan de cubrir, tampoco, la “La Marcha del silencio” realizada a un año de los fusilamientos, una manifestación que “el veto oficial tornó ruidosa” y en la que “Gases, cargas de caballería y civiles armados fue la respuesta policial al homenaje” (Mayoría, 11, 17-6-1957: 15).

En la siguiente entrega, en torno al Día de la Bandera, consignan en tapa: “Belgrano creó la bandera nacional para unir y no para dividir a los argentinos” (Mayoría, 12, 24-6-1957). En el editorial advierten sobre los propósitos del gobierno: “Para el continuismo, todo camino es bueno”. Objetan las interdicciones económicas a figuras del gobierno peronista. Cubren el avance del gremialismo peronista en la Intersindical. Continúan las entregas de “Operación Masacre”. En contratapa inauguran la sección “El Dipterio” en la que las reflexiones irónicas sobre la actualidad campean junto a pullas a figuras del proceso político –en esta entrega la referencia es a Alfredo Palacios, “inmortal porque está disecado”. Junto al Dipterio aparece una sátira ilustrada con versos de Tarquino sobre la “constituyente”:

En la entrega del 1 de julio Mayoría coloca en tapa las fotos de Frondizi, Leloir y Solano Lima anotando la siguiente afirmación: “El país no puede reformar su Constitución en un ambiente de violencia y revancha”. En la columna política abunda: “Votando en blanco o contra la reforma el pueblo expresará su repudio al gobierno”. Como anticipo de lo que vendrá, ilustra la nota con una foto en la que está Perón acompañado por Rojas, con la siguiente leyenda: “El contralmirante Rojas habló de las ‘bocas que no se abrieron en otros tiempos’. Se refería a la época que llamó ‘la vergonzosa segunda tiranía’, en la que como lo evidencia esta fotografía, era un fervoroso acólito”. En ese número denuncian la existencia de los “comandos civiles revolucionarios”, reproduciendo la Orden General número 1 de esa organización a la que califican como asociación ilícita solicitando la intervención judicial para limitar su accionar (Mayoría, 13, 1-7-1957: 9). De esa manera, a caballo de denuncias y posicionamientos se introduce en el debate electoral que lleva a la elección de convencionales en julio de 1957. En sucesivas editoriales piden un voto de abstención, en blanco o de apoyo a los candidatos contrarios a la “libertadora”.

En la sección política de la entrega del 8 de julio (Mayoría, 14, 8-7-1957: 4) titulan: “Abstención, voto en blanco: oposición” trayendo a su favor las directivas de Caracas, las opiniones de Frondizi, Solano Lima, B. Lastra, Saadi y Bramuglia, con respectivas fotos de estos últimos. En la página 10, para mayor ilustración y con cierta identificación, reproducen in extenso el texto de la Declaración de la Unión Popular “Al Pueblo de la República”.

Vuelve a escribir Jauretche y desarrolla una columna que lleva por título “Por desacreditar al régimen anterior, la representación argentina sólo siembra desprestigio sobre nuestro país” aludiendo a la política exterior argentina en relación al Brasil. Aprovecha la ocasión para homenajear a Carrillo que ha muerto exiliado en ese país y firma la nota desde “Porto Alegre, junio de 1957”. Siguen las notas de Walsh y esta vez agregan una carta del periodista en la que denuncia que personal policial de la provincia de Buenos Aires se ha apersonada reiteradas veces en su domicilio en La Plata.

En el orden de las denuncias dedican un artículo al remate de los bienes del Hogar de la Empleada “General San Martín”, su venta y su próxima demolición. Califican: “Nueva víctima del revanchismo” (Mayoría, 14, 8-7-1957: 20). En el espacio y ubicación correspondiente a “Artes y Letras”, en el que Soler Cañas despunta la crítica literaria acompañado por su amigo Fermín Chávez, colocan una nota dedicada a “desenmascarar” a Daniel Faleroni mostrando su “pasada militancia al servicio del ‘prófugo número uno’” (Mayoría, 14, 8-7-1957: 22). El material no tiene firma y no se hace mención a la sección correspondiente. La contratapa comienza a poblarse de notas irónicas. “El Dipterio” escribe: “El Consejo supremo del partido peronista clandestino ha solicitado al gobierno provisional que confeccione las boletas electorales de los seis partidos oficialistas –UCR del P, PDN, PDC, PS, PDP y PC– en cantidades triples, para aliviar en parte al menos la escasez de papel en rollo para uso doméstico” (Mayoría, 14, 8-7-1957: Contratapa). Se cuela una nota sobre “La culpabilidad de la moneda” –argumenta que al haber sido autorizada por su circulación por el gobierno anterior ahora debe ser castigada con la devaluación– escrito de modo sarcástico y que puede obedecer a la pluma de Jauretche. La foto de un gorila a la vera de un tablero y la leyenda “le preocupan los problemas eléctricos”. Notícula diciendo que Santander por su acendrado laicismo abandonará el uso del “san” y pasará a apellidarse Tander y que imitándolo igual cosa hizo Sanmartino y que temiendo que los bancos no tomen su firma desempeñándose como interventor de los diarios El ArgentinoEl Plata los girará al portador. En el margen inferior derecho aparece una ilustración con diálogo de caricaturas de Rojas y Aramburu solitarios.

En la entrega del 15 de julio llaman a la convocatoria a elecciones del 28 de julio “farsa comicial” (Mayoría, 15, 15-7-1957: 4). Tapa y editorial están dedicados a criticar la ruptura de relaciones con Venezuela por la residencia de Perón en Caracas, y Jauretche, en sintonía, continúa con la crítica a la política exterior: “Nuestro servicio diplomático en América está subordinado a una política de facción” (Arturo Jauretche, “Nuestro servicio diplomático en América está subordinado a una política de facción”, Mayoría, 15, 15-7-1957: 10). En réplica a la convocatoria a la convención reformadora, “Cayo Tribuno” escribe un artículo que señala que “La constitución de 1949 fue bien sancionada y carece en absoluto de cláusulas totalitarias”. El revisionismo gana terreno: García Mellid publica una nota sobre caudillos y doctores en materia constitucional (Atilio García Mellid, “Los doctores y los caudillos en nuestra historia constitucional”, Mayoría, 15, 15-7-1957: 11), publicitan el libro de Rosa Nos los representantes del pueblo que califican de “¡Palpitante actualidad!”. Juan Cruz Romero (Fermín Chávez) entrevista al cura Castellani.[17] Walsh continúa con las entregas cerrando la serie de “Operación Masacre”. Desde la clandestinidad escribe José Alonso: “Solo la unidad puede salvarnos”, y en recuadro los editores describen los atropellos sufridos por su esposa en manos de “comandos civiles revolucionarios” en reiteradas oportunidades.

Previo a las elecciones reproducen en tapa una carta manuscrita de Leloir, todavía preso, llamando a votar en blanco. Al interior introducen la opinión de Cooke, enviada desde Chile, en el mismo sentido. Distinguen el concurrencismo pro-Frondizi de Jauretche, Scalabrini y Mercante. Engloban el voto en blanco, el voto en favor de la Unión Federal o Frondizi como repudio al gobierno y su iniciativa (Mayoría, 16, 22-7-1957: 5). Jauretche escribe: “Todas las clases nacionales deben dar aquí soldados para luchar contra la oligarquía” (Mayoría, 16, 22-7-1957: 9). Siguen la secuencia de los fallos de la justicia chilena sobre los refugiados (Cooke, Antonio, Cámpora, Gomiz y Kelly).

El resultado de las elecciones los convence de la persistencia del peronismo: “El verdadero triunfador en los Comicios del 28: la Fuerza Proscripta” (Mayoría, 17, 31-7-1957: tapa). Al interior unen lo disperso: “Los votos del frente nacional-popular superan a los de la unión democrática” (Mayoría, 17, 31-7-1957: 4). A partir de esa constatación, en la siguiente entrega, anotan: “La proscripción de una fuerza electoral no sólo es fraude, sino que equivale a reconocerla como mayoritaria. La nación quiere y necesita paz. Los recientes comicios han demostrado acabadamente al gobierno que una neta mayoría del pueblo repudia su política de persecución y odios. Pacíficamente, ha demostrado al país que las bravatas de los sectarios no intimidan ni convencen. Y las fuerzas amantes del orden han impuesto su consigna de paz y de concordia. A quince días de los comicios la ciudadanía se pregunta hasta cuándo las cárceles encerrarán argentinos por venganza política… El país eleva su súplica, en la certidumbre que no será necesario usar de tan legítimo derecho por otras vías que las de la paz misma” (Mayoría, 18, 7-8-1957).

En la entrega siguiente colocan en tapas los guarismos definitivos insistiendo en la derrota política del gobierno militar (Mayoría, 19, 14-8-1957). Continúan con las críticas a las iniciativas políticas de Aramburu. En esa entrega reproducen una réplica de Puiggrós a Jauretche por afirmaciones realizadas en Qué (Mayoría, 20, 21-8-1957: 7). A ello se suma, en la entrega siguiente, la carta de un lector, Miguel Gallo, quien replica el concurrencismo de Jauretche (Mayoría, 21, 28-8-1957: 2). Vuelven con la denuncia por Esto Es en el momento en que ven debilitado al gobierno (“A un año y medio de su incautación, el gobierno de facto ni lo investiga, ni lo devuelve, no explica el hecho”, Mayoría, 21, 28-8-1957: 5). Introducen un recuadro señalando que cuando el gobierno cumpla con la promesa de regularizar la entrega de papel volverán a aparecer secciones que por esa razón han sido suprimidas (El Dipterio, por ejemplo). Las notas de cariz revisionista siguen apareciendo en la pluma de Chávez (firma Juan Cruz Romero) con una serie sobre “Pueblo y oligarquía en nuestra historia”. En esa entrega del semanario, este autor suma una nota titulada “Los caudillos populares enfrente a los Mayo-Caseristas” (Mayoría, 21, 28-8-1957: 13). Ante la convocatoria a un congreso normalizador de la CGT por parte del gobierno, Mayoría coloca en tapa: “Los representantes auténticos del sindicalismo nacional denuncian el fraude en la CGT” (Mayoría, 22, 2-9-1957: Tapa).

En el número siguiente, en franca declaración de guerra, lanzan en tapa una foto del Almirante Rojas acompañado del dirigente de la CGT, Espejo (Mayoría, 23, 9-9-1957). “La misma recuerda un acto de 1952, cuando el jefe de la base naval de Puerto Belgrano, entonces el capitán de navío Isaac F. Rojas entrega espontáneamente un mástil al secretario general de la CGT, José Espejo, después de brindar por el presidente de la Nación y su señora esposa. Hoy Mayoría la reproduce no para llenar de vergüenza al Almirante Rojas sino para llamar a una última reflexión a hombres cegados por el odio (…) Si Rojas y otros jerarcas de la actual dictadura han sido puntales del régimen peronista, ¿Por qué están en la cárcel legisladores, políticos y obreros por el solo hecho de haber sido peronistas? Si Rojas y muchos jerarcas gozan de todos los privilegios del poder continuadamente, ¿por qué cientos de otros peronistas han sido privados de sus bienes e interdictos en sus derechos? (…) es hora de reflexión y no de venganzas personales. El país lo exige imperiosa e impostergablemente” (Mayoría, 23, 9-9-1957: Tapa).

En el número del 16 de septiembre, en un nuevo aniversario del derrocamiento de Perón, colocan en tapa el texto de las condiciones formuladas por los representantes de la Junta Militar el 20 de septiembre a bordo del crucero “17 de octubre” y agregan que “Los autores de la felonía del 13 de noviembre no cumplieron con ellas, y ahí radica la causa principal del caos en que se desenvuelve el país” y en línea con ello el director afirma: “No estaban las cosas peor, hace dos años, para el país” (Mayoría, 24, 16-9-1957: 3).

La semana siguiente titulan en tapa: “Las Fuerzas Armadas son de la Nación y no de ninguna facción ni secta” y en el editorial señalan que la “revolución de septiembre” se hunde en lo poco que queda de ella (Mayoría, 25, 23-9-1957: 3). Consideran como “otro tropiezo en propaganda vicepresidencial” el cierre de la intervenida Esto Es. Recuerdan los 20 años del acuerdo entre el radicalismo y la CADE. Realizan una encuesta entre dirigentes gremiales. Continúa la saga revisionista: por un lado, sigue la serie sobre “Pueblo y oligarquía en nuestra historia” de Cruz Romero-Chávez y realizan un reportaje extenso a José María Rosa en Madrid en la sección de Letras, donde detalla las condiciones de su detención seguidas de interrogatorios y las condiciones de su exilio.

Por la difusión de esa foto de Rojas con Espejo en un acto peronista dictan orden de captura al director de Mayoría, que en ese mes es procesado por varias infracciones al decreto-ley 4161/56 y además se le continúa restringiendo la provisión de papel. La edición del 30 de septiembre es secuestrada por la policía de los kioscos por contener críticas y ataques a la figura de Pedro E. Aramburu (Mayoría, 26, 30-9-1957). En la edición del 7 de octubre colocan en tapa la foto del director, Tulio Jacovella, con la leyenda “otra vez amenazado con la cárcel” y al interior se preguntan “¿Quién ordenó la prisión de los directores de la prensa opositora y el secuestro de sus ediciones?” mencionando la persecución de Tulio Jacovella, Alejandro Olmos y Osvaldo Méndez por parte de las fuerzas de seguridad del régimen (Mayoría, 27, 7-10-1957: 5). En la sección gremial, siempre a cargo de Roberto Juárez, dan cuenta de la huelga de la CGT: “Quebrando la propaganda oficial, pararon 5 millones de obreros” (Mayoría, 27, 7-10-1957: 12).

Tulio Jacovella debe pedir asilo en la embajada de Uruguay (Mayoría, 30, 28-10-1957: Contratapa) y firma los editoriales “desde un lugar del país” a partir de la entrega número 29. Siguen las críticas al gobierno: “Aramburu y Rojas, de acuerdo: coincidieron en la fórmula y el mecanismo electoral que aseguran el continuismo”. El editorial: “Un gobierno que no entiende al país ni a los obreros” (Mayoría, 30, 28-10-1957: Tapa). En línea, en la sección gremial, denuncian “intervenciones, movilizaciones, ocupación de sindicatos, detenciones y allanamientos”. A continuación, denuncian intentos de cambio de la ley electoral (“La última carta del contubernio: reforma por decreto de la Ley Sáenz Peña”, Mayoría, 31, 4-11-1957: 5). En el orden gremial anuncian: “Un programa nacional para el movimiento sindical argentino” como producto del encuentro inter-regional de Córdoba (Mayoría, 31, 4-11-1957: 8). En contratapa denuncian acciones intimidatorias y terroristas de los comandos civiles orientados por el general Quaranta a la casa de San Millán, en dos oportunidades a un local de Azul y Blanco, a la casa del General Miguel Iñiguez y al local de la Comisión de Homenaje al Gral. Lonardi. En esa parte vuelve la Bolsa negra de las noticias (Mayoría, 31, 4-11-1957). Ironizan respecto de las dificultades del gobierno militar para controlar la sucesión y la contradicción de tener que optar entre un heredero de la revolución (Zavala Ortiz) y el heredero del presidente provisional (Ricardo Balbín) (“La ‘prescindencia’ en acción: dos postulantes a falta de uno. Zavala Ortiz, candidato de la revolución frente a Ricardo Balbín, candidato del presidente”, Mayoría, 32, 11-11-1957: 4).

Mayoría es víctima de los atropellos del gobierno militar y se solidariza con otros medios que sufren las mismas prácticas: “Bombas en los locales de la prensa libre; secuestro de los periódicos opositores; prohibición del uso de correos para Qué y Mayoría” colocan en titular de tapa (Mayoría, 33, 18-11-1957).

“La fuerza proscripta en busca de fórmula propia” anuncian en tapa y desarrollan en la nota política (Mayoría, 34, 25-11-1957). En el número siguiente: “Clima electoral en el peronismo, pero falta aún la decisión de Caracas”. Celebran en tapa: “Los ex legisladores injustamente encarcelados recobran su libertad”, con foto de Leloir “rodeado por el pueblo que lo aclama” (Mayoría, 35, 2-12-1957). En continuidad con la cuestión electoral en el peronismo colocan en tapa una foto de Bramuglia y la leyenda: “Unión Popular rompe la marcha hacia las urnas”, transcribiendo el discurso pronunciado en Córdoba por el dirigente neoperonista (Mayoría, 36, 9-12-1957). Comienza una nueva etapa del semanario. Para las elecciones de febrero de 1958 Mayoría opta por las candidaturas del peronismo moderado. En la sección gremial ofrecen una detallada cobertura del plenario de las regionales de la CGT en Huerta Grande (Mayoría, 36, 9-12-1957: 10).

Camino a las elecciones Mayoría juega todas las opciones que juzga como posibles o deseables. En principio apuesta a que “Las Fuerzas Armadas no están ciegas a los vicios del Plan Político, pero lo sostienen y garantizarán la entrega del poder al triunfador de febrero” (Mayoría, 38, 23-12-1957: Tapa). En la entrega siguiente se desengaña: “Las amenazas de Rojas son la confesión más descarada de la dictadura y de su designio de perpetuarse en el poder” (Mayoría, 39, 30-12-1957: 4).

Pocos días antes de la elección señalan: “Sobre la hora del comicio, factores de confusión de adentro y de afuera empujan al caos a la fuerza proscripta” (Mayoría, 42, 20-1-1958: 4). Del lado del gobierno ven “Amenaza del quedantismo: postergación del comicio y representación proporcional o golpe de estado” (Mayoría, 43, 27-1-1958, Tapa). En la nota política hablan de fraude.

En la entrega del 3 de febrero juzgan que: “La anarquía en el peronismo confiere indudables ventajas al doctor Frondizi” (Mayoría, 44, 3-2-1958: Tapa). En nota interior leemos: “Hombres de diversas procedencias dentro de la línea nacional coinciden en apoyar a Frondizi”: Ernesto Palacio, Arturo Jauretche, Emilio Samyn Ducó, Alberto Banfi, Ricardo Guardo, Rodolfo Decker, Mario Amadeo, Alberto Tedín, Delia Machiniandarena de Jaramillo, Rogelio Frigerio, Julio Canessa, Francisco Capelli, etcétera (Mayoría, 44, 3-2-1958: 7).

El 10 de febrero titulan: “Todo parece indicar que en 1958 se reproducirá la ola nacional y antioligárquica de 1916, 1928 y 1946”. En la editorial señalan que: “Hay que impedir la legalización de la actual dictadura”. Siguen denunciando: “Todos los partidos –menos la UCR del P– coinciden en denunciar el fraude oficial”. En la nota política del interior del semanario aparece una foto de Frondizi con un recuadro: “Su plan para 20 millones de argentinos va concitando la atención de vastos sectores” (Mayoría, 45, 10-2-1958: Tapa y 4).

A pocos días de las elecciones apoyan, pues, con ciertas reservas, al candidato de la UCRI. En tapa colocan: “Los observadores imparciales pronostican una victoria nacional del doctor Frondizi”. En la misma tapa (rémora de su previo apoyo una opción concurrencista por parte del peronismo) resaltan a Bramuglia y su augurio de una gran elección para la Unión Popular que va acompañada de una entrevista en el interior del semanario. El editorial sostiene la opción Frondizi: “no importa que el hombre destinado a llevar al triunfo consignas nacionales y populares se apoye, como en un andamiaje imprescindible, en un partido aún teñido por ciertos vínculos ideológicos y hasta personales con el ala izquierda de dicha oligarquía. En la marcha terminará por liberarse de ellos o caer con ellos, como los imprudentes militares católicos y nacionalistas”. En la nota política del interior consideran que “Salvo sorpresas, la opinión pública da por asegurada la victoria del doctor Frondizi en la opción del 23” (Mayoría, 46, 17-2-1958: Tapa y 3).

Luego de la orden de Perón se imprime una edición extraordinaria junto al Movimiento Nacional Pro Frondizi Presidente, llamando al voto positivo (“el día 23 se decidirá Frondizi o continuismo”) y definen el voto en blanco como “una maniobra oficialista” (Mayoría, Edición extraordinaria, 21-2-1958). El semanario apuesta, con la firma de sus columnistas principales, al apoyo a la UCRI. La nota de Victorio Santos se titula: “La hora de las urnas será como en 1946 la hora del pueblo”. Roberto Juárez de gremiales se excusa de tratar temas “políticos” y señala que la “excepción se explica, puesto que en las grandes coyunturas nacionales y sociales nadie queda o debe quedar excluido de las decisiones que se adopten”, orientando también la opinión en favor de Frondizi. Una vez que triunfa el frente, reclama: “Dr. Frondizi: el pueblo sólo quiere que cumpla su palabra”. “Nueva afirmación nacional del pueblo frente a la oligarquía y sus aliados”, titula el editorial (Mayoría, 47, 27-2-1958). En el centro de la entrega incluyen una imagen de una plaza repleta en la que solo se distinguen carteles de la CGT –a diferencia de la primera entrega del semanario– bajo la consigna pueblo sí, colonia no.

A continuación se despliegan las advertencias en relación a las acciones del gobierno “libertador” ahora en retirada. En tapa colocan: “Otra faz del Plan Político II: crear el caos y fiscalizar militarmente al futuro gobierno”. La editorial advierte: “Nuevo Plan Político: colaboración ‘espontánea’ de los agentes de la violencia y el juego sucio con el gobierno constitucional” (Mayoría, 48, 7-3-1958: Tapa y editorial).

En la entrega del 17 de marzo presentan las razones de “Por qué Perón hizo votar por Frondizi” en la pluma del periodista Osiris Troiani. En un claro intento conciliacionista entre Perón y el líder de la intransigencia recurren al título: “Desde 1945 hablaban el mismo lenguaje, pero no se entendían”. En la editorial recuperan el papel de las Fuerzas Armadas: “Las Fuerzas Armadas están para defender la seguridad y el ser de la Nación y no una clase o una ideología” (Mayoría, 49, 17-3-1958: Tapa y 3). Al interior aparece una solicitada de la CGE. José María Rosa envía un “análisis de la prensa hispana” en relación a las elecciones argentinas.

La semana siguiente continúa la nota de Troiani sobre las razones de Perón para apoyar a Frondizi. El título esta vez refiere a los hechos del año 45: “Frondizi contra Braden y la Unión Democrática”. El director en su editorial llama a un “estado de disciplina en el orden castrense” para evitar las presiones militares “quedantistas” (Mayoría, 50, 24-3-1958: 5).

El 31 de marzo sigue la serie de Troiani en torno a “Por qué Perón hizo votar por Frondizi”. En la oportunidad reproduce, en favor de su argumentación, la frase de Frondizi: “Combatiré, Dr. Tamborini, su programa de gobierno” y un recuadro titulado “Los últimos documentos de Perón” que actúan como confirmación de los dichos del periodista. La contraparte de la gestión de buenos oficios de quienes, basados en la idea de la conciliación nacional, piensan Mayoría, está definida inequívocamente, ahora, en el título del editorial: “El fracaso de la intelectualidad oligárquica” (Mayoría, 51, 31-3-1958: 5).

Al cumplirse un año de la aparición del primer número, la sección editorial afirma y afina la distancia con su otredad ideológica, a la par que juzga cada vez con menos reparos el accionar político y la “proyección antinacional” de la “Revolución Libertadora”. “Hoy, coincidiendo casi con la gloriosa Resurrección del Señor, Mayoría entra en su segundo año de vida. Semana a semana, nos tocó registrar el drama de la patria desgobernada por la decadente y enceguecida secta liberal, los actos de entrega y servilismo económico al imperialismo inglés, las iniquidades contra las empresas que significaban para la nación un arma contra la política colonialista, el cierre o incautación de los periódicos opositores, las injustas prisiones de civiles y militares dictadas por el odio más cobarde, la persecución o el destierro de los hombres que no aceptaron transigir con el oprobio y la ley del desquite, el desmantelamiento de todas las estructuras nacionales, desde la enseñanza en sus tres ciclos hasta la devolución del gobierno de la moneda y el crédito a agentes de potencias foráneas, el proceso público por los fusilamientos y asesinatos de junio de 1956 y todos los desmanes y crímenes que, en nombre de la Libertad y la Democracia, consumaron cínicamente los que ese dijeron venidos a restaurar las instituciones y moral de la República”. Sigue a esto la cuarta nota de Troiani, y aparece una solicitada firmada por el abogado del líder exiliado, Isidoro Ventura Mayoral, que lleva como título “Los bienes del ex Presidente y de su esposa” (Mayoría, 52, 7-4-1958: 3).

En las entregas de este tiempo insertan entrevistas con los mandatarios provinciales electos: Santiago del Estero, Córdoba y Mendoza. Siguen denunciando el secuestro de ediciones y el procesamiento con orden de captura para Tulio Jacovella, que se esconde durante las últimas semanas antes de la asunción de Frondizi. En nota interior del sector político continúa con la descripción de esta situación. Troiani sigue su serie. En contratapa, con firma de Tulio Jacovella, acusan: “La policía libertadora fragua una orden judicial en su afán de encarcelar al director de Mayoría” (Mayoría, 53, 14-4-1958).

En tapa de la entrega próxima al traspaso de gobierno publican el anuncio de una entrevista con el último líder de la Alianza y prófugo del Penal de Ushuaia, Guillermo Patricio Kelly. Para dar crédito a la entrevista realizan tomas fotográficas en Palermo, Casa de Gobierno y Plaza de Mayo (Mayoría, 54, 21-4-1958).

Al comenzar el gobierno de Frondizi va iniciándose una nueva etapa del semanario. En la entrega del 5 de mayo colocan al presidente en tapa junto a su esposa el día de la asunción del mando. En el Editorial se manifiesta un apoyo abierto, aunque con una reserva sobre la “amplia amnistía” a lo ocurrido en los últimos treinta meses (Mayoría, 56, 5-5-1958). La nota política insiste sobre ese particular: “Las próximas semanas pondrán a prueba la dudosa política de apaciguamiento de la oligarquía que ensaya Frondizi”. Troiani entrega la octava nota aludiendo a las “dos tácticas frente al régimen gorila: la de Perón y la de Frondizi”. En el ámbito gremial señalan que “ante las seguridades del nuevo gobierno los trabajadores esperan confiados”. La retiración de tapa incluye una serie de fotos del día de la asunción de Frondizi bajo el título “Comienza otra era”. En la contratapa dedican media página a la denuncia que realiza el Tte. Gral. Ángel Solari ante el Congreso cuestionando los ascensos militares y los fusilamientos.

En la entrega del 12 de mayo colocan en tapa imágenes de las corridas callejeras entre policías y manifestantes por el día del natalicio de Eva Perón pidiendo “¡calma peronistas!” y en la retiración de tapa incluyen seis fotos de distintas celebraciones y actos “pacíficos” para esa fecha. Anuncian que Esto Es fue retomada mostrando dos fotos: en la primera el director departe con Jauretche y en la otra muestra los destrozos con los que se encontraron. Ante esa recuperación Tulio Jacovella ve los límites de la “legalidad constitucional”, ya que lo denuncia un particular y no puede acudir a la fuerza policial ni al ministerio político donde “avalan” las acusaciones y cierta aplicación residual del decreto 4161, según el semanario. En ese número se cierra la serie de notas de Osiris Troiani (Mayoría, 57, 12-5-1958: Tapa y 5).

El 19 de mayo aseguran que “a pesar del cuanto se está haciendo y dejando de hacer no ha llegado la hora de juzgar al actual gobierno”. En tren de atizar la confrontación con el “gorilismo” y, a la vez, de mejorar la sintonía con el peronismo, hablan de lo que hasta el momento era poco menos que un secreto a voces. Las “profanaciones de tumbas” y la “mutilación de cadáveres” son la sustancia de una nota encabezada con el epígrafe “El caso Gandhi”.[18] También comienzan una encuesta “sobre el decreto 4161 y el fallo de la Suprema Corte” y en un aviso de tinte comercial ofrecen “Retratos al óleo de Perón y Evita” (Mayoría, 58, 19-5-1958).

En la entrega siguiente colocan en tapa al Gral. Franklin Lucero, jefe del Estado Mayor del gobierno peronista, quien “paga con una persecución implacable su lealtad de soldado” (Mayoría, 59, 26-5-1958: Tapa). Desde la dirección aparecen dos advertencias. En el editorial afirman que “se ha ganado las elecciones, se ha llegado al gobierno, pero no se ha conquistado el poder” y en tapa anuncian que “dentro de la UCRI se ha plantado ahora la lucha de facciones que divide el país”, desarrollándolo en la sección política con amplitud. En tren de seguir revisando el pasado reciente anuncian “más sobre el caso Gandhi” y dan cuenta de la existencia del Instituto Histórico General Juan José Valle, agregando una síntesis de su actuación. Anuncian que el primer homenaje popular a los caídos del 9 de junio se realizará en Mendoza.

El número 60 (Mayoría, 60, 2-6-1958) sale a color. Advierten que la ley de amnistía administrada por la justicia “libertadora” solo beneficiará a los “vencedores” liberales. Comienza la serie de notas de Rodolfo J. Walsh sobre “El caso Satanowsky” que continúan hasta el número 75 del 15 de septiembre de 1958. Luego se suman el número 77 del 29 de septiembre de 1958 hasta el número 89 del 25 de diciembre de 1958 en el que agrega nueva documentación.

En la entrega siguiente colocan en tapa una imagen de Valle con la leyenda: “Un fracaso material y un triunfo moral”. En la nota política denuncian los ataques contra Frigerio. Anuncian el reemplazo de Scalabrini por Frigerio en la dirección de Qué. Se desarrollan las notas de Walsh. Si el número anterior significó la aparición del color, ahora el semanario pasa a 30 páginas (Mayoría, 61, 9-6-1958).

A la semana aparece en tapa “el homenaje popular a los fusilados”: la esposa de Mario Brión se inclina ante su tumba. Muestran la “unidad” del gobierno para frenar intentos oligárquicos de debilitamiento. El tono oficialista se perfila en la nota de la sección dedicada a la economía: “La CGE otra vez al servicio del país” (Mayoría, 62, 16-6-1958).

En ese mismo mes el periodista Osiris Troiani entrevista John W. Cooke en Montevideo (Mayoría, 63, 23-6-1958). “Cuerpo a cuerpo con John William Cooke” colocan en tapa junto a una foto del dirigente junto a Perón en el exilio. Un extenso reportaje pletórico de fotos. Tulio Jacovella, en el editorial, sostiene: “Mientras siga contando con el apoyo del pueblo, el gobierno debe sentirse fuerte”. En la nota política van asumiendo el lenguaje oficial: “El dilema nacional: desarrollo económico o sometimiento y miseria”. Poco más adelante en la misma nota subrayan: “Arrecian las maniobras de la oligarquía destinadas a frustrar el programa nacional y popular”. Denuncian a “los gorilas en acción” colocando una foto de Miguel Ángel Zavala Ortiz. Un nuevo guiño a la historia peronista: “La muerte de Nicolini: otro baldón más del revanchismo”.[19] En el ámbito sindical señalan los procesos de normalización. Al interior del semanario contrastan imágenes de actos “gorilas” tolerados por la Policía enfrentados en imágenes a los actos relámpagos de la “resistencia”. En tapa publicitan: “la tercera y sensacional nota del Caso Satanowsky”.

La tapa del número 64 (30-6-1958) comenta la catástrofe futbolística del mundial de Suecia e incluye una referencia a una nota de Luis Elías Sojit.[20] En otro orden, el editorial titula que “Para el auténtico Nacionalismo, los programas están subordinados al interés nacional, y no lo contrario”. En la parte política denuncian que “La oligarquía agresiva responde con provocaciones y amenazas a la política de pacificación nacional auspiciada por el gobierno”. Señalan que en el Congreso rige el 4161, ya que “La minoría gorila no acepta discursos ‘totalitarios’ o ‘peronistas’”. Denuncian que “los militares ‘libertadores’ dictan al gobierno normas de conducta y le trazan limitaciones políticas”. En continuidad con las notas previas señalan que en el ámbito sindical avanzan las elecciones con plenas garantías y destacan al Ministro de Trabajo por la eficacia con que conduce el organismo e incluyen una foto suya. Continúan las notas de Walsh, subiendo el voltaje de las denuncias.

En la entrega del 7 de julio de 1958, con un fondo rojo federal, colocan en tapa a Rosas, Yrigoyen y Perón con la leyenda: “Acaudillaron al Pueblo contra la Oligarquía Colonialista” (Mayoría, 65, 7-7-1958). La nota se origina en los 25 años de la muerte de Yrigoyen. A su vez, la nota política advierte sobre un “golpe de estado del gorilismo quedantista superando la derrota electoral del gorilismo continuista”. La huelga de los médicos es cubierta críticamente.

La entrega 66 trae al presidente Frondizi en tapa. En tapa y en la editorial, que tiene la misma dirección: “el país espera que los hechos confirmen sus palabras”. En la nota política afirman que “ha hecho crisis una equivocada política de apaciguamiento” y en otra nota señalan que “la oligarquía vuelve a golpear las puertas de los cuarteles”. Nimio de Anquin escribe una nota en lugar central: “La Revolución Libertadora, pesadilla demoníaca, continúa gravitando en la reorganización del país”. Ramella escribe sobre “la amnistía y el orden constitucional” afirmando que “los ‘prisioneros del odio’ están sembrando vientos tempestuosos” (Mayoría, 66, 14-7-1958). Las notas de Walsh sobre el Caso Satanowsky comienzan a incluir las “citas utilísimas” a modo de recordatorio de la narración.

En la entrega siguiente el que aparece en tapa es Frigerio, a quien en páginas interiores dedican una entrevista de cuatro carillas con fotos “oficiales” y “de familia”. El reportaje lo hace un periodista de apellido Pruneda que no había firmado notas hasta el momento. La nota política sostiene que “Frondizi debe afirmar su autoridad e imponer la vigencia plena de su programa” (Mayoría, 67, 21-7-1958).

El acercamiento manifiesto al oficialismo gobernante no es óbice para desatender las referencias fuertes del peronismo. Raúl Jassen desarrolla una nota de cinco carillas con abundantes fotos sobre Eva Perón anunciada en tapa. “La oligarquía no le perdonara jamás su amor a la patria y al pueblo”. En la contratapa aparece una publicidad a página completa del Festival de Cine Argentino a realizarse en Santiago del Estero.

Poco después, el oficialismo llega a un clímax que se esmeran en maridar con la identidad nacionalista del medio. Dan por ganada la “batalla por el petróleo”. En el Editorial afirman: “Del nacionalismo defensivo al nacionalismo expansivo”. En el interior, a través de una serie de notas, reafirman la necesidad del desarrollo de la explotación petrolífera: desarrollo de centros locales, papel de YPF, número de pozos a perforar anualmente, etcétera. En la parte política denuncian que Sabattini y Gómez buscan “radicalizar” al gobierno de Frondizi para impedirle el desarrollo de la política de “integración nacional” (Mayoría, 68, 28-7-1958).

 

 

De modo concomitante al entusiasmo oficialista aparece un aviso de Aerolíneas Argentinas[21] y, en contratapa, una publicidad a página completa de Helipuerto Obelisco.

En otra entrega insisten con “Estrategia y táctica de la batalla del petróleo” y en el editorial señalan que “El triunfo inicial en la batalla del petróleo no ha desbaratado aún la conjuración oligárquica”. La nota política se “inunda” del tema dominante de la agenda gubernamental: “No queda otra alternativa: O extraer el petróleo para liberar al país o importar el petróleo para sojuzgar al país”; en la bajada: “Inglaterra, EEUU, Japón y Rusia utilizaron en su hora el apoyo extranjero para impulsar su desarrollo económico”. En la sección economía continúa la prédica: “Estrategia y táctica en la batalla del petróleo” se titula la nota principal y aparece otra en la que se manifiesta el apoyo del gobernador de una provincia oficialista: “4 razones por las que Mendoza apoya la política petrolera”. La “lucha” se traslada, ahora, a otros campos: “Aerolíneas: hora cero. No debemos dejarnos derrotar en la batalla por el espacio aéreo”, escribe Raúl Puigbó en otra nota. En nota discreta –sin fotos– señalan que en “la manifestación prohibida del 26 de julio… carecían de efectivos para preservar el orden durante el acto, pero hubo de sobra para atacar a periodistas y manifestantes” (Mayoría, 69, 4-8-1958). En tono crítico, en contratapa, agregan: “A tres meses del Estado de Derecho, hay aún ciudadanos fuera de la ley. Censuran la huelga médica y apoyan la nueva ley de Asociaciones profesionales. Entrevistan al escritor revisionista Elías Giménez Vega en un bar, donde da clase al haber sido dejado sin su cargo. Continúan las notas de Walsh –novena entrega.

La tapa del número 70 continúa con el apoyo a la política oficial: “Petróleo: ‘Herramienta de grandeza para los pueblos fuertes, instrumento de sumisión para los pueblos débiles’”, y el editorial no le va a la zaga: “En la polémica del petróleo nada tienen que hacer los representantes de la antinación”. La nota política especifica “La solución del asunto petróleo está ligado a la solución total del problema económico”, algo que la sección económica apenas matiza alrededor de “Críticas constructivas a los convenios petroleros”. El objetivo de la política gubernamental es, pues, plenamente compartido y no se circunscribe a la disponibilidad nacional de energía. “Debemos constituirnos en la primera potencia aérea del hemisferio sur”, escribe Puigbó en su última entrega sobre el tema. Sigue también la crítica a la huelga médica y el apoyo a la “La ley de Asociaciones Profesionales (que) terminará con la anarquía, la desorganización y el descontento sindical”. “Escritores argentinos desterrados del corazón del pueblo” está titulada la nota del “hombre de la vaca” Omar Viñole. Mientras se publica la décima nota de Walsh en contratapa aparece una publicidad oficial de Aerolíneas Argentinas, con la consigna “Su compañía en la batalla del petróleo” (Mayoría, 70, 11-8-1958).

En la sección economía de la siguiente entrega se insiste sobre “el problema estructural del petróleo”. El mismo número da comienzo a una serie de notas-entrevista sobre el nacionalismo. La primera de ellas está dedicada al pensamiento de Bonifacio Lastra. Vuelven a insistir con la “resurrección” de la CGE y el apoyo que recibe de empresarios del interior. Dan cuenta de un plenario de las 62 organizaciones que “demostró la fuerza, la unidad y la capacidad obrera”. En contratapa saludan la salida del diario El Nacional, “el primero en unir al más amplio servicio informativo y de variedades… una opinión editorial inspirada en los intereses de la Nación y de las nuevas fuerzas sociales argentinas” (Mayoría, 71, 18-8-1958).

La siguiente edición lleva en tapa una foto de un aeronavegante con la leyenda: “No dejemos solos a estos hombres en la defensa de una política aérea nacional”. Al interior se agrega una nota sobre Aerolíneas Argentinas “al servicio de una política aérea nacional” y otra en la que se afirma que la empresa estatal es “la única que debe llevar nuestra bandera”. En el editorial advierten sobre “La organización permanente del golpe de estado perturba la marcha del país”, lo que es ampliado en la nota política dividiendo a la oposición en “legalistas” y “golpistas”. En continuidad con la serie sobre el nacionalismo argentino es entrevistado Mario Amadeo, integrado en ese momento al gobierno, sobre la política internacional. En contratapa saludan la asunción de la dirección de Qué por Mariano Montemayor, un hombre de la “generación del 53”, “compensación” ante “el lamentado retiro de Raúl Scalabrini Ortiz de la dirección de nuestro colega y parejero” semanario (Mayoría, 72, 25-8-1958).

La tapa del número siguiente es ocupada por las denuncias de Mayoría en la pluma de Walsh: “El caso Satanowsky cobra estado parlamentario. El diputado Rodríguez Araya, basándose en las revelaciones de Mayoría, pide informes al ministro del Interior” (Mayoría, 73, 1-9-1958). En la nota política afirman que “el golpismo ha sido derrotado”. El tema central de la agenda del gobierno, no obstante, gana un espacio privilegiado a doble página y color: “La batalla del petróleo debe darse en todos los frentes. El problema radica casi exclusivamente en la cantidad de perforaciones al año”. En la serie sobre el nacionalismo responde Raúl Puigbó y en la siguiente Leonardo Castellani (Mayoría, 74, 8-9-1958: 14). En la parte gremial aseguran que “Los trabajadores testimoniaron su adhesión a las 62 organizaciones”.

Aún menos problemas tuvo Mayoría para alinearse en otra de las grandes “batallas” que dividieron a la opinión pública durante el gobierno de Frondizi, y es así que en setiembre producen una serie de notas que se inclinan decididamente en favor de la enseñanza libre. El editorial del número 74 habla de “la libertad de enseñanza como un problema de miedo” (Mayoría, 74, 8-9-1958) y la nota política afirma que “la vieja universidad colonialista no está al servicio de la nación”. Una semana después el editorial reza por un cambio de principios, ya que “La escuela enciclopédica y sin Dios fracasa en todo el mundo”, y mientras que la nota política presenta a la “enseñanza libre” como “un triunfo nacional”, otra, titulada “Chesterton anda suelto por las calles de Buenos Aires”, celebra aquello de que “la libertad es libre”. El periodista Raúl Jassen sugiere que el verdadero dilema oscila entre “universidad colonialista oficial o verdadero espíritu científico y nacional”. En un reportaje al sindicalista Conde Magdaleno afirma enfático: “La CGT debe tener su propia universidad”. Largas entrevistas a Rodolfo Puiggrós, al hermano Septimio Walsh y León Halper explican sus posiciones al respecto (Mayoría, 75, 15-9-1958). El tratamiento de la temática se continúa en las entregas siguientes. La tapa del número 76 considera que “el pueblo impugnó el laicismo, obra de la oligarquía liberal y último bastión del colonialismo” y una nota interna de ocho páginas, con profusas imágenes, afirma que “La libertad de enseñanza une al pueblo en la tradición nacional”. Agregan en recuadro una solicitada firmada por Matera y Taiana, como autoridades del Comité Revisionista Universitario de Buenos Aires que representaba a los profesores desplazados por la “Revolución Libertadora”, apoyando, precisamente, la enseñanza libre (Mayoría, 76, 22-9-1958: 17).

 

 

En la parte política Mayoría denuncia como “inadmisibles” las exigencias de Aramburu para salvar al gobierno del golpismo, ya que pide “el desplazamiento de Frigerio y la adopción de una línea ‘moderadamente gorila’” (Mayoría, 75, 15-9-1958). El oficialismo prevalente y la aquiescencia hacia el peronismo se funden frecuentemente en un solo discurso, y la mejor manera de articularlos aparece quizá en una serie de artículos que operan como la construcción de una “memoria” sobre las actuaciones de la “Revolución Libertadora”, experiencia que es cada vez más fuertemente criticada. Esto alcanza a la reivindicación de figuras netamente asociadas al peronismo, como ocurre en una nota a doble página que tiene como protagonista a Hugo del Carril. La entrevista es realizada por el pintor Alfredo Bettanin, quien aprovecha para retratar al actor. “El revanchismo libertador le hizo desempeñar a Hugo del Carril el papel de preso. Pero las rejas no eran de utilería” colocan al pie de la imagen del cantante en el penal (Mayoría, 75, 15-9-1958).

Por otro lado, destacan que “Abrió nuevamente sus puertas el Instituto Juan Manuel de Rosas”, con una “brillante conferencia sobre revisionismo histórico” de José M. Rosa (Mayoría, 75, 15-9-1958).

 

Podríamos decir que todo Mayoría es un editorial que se sigue expresando en una sucesión de títulos con definiciones inequívocas. Los guiños positivos hacia el peronismo, la alta valoración del movimiento obrero organizado, la militante prédica en favor de la enseñanza “libre”, el seguimiento de acontecimientos espectaculares, las prevenciones respecto del comunismo y de los condicionantes “gorilas”, así como la exploración sobre la identidad nacionalista son líneas paralelas que confluyen y que, de momento, se subsumen en un claro oficialismo.

El 6 de octubre, cuando aparece en tapa Alfredo Allende, lo anuncian del siguiente modo: “Habla para Mayoría el Ministro de Trabajo de la Reconstrucción Nacional”. En el editorial denuncian a la SIP como defensora del “monopolio plutocrático de las fuentes de información”. La nota política denuncia que “El comunismo quiere establecer un ‘frente popular’ para copar el gobierno”. La nota-entrevista sobre el nacionalismo en esta entrega es realizada a Nimio de Anquin. El “Caso Satanowsky”, mientras, gana volumen: reproducen tapas de El Nacional referidos al debate parlamentario sobre la cuestión y se autoelogian hablando de “la justificación de esta campaña”. La nota propiamente dicha, elaborada por la pluma ya muy conocida de Rodolfo Walsh, además de las “citas útiles” comienza a desgranar la segunda parte, referida a los personajes involucrados (Mayoría, 78, 6-10-1958). El enjuiciamiento a la Revolución Libertadora va de la mano con la reivindicación de los perseguidos, como veíamos más arriba en el caso del cineasta, cantor e intérprete de la Marcha Peronista, Hugo del Carril. Así, la entrevista del ilustrador Bettanin, orientada a recuperar figuras que sufrieron las consecuencias del gobierno “libertador”, consagrada ahora al historiador revisionista José María Rosa, comienza con la pregunta “¿por qué se exilió?” (Mayoría, 78, 6-10-1958: 26).

La entrega del 16 de octubre emprende un virulento ataque a las marchas en favor de la enseñanza “laica”. En la nota política titulan: “Igual que en 1945, el comunismo y la FUBA actúan como fuerza de choque de las minorías ‘democráticas’ al servicio de los intereses foráneos”. En notas internas de la misma edición denuncian manipulaciones en las marchas del interior (Tucumán, Resistencia) (Mayoría, 78, 6-10-1958). La prédica continúa en la editorial del número siguiente, ya que “la Universidad es un peligroso quiste antinacional dentro de la Nación: hay que intervenirlo sin demora” (Mayoría, 80, 23-10-1958: 3). En esa misma entrega el semanario confronta colocando en tapa a Pérez Gris, con la leyenda Buscado, “por el asesinato del Doctor Satanowsky”. En la nota política buscan señalar la fortaleza del gobierno (“culmina con éxito la ‘operación’ de ruptura del cerco económico”) y la debilidad del líder exiliado: “Perón, que parece haber perdido la serenidad no habría dicho aún su última palabra, pero el 17, los peronistas demostraron que Frondizi continúa siendo para ellos la mejor de las opciones” (Mayoría, 80, 23-10-1958).

La siguiente tapa está tomada por las denuncias del sensacional caso que sigue el país, a través de Mayoría, ya que en este número “RJ Walsh señala a los autores e instigadores del asesinato del Dr. Satanowsky” (Mayoría, 81, 30-10-1958). Por lo demás, cubren la visita de Frondizi al Paraguay, no merma el apoyo al rumbo económico y a las políticas gubernamentales. Destacan, pues, en paralelo tanto una reunión de inversionistas norteamericanos en la Argentina como el acierto de la Ley de Asociaciones Profesionales en base a los resultados de las elecciones que se realizan en diversos gremios. Todo esto se hace sin dejar cultivar el fondo de afinidades ideológicas, algo manifiesto en la entrevista a Héctor Llambías, histórico referente nacionalista (Mayoría, 81, 30-10-1958). La entrega siguiente continúa con la amplia cobertura del caso que conmueve a la Argentina. Este número, que pone en tapa la foto del general Domingo Cuaranta, ex jefe de inteligencia que había estado encargado entre otros menesteres de la represión antiperonista, se pregunta: “¿vuelve o no vuelve?”, mientras el editorial habla de “las enseñanzas del ‘Caso Satanowsky’”, un acontecimiento que, como sabemos, puso en evidencia las discrecionalidades propias de los aparatos de inteligencia en los que revistaban oscuros personajes como “El Huaso” Marcelino Castor Lorenzo, Rodolfo Ladislao Palacio o el por entonces ya célebre Pérez Griz identificado en las páginas del semanario.[22] En el interior, un recuadro convocaba a un homenaje a R. J. Walsh, organizado por “periodistas de diversas ideas” (Mayoría, 82, 6-11-1958: Tapa y 3).

Tras discontinuarlas un tiempo, vuelve la sección de entrevistas a figuras del nacionalismo, dedicándola al “cura párroco” Alberto Contreras. Cabe mencionar que a lo largo de sus entregas el semanario anuncia actividades de la juventud nacionalista, Tacuara o UNES (acto en la Recoleta por Facundo Quiroga, recuerdo de Darwin Passaponti para el 17 de octubre, convocatoria a asamblea de las agrupaciones, etcétera). Del mismo modo siguen anunciando las actividades del Instituto Juan Manuel de Rosas (conferencias de Pedro J. Vignale, Leonardo Castellani, etcétera) y dan lugar a notas sobre el significado del 20 de noviembre invitando a los actos conmemorativos (José M. Rosa, “Por qué el 20 de noviembre es el Día de la Soberanía”, Mayoría, 84, 20-11-1958: 26). Las afinidades con el nacionalismo, pues, siguen siendo expresas. Cubren la fusión de dos de estas fuerzas políticas, Unión Federal y Azul y Blanco, y los avisos de editoriales más repetidos en sus páginas son, por esta época, los de Huemul y Theoria.

Respecto del desplazamiento del peronismo a la oposición tras el tiempo decretado de tregua para dar lugar al cumplimiento de los contenidos del pacto, Mayoría no eludirá el tema. Por el contrario, tratará de influir editando las noticias en base a sus preferencias, que por el momento siguen siendo las de un peronismo moderado que, basado en figuras de segunda línea, acompañe a la línea oficialista propiciada por el semanario. Comienzan a aparecer, pues, una serie de notas sobre la realidad del peronismo: en la primera se habla de la vuelta de viejos dirigentes; en la segunda del “antipersonalismo peronista” encarnado en Bramuglia, Mercante, A. Leloir y el P. Benítez (Mayoría, 83, 13-11-1958: 16). En la tercera ya prevalece la especulación respecto de que “el peronismo no parece dispuesto a romper el frente de febrero” y sobre señales de desobediencia a las órdenes rupturistas de Perón (Mayoría, 84, 20-11-1958: 16). De manera simultánea, en la sección política, se da cuenta de los movimientos del líder justicialista y “el desafío” que representa para Frondizi.

Desde hace unos números, significativamente, no aparece publicidad oficial. Los ingresos son reemplazados por un aviso de contratapa de la yerba Safac. El desplazamiento de Mayoría desde una posición oficialista a una de franca oposición y, con ello, el tratamiento diferenciado de la cuestión peronista tuvo un punto de inflexión en la remoción de quien era considerado el ingeniero del frondicismo, Rogelio Frigerio, y la imposición de un severo plan de austeridad fiscal que implicó un cambio obligado en la política del gobierno. No obstante, y a través de varios acontecimientos que jalonaron ese proceso, el semanario mantuvo los lineamientos hasta aquí señalados hasta que a su juicio no quedo punto de defensa alguno al que pudiera seguir suscribiendo su lineamiento editorial.

El número 83 se lamenta, pues, de la renuncia de Frigerio considerando que “el Estado pierde un gran funcionario y la Nación gana un gran político” y emparentan esa salida con la de Lonardi: “los idus de noviembre vuelven a echar su sombra fatídica sobre el destino nacional” (Mayoría, 83, 13-11-1958: 6). Dan cuenta, también, de la declaración de una huelga de 48 horas por parte de las 62 organizaciones peronistas.

La siguiente edición propone sostener un gobierno “integralmente nacional sostenido en las nuevas fuerzas sociales y económicas”. Trae en tapa la propuesta del gobernador de Córdoba Arturo Zanichelli y de Raúl Damonte Taborda: gobierno unipersonal y “ni vencedores ni vencidos”. En tapa advierten sobre los intentos de instalar un “gobierno neolibertador”. Celebran “el levantamiento de los paros proyectados” en la sección gremial. En la retiración de tapas denuncian “lamentables detenciones en masa” de dirigentes “nacionalistas, peronistas y comunistas” sin conocerse las razones valederas. En nota aparte hablan de escritores presos, refiriéndose y solicitando por la libertad de Alfredo Varela y Amaro Villanueva, de filiación “comunista” (Mayoría, 84, 20-11-1958).

Una tapa de fines de noviembre expresa en qué medida seguía obrando en continuidad con su alineación política, aunque con el ojo puesto en la resolución de lo que ven como un conflicto aún no resuelto en la máxima jerarquía del gobierno. Aparecen fotos del ex vicepresidente Alejandro Gómez (“La integración ‘democrática’. Intento frustrado”), de Alfredo Vítolo (“La integración radical. La otra cara del intento frustrado”) y de Rogelio Frigerio (“La integración nacional. Única solución viable”). En el editorial hablan del alejamiento del vicepresidente y en la nota política siguen reivindicando el “programa sancionado por la mayoría del pueblo” aunque “están en crisis métodos y estructuras gubernistas”. En contratapa piden por la libertad de Cooke y Alicia Eguren recortando su perfil de “profesores” e “intelectuales”, ya que sus detenciones, resultan “en nada beneficiadoras para la cultura argentina” (Mayoría, 85, 27-11-1958).

Al entrar a diciembre, el semanario señala tanto en el editorial como en la nota política las dificultades y limitaciones del ejercicio de gobierno por parte de Frondizi (Mayoría, 86, 4-12-1958: 3 y 5). Buena parte del número está dedicado al triunfo “blanco-ruralista” en el Uruguay: en tapa Herrera y contratapa para Nardone. Junto con avisos privados, en este caso de cervezas, reaparecen los de Aerolíneas Argentinas.

En la entrega del 18 de diciembre aparece en tapa Cooke saliendo de la cárcel. Un recuadro envuelve la pregunta: “¿Acaudillará Cooke al peronismo gremialista?”. En la nota política hablan de una renovación del “acuerdo” Perón-Gobierno reflejado en la ascendente figura de Albrieu. Cooke, invitado por gremios recuperados para el peronismo después de su salida de la cárcel –que es retratado junto a su madre en una foto interior– aparece marginalizado (Mayoría, 88, 18-12-1958) (Melon Pirro y Pulfer, 2018).

La última edición de 1958 anuncia que Eleuterio Cardoso –quien acaba de ganar en la industria de la carne y ocupa la tapa– puede encabezar la CGT, conforme al deseo oficial. El balance del año: “Doce meses de crisis permanente” (Mayoría, 89, 25-12-1958).

En el primer número del año 1959 califican como revelación de 1958 a Rogelio Frigerio, y de Arturo Frondizi escriben que “si hubiera que definirlo a través de su obra, podría decirse que prefiere hacer un gran gobierno a ser popular, acaso porque sabe que tiene todas las dotes del estadista y en cambio poco del caudillo para ganar popularidad” (Mayoría, 90, 1-1-1959). Proponen en el editorial: “Un programa para 1959: austeridad, sentido de la nacionalidad y respeto a la ley”. En nota interior presenta a los argentinos que más se destacaron en el año: Frondizi, Frigerio, Raimundes, Aramburu, Albrieu, Perón, Cooke, Alsogaray, Güiraldes, Rodríguez Araya, Walsh y Pascual Pérez. En doble página presentan a “los que hacemos Mayoría”: Tulio Jacovella (director), Bruno Jacovella (asesor), Victorio Santos (vicedirector y política), Roberto Juárez (gremial), Luis Soler Cañas (artes y letras), Raúl Jassen (redactor y organizador de notas especiales), Rodolfo Walsh (“periodista del año”), etcétera.

 

 

La pauta oficial de Aerolíneas Argentina aumenta, al mismo tiempo que el Comodoro Güiraldes dirige la empresa y es incluido, con foto, entre los personajes del año. La entrega siguiente aparece con una foto de Arturo Sábato en tapa, con la leyenda “un vencedor” (Mayoría, 91, 8-1-1959). Se trata del encargado de la “batalla del petróleo” a quien le dedican dos páginas internas en las que señala que si se profundiza la política “Argentina exportará petróleo”. En la nota política todo gira en torno al movimiento proscripto: “El programa de estabilización económica provocará un nuevo reordenamiento de los frentes políticos. En Ciudad Trujillo el peronismo decidirá, una vez más, su posición frente al gobierno”. En la nota aparece una foto de Cooke señalándolo como “opositor” a la política económica del gobierno y partícipe del cónclave.

Aun a mediados de enero, cuando los ecos sociales y políticos del plan de estabilización económica resultan insoslayables, Mayoría vuelve a conciliar su tradición en el orden de las ideas con la lógica de medios y fines características de una lectura del desarrollo muy propia de la época. Una entrevista al funcionario Grancelli Cha concluye en que: “El aporte de capital extranjero –se lo propongan o no sus inversores– contribuirá decisivamente al logro de la liberación nacional”. De momento sigue, pues, el alineamiento, como titula la sección dedicada a economía: “El plan de estabilización es duro, pero si el país aguanta, le abrirá el camino de la tan ansiada liberación económica”, todo esto sin dejar de advertir, en el lugar de las noticias gremiales, que las “62” critican, obviamente, el plan de estabilización (Mayoría, 92, 15-1-1959).

Con el estallido del célebre conflicto originado en la privatización del Frigorífico Lisandro de la Torre, habida cuenta de la solidaridad de los obreros gráficos con los huelguistas, una gran cantidad de publicaciones no aparecen, entre ellas este semanario. Vuelto a los puestos de venta, Mayoría, que en la sección gremial brinda un detallado parte de los sucesos, lamentando el uso de la fuerza, las detenciones y, esencialmente, la confrontación entre gobierno y sindicatos, sostiene una conclusión política: “Su ocupación por los obreros sirvió de pretexto para atacar a la vez al gobierno y a la línea sindicalista nacional” (Mayoría, 93, 29-1-1959). De todos modos, como venía insinuando prudentemente la prosa de sus páginas en anteriores ediciones, el plan de estabilización debía contar con cierta sensibilidad social. Eso se refleja en la “denuncia” más tajante expresada en un título del número 94: “Leche, pan y carne: artículos de lujo. El Plan de Rehabilitación debe contemplar la situación del hogar modesto y el futuro de la raza”. Ya sin sutilezas afirma el director que al gobierno que “ha ganado todas las batallas –petróleo, divisas, etcétera– le queda la última: la del pueblo” (Mayoría, 94, 5-2-1959). En consonancia con dicha línea argumental, en la sección economía señalan que “el aumento del costo de la vida supera el sacrificio necesario para el cumplimiento del plan”. En la nota política destacan que “Regresa a Buenos Aires el doctor Arturo Frondizi, primer presidente argentino que visitó los EEUU”. “Otro aniversario de Caseros” es un recuadro en el que destacan la obra de José María Rosa sobre la caída de Rosas y los documentos que allí revela subrayando la connivencia de los “libertadores” con el extranjero. En esta entrega inauguran la sección Correo Histórico, a cargo del mismo historiador revisionista, quien se ocupa en la oportunidad de Camila O’Gorman. En la Bolsa negra de las noticias, bajo la categoría de “noticia cierta”, relatan cómo fueron engañados en su buena fe los dirigentes sindicales que fueron a una reunión al ministerio de Defensa mientras eran enviados tanques para la represión en el Frigorífico Lisandro de la Torre.

El siguiente editorial cuestiona el rumbo “pro-Estados Unidos” y las líneas políticas del gobierno, la “indescifrable política presidencial”. A su vez reclama que el peronismo se deslinde de los grupos “trotskistas” que predominaron en 1954-55 y que lo llevaron a la actual ruina –aludiendo a Cooke y a sus relaciones en el mundo sindical (Mayoría, 95, 12-2-1959: 3). En la sección gremial, y a modo de consejo político en las nuevas condiciones de desenvolvimiento del gobierno: “Insistimos: el doctor Arturo Frondizi debe dialogar personalmente con los trabajadores”. Dan lugar al escritor nacionalista salteño Carlos A. de los Ríos para que se explaye sobre la temática, así como en un recuadro hacen sitio para expedirse sobre la situación del General Iñiguez, sancionado por sus declaraciones en favor del “régimen depuesto”. En contratapa, por primera vez, aparecen unas historietas humorísticas que llevan por título “Carnaval” y que tienen como protagonista al presidente de la Nación –en un caso portando un lanzapetróleo, en otro con una careta de su hermano Risieri “para hacer reír” y en la tercera comprando una careta de Gómez que le va “costar” un “disgusto”.

Viejos “fantasmas” gobiernan la nota editorial del número 96 (“El sectarismo marxista no se contenta ya ni con el dominio total de la Universidad del Estado”, Mayoría, 96, 19-2-1959: 3). Advierte sobre una alianza entre “Reforma, marxismo peronista y de muchos jerarcas de su propio partido”. En la nota política esto se expresa en una secuencia de fotos en las que aparecen unidos Cooke (“sin juego en la política de pacificación, intenta el camino de la rebeldía”), Palacios (“antiimperialismo yanqui y colonialismo inglés”) y Vítolo (“con apoyo militar, enfrenta a Frigerio y a la línea integracionista”). En contratapa reproducen carta de Mario Amadeo, desde Nueva York en función diplomática, a Rogelio Frigerio “por considerarla de interés público”.

En la entrega del 26 de febrero (Mayoría, 97, 26-2-1959: 3) la editorial redobla la apuesta sobre la situación: “Más que su nivel de vida, la clase obrera deberá sacrificar su filosofía de la vida”. En términos políticos señalan el surgimiento de la “liga de gobernadores… nuevo instrumento ejecutor de la política integracionista”, aunque colocan como condición, volviendo al tópico de la entrega anterior, a que “el peronismo abandone el camino de la subversión”. En la nota aparece foto de Oscar Albrieu remarcando que “no se definió ni a favor ni en contra de la concurrencia”. Sobre este mismo dirigente, en la sección “La bolsa negra de las noticias”, señalan que ha renunciado al Consejo Coordinador y Supervisor del Peronismo “para dejar a Perón las manos libres”. En esa misma sección anuncian que Perón ha designado al periodista del semanario Norte Alberto Campos como interlocutor con el gobierno de Frondizi y que ello “ha provocado el disgusto de las figuras más salientes del Movimiento”.

Estos meses implican cierta transición en los que el escepticismo sigue resolviéndose, hasta último momento, en el sostenimiento de una línea argumental que considera las posibilidades del gobierno de encauzar la economía, legitimándose electoralmente y, a la vez, propiciando una institucionalidad política que no prescinda del peronismo. También intentan condicionar o incidir en los rumbos que toma este movimiento. Así, en la tapa del número 98 (Mayoría, 98, 5-3-1959) formulan la pregunta: “¿Concurrencia o abstención?”. Y colocan las imágenes en vertical de Perón –tamaño grande– y en orden descendente la de Albrieu y Cooke –en un tamaño menor– con un fondo de manifestación popular sin identificaciones partidarias visibles. En la nota política señalan que Perón definió la línea de abstención en las elecciones contra la concurrencia –insinuada por Albrieu– y la huelga revolucionaria promovida por Cooke. El escenario de lucha electoral es San Luis. En otro plano aparecen notas críticas del proceso cubano tanto en el editorial como en una nota desarrollada con imágenes al interior del semanario. La contratapa de la revista tiene la publicidad del Comet 4, avión de la renovada flota adquirido recientemente por Aerolíneas Argentinas. En tapa del número siguiente (Mayoría, 99, 12-3-1959) aparece un comandante de ese avión con su hija en brazos tras un desembarco en Ezeiza bajo el título “El más bello saludo”, quizá como parte de las compensaciones necesarias a la hora de recibir un apoyo publicitario de ese orden. Al interior nota a doble páginas con fotos del Comet abordado por Frondizi, la bendición de monseñor Laffitte, y el comodoro Güiraldes y la señora de Frondizi descorren el paño que cubre el nombre de las “Tres Marías” que lleva el nuevo avión.

En cuanto a los contenidos propiamente políticos en el editorial aparece una queja por la vuelta a la aplicación del “derecho revolucionario” con la revocación de mandatos sindicales y la negación de la personería jurídica al peronismo santafesino. La nota política está dedicada al triunfo “integracionista” señalando como gran triunfador a Frigerio, ya que “el electorado de San Luis ratificó categóricamente la plena vigencia del frente nacional popular”. Aclaran: “los votos en blanco, expresión de una rebeldía adjetiva y lógica”. Continúa la línea crítica hacia el gobierno cubano, esta vez con una entrevista hecha a Batista, quien declara que “Castro y sus terroristas nunca contaron con el apoyo del pueblo”. En otra parte de la misma entrega se hacen eco de la acusación de la CIA señalando que Fidel Castro es un agente de Moscú.

La preocupación por incidir en las filas y en el comportamiento del peronismo continúa. Así, en el número siguiente insisten frente a figuras representativas que habían formado parte o animado el Consejo Coordinador para que concurran a elecciones. En una larga entrevista el semanario dirigido por Tulio Jacovella presenta a Oscar Albrieu como “la personalidad mejor consolidada en su posición dirigente y la que en mayor medida representa la sensatez y la capacidad operativa” (“Reportaje a Oscar Albrieu”, Mayoría, 100, 19-3-1959: 1 y 13). En tapa ponen una imagen suya junto a un zócalo con la pregunta: “¿Votará por el comunismo la masa peronista, en su desesperación por hallar una salida cualquiera?”. Lo cierto es que en ese momento Albrieu no solo acaba de salir de su responsabilidad al frente del CCyS sino que, como la misma nota lo resalta, está “prófugo” y sin “trabajo”. La entrevista se hizo, pues, “en algún lugar de Buenos Aires”, con foto anunciada en tapa y reproducida en la nota del interior, y aunque volcada en el molde, ya ensayado por el semanario en el pasado inmediato, de contar con un peronismo capaz de prescindir del control remoto de su líder, termina constatando, en palabras del entrevistado, su contrario. Albrieu explica cómo es la organización del peronismo como movimiento y como partido, y en lo que respecta a esto último lamenta que la organización en juntas promotoras, que él ha llevado adelante con éxito, no se haya correspondido con el reconocimiento de la justicia electoral. Por otra parte, señala el entrevistado, es imposible “destruir el mito Perón”, y la proscripción del peronismo puede llevar, bajo responsabilidad de los “libertadores”, al “comunismo”.[23] Aparece una publicidad del diario El Nacional: “7 meses de existencia, 175.618 ejemplares por día”.

El semanario atiende, pues, al peronismo, y pronto incluso se abrirá a considerar el papel histórico de Perón junto al de los grandes líderes nacionales, aunque su compromiso declarado con el gobierno lleva a la alienación de uno de sus colaboradores más destacados.

A fines de marzo de 1959 la encrucijada política está en Catamarca donde, a instancias del neoperonismo orientado por Vicente Saadi competirán integracionistas y justicialistas. En este número aparece la pluma de Jauretche anunciada en tapa: “El revisionismo histórico es tarea previa a la existencia de una política nacional”. Esta nota combina con dos series que vienen desarrollándose: una sobre la historia del radicalismo a cargo de Marcos P. Rivas y otra sobre la Guerra del Paraguay que escribe José M. Rosa. Además, siguen los anuncios del IIHJMR con un Curso de Historia Argentina a cargo del mismo Rosa. En recuadro un homenaje a Rosas en Junín y el anuncio de la visita del presidente del IIHJMR, otra vez J. M. Rosa. Hacia allí se dirigirá también Jauretche (Mayoría, 101, 26-3-1959).

Para abril de 1959 muestran en la nota política las presiones militares hacia el gobierno, con sus propias divisiones entre “golpistas” y “legalistas” (“quieren cambiar elenco gobernante”). Sigue el tratamiento del tema cubano, ahora centrándose en los antecedentes de Castro: “El exaltado nacionalismo del joven dirigente estudiantil, bajo la explotación del marxismo”. Se inicia una serie de notas de Fermín Chávez sobre la actualidad del Paraguay, en base a un viaje a ese país. En la editorial reclaman un salario social y en la nota gremial refieren a la política equivocada del ministerio respectivo en relación a reclamos obreros. Aparece publicidad de la Dirección Nacional de Aduanas (Mayoría, 102, 2-4-1959).

En la entrega del 9 de abril y en línea con el editorial, un título acusa: “Mientras la Unión Democrática y sectores peronistas se dedican a vilipendiar a las autoridades, el marxismo hace su gimnasia revolucionaria en las calles”. La nota refiere a una manifestación estudiantil que volcó e incendió algunos automóviles, entre los cuales estaba el del diputado Vinciguerra de la UCRI. Esa tapa y el despliegue de imágenes parecen espejarse en la nota política donde un columnista defiende a Frondizi del ataque de “criptocomunista”, propalado desde Gran Bretaña y trabajado en Estados Unidos por el almirante Rojas (Mayoría, 103, 9-4-1959).

Con un creciente volumen de notas de tinte revisionista el número 104 editorializa que “Una nación que se empeña en falsificar su pasado corre el peligro de tergiversar su presente y defraudar su porvenir”. La nota política muestra cierta fortaleza temporaria del gobierno, ya que, conforme a la categorización esbozada tiempo atrás, “ni el intento golpista ni la maniobra de copamiento pudieron prosperar”. En nota sobre política internacional aparecen desarrollos sobre “Guerra revolucionaria y criptocomunismo” aplicados a Cuba y China. Soler Cañas reconstruye la historia del libro El Paso de los Libres de Jauretche señalando que el “canto con opinión” lo “tiene metido don Arturo en la sangre desde hace bastante tiempo” (Mayoría, 104, 16-4-1959).

El 23 de abril Mayoría vuelve a las notas sobre el peronismo entre las que sobresalen una entrevista a Framini y las noticias sobre la reorganización del Consejo Coordinador animado por Campos y con el retorno de figuras de la primera hora como Diego Luis Molinari. Destacan la mayor participación gremial en sus filas y una sanción a Albrieu por haber alentado el concurrencismo en San Luis. Las notas internacionales ocupan cada vez mayor espacio y las notas históricas ganan terreno en la composición de la revista. Insertan también notas sobre el interior, como la que ocupa la tapa de este número con las inundaciones provocadas por el Paraná (Mayoría, 105, 23-4-1959). La configuración del semanario sigue, pues, tan atenta a la cúspide del poder en el país como a la dinámica del peronismo, pero su condición de medio de interés general continúa dando lugar, junto a las series históricas y a la polémica sobre Artes y Letras bajo el régimen de Perón, que ocupa dos o tres páginas por entrega, a las secciones fijas de teatro y letras. Una sugestiva ausencia, no obstante, se registra desde hace algunos números: la de Rodolfo Walsh y la denuncia del ya famoso “Caso Satanowsky”.

Las preocupaciones respecto de las presiones militares y la estabilidad institucional –muy propias de la época– suelen ser espasmódicas pero recurrentes. Por momentos se sobredimensionan, pues, las noticias y versiones sobre las crisis político-militares que inundan la realidad argentina. Así en el editorial del número siguiente se retoma bajo el título de “nueva crisis de neurosis sediciosa” lo que se había mantenido en silencio en el número anterior: la constante conspiración militar y el asedio al gobierno de Frondizi (Mayoría, 106, 30-4-1959). Esa manifestación puede hacerse en el momento en que, como titula la sección política, “los golpistas han perdido el tren”. Especulaciones y reflejos de periodistas en la tormenta política argentina signan los avatares de la publicación. Significativos silencios del semanario, pues, como aquellos que sobrevinieron al alejamiento de una de las plumas que le había dado notoriedad.

En tapa anuncian “Una alerta a Hispanoamérica” en un recuadro sombreado en color rojo y letras negras. El envío lleva a la contratapa donde aparece un manifiesto que tiene como bajada la siguiente leyenda “Una conjunción internacional de liberales y marxistas postula un supergobierno continental con facultades para avasallar las naciones libres”. Es una reacción a la “Cruzada de la Libertad” reunida en Caracas, que enjuicia en particular la realidad del Paraguay bajo el gobierno de origen militar y de signo colorado de Stroessner. En el texto hablan de la emergencia de la V Internacional con una red de “elementos exaltados y subversivos que aspiran a convertirse en un supergobierno dotado de poder suficiente para intimidar y extorsionar a las naciones y desatar guerras civiles allí donde halle resistencia”. Esta nueva internacional es el resumen de las anteriores y suma a ello “los residuos del caduco liberalismo, representados por la gran prensa mercantil cosmopolita, por los ricos holgazanes en busca de nuevas sensaciones y por los intelectuales ‘pequeño-burgueses’ que se definen progresistas o de izquierda”. Frente a ello promueven “que se restablezcan en América los gobiernos populares de amplia concepción patriótica. No queremos que nuestro continente caiga en poder de las oligarquías liberales ni sea fermento de una revolución marxista que destruya los bienes e instituciones fundamentales de nuestra civilización: nacionalidad, religión, familia, propiedad, ejército, libertad y cultura”. Entre los firmantes aparecen los directores y muchos de los colaboradores del semanario: Bruno Jacobella (sic), Tulio Jacovella, José María Rosa, Fermín Chávez, Eduardo Castilla, Luis Soler Cañas, Roberto Juárez. Además, Marcelo Sánchez Sorondo, José Gobello, Jorge Cooke, Alberto Contreras, Mario Massouh, Eduardo Manso, etcétera. Esta verdadera condensación de tópicos e ideas propias del nacionalismo argentino parece no solo orientada a la defensa del gobierno stronista sino también, en el contexto local, a la legalidad frondicista.

En esta entrega la dirección debe defenderse del contenido de una carta de lectores firmada por “Un amigo… a medias” que señala el silencio del medio ante las declaraciones que realiza Walsh en Azul y Blanco en la dirección de que “no escribe más en Mayoría porque ésta es ‘oficialista’”. El lector les señala que “en su número de hoy ustedes no aclaran ni contestan nada. ¿Quiere decir que aceptan la calificación?”. Frente a ello los editores responden: “Ignoramos lo que entenderá Walsh por ‘oficialismo’, pero como él colaboró en Mayoría hasta diciembre, inclusive, de 1958, cuando ya la revista estaba desde hacía tiempo en la línea en que está ahora no creemos que sea ésa la razón que lo llevó a desvincularse con ánimo tan desabrido de ella. Comprendemos, sin embargo, que no haya podido sustraerse a la ola de decepción desatada en los medios marxistas y nacionalistas ortodoxos por la abjuración de sus viejos principios estatistas que hizo el doctor Frondizi, cuando se dio cuenta de con ellos el país seguía en un callejón sin salida. No decimos que con los arbitrios liberales puestos en marcha esté asegurada la rehabilitación económica de la Nación. Por lo pronto, hasta ahora su aplicación ha sido un absoluto fracaso, pero se trata de una solución que no había más remedio que ensayar. La declaración de Walsh no empaña el afecto y admiración con que siempre lo hemos mirado, y nos alegra, además, el hecho de que para dirigirnos sus reparos haya elegido un semanario nacionalista y no uno marxista. Es una prueba de su invencible propensión a las buenas causas… y las buenas compañías” (Mayoría, 106, 30-4-1959: 2).

Nunca suprimida, la tradición nacionalista vuelve a manifestarse estentóreamente en este tiempo de cambios, con la particularidad de privilegiar la defensa del orden institucional frente a los embates de los “duros” de las Fuerzas Armadas y siempre en la expectativa de una incorporación no traumática del peronismo al sistema político. La llegada de Fidel Castro al país no solo llevó a la tapa al líder de la revolución caribeña sino a una nota política que Fermín Chávez firmó con el más usual de sus seudónimos, Juan Cruz Romero. A juicio de Mayoría, la llegada de Castro “debía coincidir con el estallido de la revolución del 30 de abril”, fecha en la que estuvo a punto de consumarse un golpe de estado respecto del cual la visita habría sido concebida como una suerte de complemento. El análisis de Romero no le iba en zaga. Castro (“recordman universal en fusilamientos”, “peludo político cubano”) no informó debidamente de su viaje y se dedicó en conferencia de prensa a estimular el “golpismo” que alentarían en un juego de pinzas contra el gobierno otros sectores como Rojas, Rial y Favarón. Según la nota, la UCRI y Frondizi no son conscientes de la situación y la UCRP no goza de respeto en las filas de los hombres de las Fuerzas Armadas. Toma el caso de Mendoza, en el que se impuso el conservadurismo local, para dar por tierra con el proyecto integracionista, señalar los límites de la UCRP y clamar a su vez por la restitución de la legalidad al peronismo. El editorial, por su parte, se hace eco del mensaje de Arturo Frondizi en las cámaras al iniciar las sesiones legislativas. Da cuenta de la seguridad del mandatario, pero cuestiona un rumbo que lleva, según el director, al desastre en el plano social y en la realidad económica. En esta dirección aparece la nota de la sección gremial en las que con imágenes y breves textos muestran la represión policial a las manifestaciones por el 1 de mayo de las 62 organizaciones peronistas y los bancarios. Corolario de todo esto es, en lo que respecta a la circulación de Mayoría, el anuncio de un aumento a seis pesos el ejemplar, determinado por “la suba incesante de los salarios y de los costos de impresión” (Mayoría, 106, 30-4-1959).

En el editorial del 14 de mayo Jacovella reconoce el fortalecimiento de Frondizi tras el frustrado intento golpista del 30 de abril, aunque sugiere el desplazamiento a un régimen de estilo parlamentario para preservar la débil y precaria legalidad, sostenida según ve en el poder militar (Mayoría, 108, 14-5-1959). La crónica política, retomada ahora por el responsable habitual de la misma Victorio Santos, señala que Frondizi fue sometido a un importante hostigamiento en el último mes, con intentos fallidos de golpes y copamientos de su gobierno. Esa ofensiva, según el columnista, respondía, en línea con los argumentos del oficialismo, a “los intereses ingleses en el Río de la Plata”. En contraposición destaca la labor de Frigerio en Estados Unidos en continuidad de la visita de Frondizi y el apoyo de Solanas Pacheco como referentes de las Fuerzas Armadas. Descarta los rumores de la entronización de Álvaro Alsogaray en el Ministerio de Economía, algo que, consideran, hubiera significado “un cambio de política y o de hombres”.

Aparece nuevamente en tapa Rogelio Frigerio, “símbolo de la integración nacional y la expansión económica”, de cuyas afirmaciones titulan: “lo hecho es irreversible”. El reportaje interior desarrolla la “dramática alternativa”: “Lo hecho significa creación de riqueza, pero lo que hay que hacer determinará si esa riqueza habrá de ser para 20 millones de argentinos o solo para grupos privilegiados”. En línea e implícita defensa oficial el editorial denuncia: “Derechas e izquierdas desintegran la nación y abren la puerta a la invasión comunista” (Mayoría, 109, 21-5-1959).

En el siguiente editorial Jacovella retoma aires doctrinarios: la lucha histórica en la Argentina es entre “el sentido individual de la libertad y el sentido social de la nacionalidad. Los liberales no sienten la Nación; los nacionalistas no sienten la Libertad”. En la sección política, Santos vuelve a la misma dialéctica: “En tanto unos insisten en presionar con la amenaza del golpe, otros incitan a darlo cuanto antes”, titula. A renglón seguido cita a José Liceaga: “Quieren volvernos a los viejos moldes de la dependencia inglesa”. En la sección gremial dan cuenta de la iniciativa de los “32” de vincularse a los sindicatos a la Ciosl-Orit en términos críticos y reproducen en recuadro un repudio en el mismo sentido de las 62 organizaciones. En el otro extremo de la nota saludan el ascenso de José Alonso en el gremio del vestido (Mayoría, 110, 28-5-1959).

El 4 de junio realizan un homenaje a Scalabrini Ortiz, por su fallecimiento, colocando una foto en tapa y la leyenda: “La muerte del incorruptible y esclarecido paladín de la nacionalidad enluta a la Argentina”. Incluyen imágenes del entierro y de los oradores (Rosa, Jauretche, Abregú Virreira, Hasperué Becerra y Raúl Bustos Fierro) además de una columna firmada con la sigla RRA (Roque Raúl Aragón) (Mayoría, 111, 4-6-1959). El editorial señala que “cunde una atmósfera de escepticismo y desmoralización que es indispensable desvanecer”. En la parte política denuncia que “contra la integración nacional, Aramburu propicia una nueva Unión Democrática, en reemplazo de la antigua, bajo el lema de ‘Unión y libertad’”.

En línea con unas notas sueltas que había presentado un periodista del semanario, Martín Codoni, una nota interna está dedicada a “Teoría y práctica del comunismo. Grados y alcances de la Guerra Revolucionaria en la Argentina y el resto de Hispano América”, haciéndose eco de las doctrinas que de manera creciente se introducían en el ámbito militar. Incluyen imágenes de “mujeres democráticas” en favor de la enseñanza laica y las de los manifestantes del mes de abril que habían denunciado con anterioridad. El contenido está orientado a denunciar actividades del Partido Comunista mientras, en recuadro, se invita a las conmemoraciones por el 9 de junio, aniversario del golpe militar de 1943 (Mayoría, 111, 4-6-1959: 31). En contratapa aparece desde hace cuatro números la publicidad de la empresa aerocomercial Iberia.

En la entrega siguiente los responsables del medio ven la amenaza de un desembarco en el gobierno que habían desestimado poco antes: “El hecho de que convenga emplear expedientes liberales no quiere decir que se pueda resucitar el liberalismo”, reza el editorial (Mayoría, 112, 11-6-1959). En la nota política muestran la demanda de Alsogaray por un “equipo homogéneo en la realización del plan económico”. “¿Querrá presidirlo?”, se preguntan. Soler Cañas escribe sobre Scalabrini Ortiz, recordando manifestaciones suyas en relación a la posición a sostener frente a la “libertadura”.

El semanario continúa con sus denuncias anticomunistas. Una nota habla de un “turbio negocio comunista” en la organización de un acto en memoria de los combatientes del gueto de Varsovia y de los seis millones de mártires del nazismo en el que hablan CA Erro, MR Oliver y SI Kogan. Eso prueba, para el columnista, la conjunción liberal-marxista. En otro artículo hablan de “Un nuevo sistema de publicidad: la dialéctica macabra”, criticando la exposición montada en el Concejo Deliberante sobre Cuba, orientado a justificar los fusilamientos por la vía de mostrar las atrocidades de la situación anterior a la toma del poder por Fidel Castro.

El número siguiente corresponde a dos semanas, ya que un conflicto gremial en el taller en que se imprime Mayoría ha impedido su salida. Lleva en tapa fotos enfrentadas de Perón y Frondizi. Motivo: la denuncia del pacto entre ambos. Con un reposicionamiento en ciernes, parecen tender la mesa de un avenimiento histórico que la política negaba. “El rompimiento de dos hombres no significa la quiebra de la legalidad ni del imperativo de reencuentro social en el marco nacional” (Mayoría, 113, 18-6-1959). En el editorial defienden lo actuado: “la inmoralidad no está en el presunto pacto, sino en el fraude que llevó a concertarlo”. Al interior, en la crónica política, denuncian la existencia de cinco intentos de golpe de estado paralelos que amenazaban el orden constituido y advierten que “las Fuerzas Armadas, en plena crisis institucional, presionan en favor de una solución conservadora”. En sendas notas Juan O. Ponferrada y Fermín Chávez tributan homenaje a Scalabrini.

En julio aparece en tapa Álvaro Alsogaray, cuya llegada a Hacienda no han celebrado, aunque ahora acompañan con “una inyección de optimismo, a pesar de la sangre y el sudor prometidos para septiembre y octubre”. El editorial sigue el mismo camino: “No hacemos un análisis ni una valorización de las ideas políticas y económicas del nuevo conductor de la economía argentina que en uno u otro aspecto recuerda a Perón, a don Miguel Miranda y a Frigerio, por su dinamismo y el poder de convicción que irradia de la seguridad que parece tener en sus fuerzas. Nos limitamos a anotar el hecho. El país vive en estos momentos la misma sensación de seguridad y confianza vivida, con mayor o menor intensidad, el 1° de mayo y el día en que se proclamó el triunfo en la batalla del petróleo”. Sin ingenuidad, agregan: “No olvidamos cuán poco duró esa sensación”. La sección política refuerza la línea: “Frondizi colocó el gobierno sobre bases empresarias para salvar la legalidad y cumplir la segunda etapa de su programa” y asegura estabilidad: “En las Fuerzas Armadas se impone la tesis neutralista: ni oficialismo ni golpismo”. En la sección gremial señalan que la presencia de Alsogaray favoreció al levantamiento de la intervención militar en el sector ferroviario, de petroleros (privados y públicos) y en los transportes urbanos que habían generado reclamos de la CGT y las 62. Sin embargo, no dejan de ver la inquietud que siembra en las filas obreras la presencia de Alsogaray en el Ministerio de Economía. Sin contradicción reproducen imágenes del homenaje en el sindicato de la alimentación realizado a Scalabrini Ortiz en el que hablan Rosa, Eguren, Chávez, Massouh, Solnie y Trípoli (Mayoría, 114, 2-7-1959).

En tapa del número 115 aparecen Aloé y Rojas con un cuadro de Eva Perón de fondo y la leyenda: “Ileso en el campo del honor, pero no ante la opinión pública”. La nota interior sobre “La foto del escándalo” recuerda que Mayoría publicó la imagen de Rojas con Espejo, que vuelven a reproducir, en su número 23 y que en la Cámara se discutió el tema, saliendo Rojas airoso en su honor pero no en el fallo inapelable de la visión popular. Para mayor escarmiento, los editores buscan hacer públicas las afinidades de Rojas con el “régimen depuesto” mediante la publicación de otra foto comprometedora. El editorial parece escrito en espejo con la imagen de tapa: “El proceso de putrefacción de la Revolución Libertadora parece vivir sus últimas etapas”. En el sector político buscan apoyar al gobierno: “Legalidad y desarrollo, o golpe y colonialismo, es la única alternativa que se ofrece a la república”. En la sección gremial buscan resaltar la moderación. “Ningún sector obrero ha pedido aumentos masivos de salarios”. Incluyen una nota de la celebración del 9 de julio de “los hombres de armas de la línea nacional” entre quienes están Farrell, Sánchez Toranzo, Solari, etcétera. En tapa anuncian una nota de Jauretche: “Lo que diferencia un Ejército de una Gendarmería es el concepto de su función nacional”, que es desarrollado en forma de carta a la dirección. En recuadro resaltan un “homenaje a Scalabrini Ortiz en la legislatura santafesina” (Mayoría, 115, 9-7-1959).

En la entrega del 16 de julio colocan en tapa a los coroneles Fernández Suárez y Cabanillas, y a los generales Bonecarrere y al Gral. Cabanillas bajo el título de “Un exilio de sainete con un único fin: desprestigiar al país”. En nota interior abundan sobre los militares desestabilizadores aclarando que: “Huyeron al Uruguay para eludir responsabilidades disciplinarias… Ante la posibilidad de un arresto leve, prefirieron un asilo de efecto político” (Mayoría, 116, 16-7-1959: 3).

En su espacio específico el director anota: “Las ‘fuerzas vivas’, ante una oportunidad decisiva para demostrar que pueden y quieren servir al país”. La sección política apuntala inequívocamente al gobierno: “Neutralidad legalista de las fuerzas armadas, prudente actitud de los sectores gremiales y amplio apoyo de todos los grupos empresarios. Sobre estas bases, Frondizi ha logrado estabilizar su gobierno a despecho de los intereses colonialistas que buscan el caos”. En la sección gremial dan cuenta de una “auspiciosa” entrevista de Alsogaray con las 62 organizaciones, aunque en página contigua describen el pliego de demandas presentado –solución al conflicto del Frigorífico Lisandro de la Torre, superación de la cuestión con los bancarios y de seguros, etcétera– además de describir una sucesión de conflictos en curso –Luz y Fuerza, Vestido, etcétera. Las ideas referidas a la integración y a la justicia social son menos novedosas en el nacionalismo argentino que las de desarrollo y las del sostenimiento de la legalidad constitucional, que ahora el medio apuntala, pero nada de esto inhibe del cultivo de las redes de reconocimiento propias de anteriores sensibilidades. Así, Jassen comienza una serie de notas sobre España con una reseña sobre el Valle de los Caídos, para el cronista imagen de la “reconciliación” española, y mientras continúan las notas “revisionistas” de Rivas y Rosa, aparece un nuevo reportaje a Leonardo Castellani y difunden el catálogo de Huemul.

En la entrega siguiente aparece una tapa en la que se ve una majestuosa imagen acompañada de esta frase: “A siete años de la muerte de Eva Perón, su figura aureolada por la leyenda sigue siendo enigma y bandera” (Mayoría, 117, 23-7-1959). En nota interior ensayan un ejercicio contrafáctico: “¿Que pudo ser del país y de Perón si Eva Perón no hubiera muerto tan pronto?” La respuesta aparece en las imágenes que acompañan el interrogante: Evita acudía a todas partes donde la gente humilde padecía necesidad; los niños siempre fueron su principal preocupación, los trabajadores recibían su visita; a seis años de su muerte las multitudes argentinas siguen recordando su nombre y su obra.

El editorial rechaza “los ‘planteos institucionales’ de los cuerpos armados”, juzgados como “más escandalosos que alarmantes”. La nota política sigue en la justificación, considerando que “fracasada la vía militar, el golpismo buscará ahora crear el caos por medio de la agitación gremial”. Ahora Perón también forma parte del complot: la ruptura con el gobierno “confirmaría la línea fijada hace un mes, a favor del golpe”. La nota económica, cubierta por Lucas Caligniana, señala que Alsogaray puede fracasar si solo “ve problemas económicos”. En la parte gremial aseguran que la devolución de los sindicatos y “sin intervenciones gremiales retorna la paz social”. En España, Raúl Jassen entrevista al arzobispo de La Plata, Mons. Plaza, quien declara que “en el ansia de justicia social de nuestros trabajadores, radican esencias propias del cristianismo”. En la publicidad aparece un libro de Frigerio, editado por Gure, titulado El desarrollo económico argentino y la comunidad americana que “explica concretamente la actualidad del país” (Mayoría, 117, 23-7-1959).

La tapa de la entrega del 30 de julio lleva una foto del contraalmirante Gastón Clement: “una tentativa de conciliar en el marco profesional estricto, la nueva sensibilidad política que se abre camino en las FFAA” (Mayoría, 118, 30-7-1959). El editorial refiere a las “semillas de la perturbación” en las filas castrenses. En la sección política se enuncian los ejes del plan de gobierno, oficiando de vocero semioficioso: relevo de los secretarios militares, elección de un vicepresidente “leal” y cambio “constitucional” de gobierno. En la sección gremial advierten que la “dilatación de los problemas conspira contra la normalidad laboral y sindical”. Reiteran la publicidad del libro de Frigerio.

Martín Codoni sigue con notas referidas a “‘Operaciones Panamericanas’ paralelas” denunciando, en base a una cita de un general norteamericano, que la “revolución cubana podría ser el comienzo de una serie de convulsiones en América Latina”, y frente a una imagen de una delegación cubana que visita Buenos Aires anotan: “la embajada de barbudos que visitó a Buenos Aires traía un sacerdote católico. No es la primera vez que la Iglesia suministra al comunismo algunos idiotas útiles bastante útiles”. Un cuadro resume “la revolución mundial según Mao Tsé Tung, marzo 1952”. En un recuadro se hacen eco de una carta del Comando Rosario del MNT que lleva como título “El Nacionalismo y el Marxismo ante la universidad”, en la que denuncian la “infiltración marxista en los claustros” desde 1955 y piden la intervención a todas las universidades. Expresión de un nacionalismo aggiornado, Mayoría no puede sino seguir detectando enemigos, riesgos y contradicciones en el gobierno que, de todos modos, auspicia.

Al inicio de agosto y a modo de balance de los primeros quince meses, el editorial señala la transición de un gobierno con un plan político de alto vuelo a otro de corte técnico que busca estabilizar la economía. Todo ello debido, según el director, a la presión militar. En la parte política comienzan a vislumbrar las opciones que puede seguir Frondizi: integración nacional-popular, unidad del radicalismo o frente de las derechas, señalando que “sobre una de esas bases, Frondizi deberá asentar su gobierno”. Con fotos de “neoperonistas” como Leloir, Bramuglia y Mercante, a quienes señalan como disputando la conducción del peronismo, vuelven a alguna de sus apuestas. En la parte gremial muestran el descontento sindical con el lanzamiento de una huelga por parte de los metalúrgicos (Mayoría, 119, 6-8-1959).

En el editorial de la entrega siguiente aparece el “fantasma”: “El comunismo es un grave peligro, sí, pero solamente prospera en terreno preparado y abonado por otros que dicen combatirlo” (Mayoría, 120, 13-8-1959). En la sección política dicen que julio fue el mes de los planteos militares y agosto el de los sindicales. Ahora se habla de “la subversión sindical” que, a juicio de la publicación, “ha sido instrumentada para presionar a las FFAA en favor de una salida electoral o, en caso contrario, empujarlos al golpe”. La sección gremial se despliega en informaciones sobre el conflicto tucumano con la huelga de la FOTIA en la que se desarrollan violentas escenas –que según el cronista no fueron provocadas por los trabajadores– que conducen a la decisión de paro general declarado por las 62 organizaciones peronistas.

La edición del 20 de agosto se caracteriza por la inclusión de una imagen de una manifestación claramente peronista, acompañada del siguiente texto: “Las elecciones de marzo de 1960 encontrarán al peronismo en la legalidad” (Mayoría, 121, 20-8-1959). La tapa se sostiene en las declaraciones del ministro del interior Vítolo, artífice del continuismo libertador para el cronista, quien aseguró la legalización del peronismo. Un proyecto de reforma de la sancionada ley de asociaciones profesionales “desatará otra vez la intranquilidad social” señala Juárez en su columna gremial. En la misma anuncia el fin del conflicto azucarero. En el editorial Tulio Jacovella sube en la jerarquía temática y continúa con el tópico de “las logias políticas del Caribe y la estrategia mundial soviética”, desde la matriz nacionalista en la que se sigue ubicando.

En el número siguiente el editorial se dirige a cuestiones más concretas de la vida argentina de ese momento: “El plan económico, privado de su componente expansivo, se está convirtiendo en mera política deflacionista”. En la nota política manifiestan que Frondizi en la reunión con los representantes de las Fuerzas Armadas no satisfizo sus expectativas, aunque declarara su lucha contra el comunismo, la continuidad de la ilegalidad del peronismo, etcétera. La incursión por temas económicos que no estaban en agenda y el no abrazar de manera estructural el problema político dejó insatisfacción entre los uniformados. En el ámbito gremial reseñan la convergencia entre las 62, el MUCS e independientes, a la vez que consigna que el gremio de la carne fue devuelto a los trabajadores, entre quienes crece la figura de Eleuterio Cardoso. Una carta de un nacionalista detenido, Eduardo Izzo, denuncia que treinta dirigentes de esa corriente están presos y que del comunismo “ateo y traidor” solo detuvieron dos, siendo los causantes y ejecutores del “plan perturbador fomentado desde Moscú y ejecutado por los bolches que actúan en nuestra tierra”. Todo responde, según el preso, a directivas de Vítolo (Mayoría, 122, 27-8-1959: 3). El mismo número da cuenta de un encuentro en el Centro de Estudios Nacionales en el que una nueva generación, la del 55, parece descubrir el nacionalismo, según la nota. La publicidad del libro de Frigerio sigue repitiéndose en las entregas.

Una semana después, Jacovella encara de manera directa, según su perspectiva, el problema del país mostrando cierto desencanto: “Una falsa opción política –peronismo o antiperonismo– y una falsa opción económica –estatismo o liberalismo– impiden crecer al país”. En la nota política que no lleva la firma de Santos expresan con determinación que “un país con muertos civiles no podrá lograr su desarrollo integral”. La imagen que ilustra es la de Hernández que sufrió esa situación y la denunció. Otra imagen es la de una manifestación popular de signo peronista y una nota lateral que expresa: “El avance arrollador del peronismo se debió a causas de orden social, muy distintas de las esgrimidas por los liberales”. En un tramo de la nota abunda: “El régimen peronista no fue el invento caprichoso de un hombre, que descubriera la lámpara de Aladino y se abrió con ella todas las puertas del poder. No. El avance arrollador de ese movimiento (y su posterior arraigo en el pueblo) se debió a causas de orden social que no son las superficiales que los liberales pretenden establecer. El régimen de Perón venía gestándose en ese otro régimen, anterior al 43, que no interpretaba al país en ninguna de sus notas esenciales” (Mayoría, 123, 3-9-1959: 5). El tema central de la nota es la legalidad del peronismo, sintetizada en la consigna que la titula: “hacia la paz social por la ley”. Este tema, para el responsable del texto, “concentra hoy la atención de miles de argentinos, agita las inquietudes de importantes factores de poder y golpea a las puertas mismas de la Casa de Gobierno” (Mayoría, 123, 3-9-1959: 4). Aboga, pues, por la apertura electoral y concluye con una admonición: “no es difícil predecir cuál será el rumbo que tomará el peronismo de serle cerrado el acceso a las urnas y verse convertido definitivamente en muerto civil. Creemos que solamente los irresponsables pueden desear nuevas luchas intestinas entre los argentinos. Y con estas palabras dejamos inaugurado un debate público, en el cual esperamos que participen todos los argentinos responsables” (Mayoría, 123, 3-9-1959: 5). La nota parece elaborada por Fermín Chávez e inicia el despegue progresivo del gobierno y la apertura hacia el peronismo. El cuestionario que promueve el debate, como en otras ocasiones preparada por los editores en acuerdo con el redactor del artículo, se desarrolla en ocho preguntas.

La entrega contiene una nota trágica, la muerte del piloto que fuese tapa con su hija en brazos en la inauguración del avión Comet IV: el comandante Stanley James Llense fallece en un aterrizaje forzoso en una zona de densa vegetación. El accidente es usado contra Aerolíneas Argentinas, según el semanario. La preocupación productiva, esencial a los lemas y políticas en que se debatía la administración frondicista, sigue concitando la atención del semanario en tiempos en los que aquella parece haber puesto entre paréntesis su vocación expansiva. Una nota doble sobre “Empresas y política” razona y especula sobre el reto que el empresario argentino debe desafiar, y otra habla del estancamiento agrario (Mayoría, 123, 3-9-1959: 12). El mismo Jauretche, quien pasa a ser columnista del semanario, especula sobre “La productividad de los trabajadores y la de los otros” (Mayoría, 123, 3-9-1959: 17). En el mismo lugar se anuncia una conferencia del autor sobre “Posición nacional y maccarthysmo” en el Centro de Estudios Nacionales, espacio cercano a los núcleos de apoyo al gobierno. Sin mencionar la relación con esta conferencia aparece una nota en la que denuncian que “La Unión Democrática bate ahora el parche anticomunista. Ayer adulaban al ejército para que derribara al gobierno y les entregara el poder a ellos. Hoy lo insultan porque no les llevó el apunte”. Reproducen copias de sueltos que circulan entre los hombres de armas llamándolos a derribar al “comunista” Frondizi. Una nota “histórica” de Roberto Tamagno trae a colación cómo se fundó el diario La Nación en base a la proveeduría del ejército manejada por las familias Lanús y Lezica. Aparece un reportaje a Jorge Oruz, responsable de la Editorial Theoria, principal editora de los textos revisionistas, al cumplirse cinco años de vida: “Más que lograr beneficios económicos, querían difundir buenas ideas”. En recuadros aparece la cena de camaradería del IIHJMR y el anuncio de la conferencia “El revisionismo histórico, base de una política nacional” a cargo de Fernando García Della Costa (Pulfer, 2019b). En gremiales, Roberto Juárez analiza distintos conflictos y señala que “con una política congruente habrá soluciones laborales”. En la foto aparece Augusto Vandor, dirigente metalúrgico, representante de uno de los gremios en conflicto junto a los textiles, los telefónicos, los portuarios y los del vestido. Mientras tanto el libro de Frigerio sigue difundiéndose por el medio.

El paso a una oposición más sostenida se evidencia en la tapa de la edición 124, cuando aparecen Frondizi y Aramburu (presidente de facto de la Revolución Libertadora) bajo la leyenda: “El continuismo da al fin con una fórmula satisfactoria” (Mayoría, 124, 10-9-1959). Que Frondizi no es ya la esperanza del desarrollo y la integración sino, por el contrario, otro rostro de la Revolución Libertadora es algo ratificado en páginas interiores: con fotos de los dos últimos presidentes, el de facto y el constitucional, la nota política subraya la “continuidad” que involucra a ambas administraciones, aparentemente signadas por las divergencias El presidente de la Junta Nacional del Partido Demócrata Cristiano, Guillermo Fernández Gil, responde a la encuesta sobre el peronismo considerando que “constituiría una aberración jurídica negarle el derecho a agruparse cívicamente, si cumple y acepta algunos requisitos esenciales” (Mayoría, 124, 10-9-1959: 14). En el mismo número lo hace el diputado radical Rodríguez Araya, entendiendo que “su proscripción sólo puede ser un motivo permanente de perturbación para la vida democrática y de amenaza a la paz pública” (Mayoría, 124, 10-9-1959: 15). Como resulta habitual en cuanto a la reivindicación de figuras públicas con actuación y adhesión al primer peronismo, ante la muerte de Vacarezza le dedican una nota escrita por Juan Oscar Ponferrada: “Los actores no hablaron en su tumba, pero han de hablar con letra suya en escena”. Colocan su foto y una nota: “El popular autor desaparecido: quería entrañablemente a los actores y los juzgaba como a chicos, con paternal ternura. La Asociación Argentina de Actores le mezquinó su homenaje”. Reproducen en recuadros notículas del IIHJMR y del homenaje a Facundo de “los muchachos del Movimiento Nacionalista Tacuara” (Mayoría, 124, 10-9-1959: 24).

En tapa del número siguiente aparece Ricardo Balbín respondiendo a la encuesta sobre el peronismo: “nada que sea arbitrariamente excluyente puede servir al éxito de la pacificación… La ilegalidad del peronismo de ningún modo puede ser favorable a la pacificación y a la democracia” (Mayoría, 125, 3-9-1959). El director, por su parte, opina con contundencia que el programa “nacional-popular” votado en febrero para enterrar a la Unión Democrática es un “cadáver embalsamado… del cual no cabe esperar obviamente nada”. Tanto en el editorial como en la nota política sujetan todo el acaecer a los resultados de la próxima elección del mes de marzo de 1960. En la sección gremial hablan de la proximidad de la unidad de las fuerzas sindicales, detallando conflictos localizados en el ámbito textil, aguas gaseosas, cerveceros, vidrio y panaderos. En una nota se presenta al Centro de Estudios Nacional, desde donde emerge “la nueva generación nacionalista”, a tal efecto opina un joven economista, Eduardo Setti. Al estilo de los enjuiciamientos sobre el pasado reciente comienza una “historia documentada de la Revolución Libertadora a través de los episodios que conmovieron el suelo patrio”, cuatro carillas por lo pronto ilustradas con profusión de imágenes a cuyo cargo está Jorge A. Napp. Salvador Nielsen desarrolla una nota sobre la “psicología del terrorismo” y aclara que “no es un fenómeno exclusivamente argentino ni se inició luego del 16 de septiembre de 1955”. Distingue terrorismo estatal y particular. A favor de su tesis, acompañado de sendas fotos, trae los acontecimientos del 15 de abril de 1953 en Plaza de Mayo y el ataque a la Escuela Superior Peronista del 22 de julio de 1955, ambos perpetrados por el “antiperonismo” (Mayoría, 125, 3-9-1959: 20). Entre los avisos figura uno del Centro de Estudios Sociales “Raúl Scalabrini Ortiz” anunciando una conferencia sobre “El ser nacional en la poesía” con la participación de Castiñeira de Dios, Luzzatto, Chávez, LA Murray, F Chávez, V Trípoli y JO Ponferrada (Mayoría, 125, 3-9-1959: 8).

La tapa correspondiente a la edición del 24 de septiembre es sintética pero contundente: “El país: sin soluciones. El gobierno: sin autoridad. Los obreros: sin alternativa” (Mayoría, 126, 24-9-1959). El editorial acompaña y diferencia, ya que “mientras el proceso económico evoluciona favorablemente, el político se ve trabado por contradicciones insolubles”. Esa idea es reiterada por la sección política: “Entre planteamientos militares y huelgas generales, el poder civil parece próximo a naufragar definitivamente”. En la nota aparecen imágenes acompañadas de comentarios prospectivos. Las de Sánchez Zinny, Santander y Cueto Rúa, quienes celebraron el aniversario del 16 de septiembre y buscan reeditar la Unión Democrática, las de Solano Lima, Fernández Gil y Arriotti, dirigentes de partidos de orientación nacional cristiana que buscan organizar un frente, y la de Toranzo Calderón, sencillamente, “golpista”. La encuesta de rigor respecto del peronismo es respondida por Basilio Serrano, de la Unión Federal: “Hay que resolver el problema de las multitudes justicialistas”. En la sección gremial consignan, a tono con el malestar obrero, la convocatoria a un paro de 48 horas: “Sin perspectivas de solución el plenario resolvió la huelga” (Mayoría, 126, 24-9-1959: 22). Sigue la serie sobre la historia de la Revolución Libertadora, escrita por Napp. En comentarios a imágenes buscan devaluar a la figura de Rojas (junto a Uranga “actuaron en Río Santiago y luego evacuaron la plaza ante el sostenido ataque de las fuerzas del general Ferrazzano”) y de Aramburu (“prófugo hacia la frontera con Brasil, reapareció cuando el éxito de la revolución quedó asegurado”) (Mayoría, 126, 24-9-1959: 8-11).

En tapa anuncian la nota del que ahora aparece como firme columnista del semanario, Arturo Jauretche. Su espacio ya tiene nombre: “Está página es mía”. En homenaje al reciente fallecimiento del autor teatral, y en evocación de inocultable reminiscencia peronista, dedica su espacio a “Los dos aluviones zoológicos y el teatro de Vacarezza” (Mayoría, 126, 24-9-1959: 16). Dedican una página al banquete ofrecido en homenaje al Dr. José María Rosa, columnista de Mayoría, con fotos de Contreras, Ortega, Ponferrada, Cascella, Thiebaut, Jauretche y vista general de un salón repleto (Mayoría, 126, 24-9-1959: 20).

En la entrega del 1 de octubre figuran en tapa nada menos que Juan Domingo Perón y Juan XXIII, bajo un epígrafe que pregunta: “¿Hacia un ‘renunciamiento histórico’ de Perón?”. Parece tratarse de un fuego de artificio orientado a mostrar que Perón estaba en diálogo con la Iglesia y que tenía un vínculo previo con Roncalli. La nota de tapa es retomada en unos renglones en la Bolsa negra de las noticias con la calificación “versión fidedigna”, señalando que Perón se retiraría de la acción pública por la mediación vaticana. El número está dedicado a tomar mayor distancia del gobierno. El editorial señala que la “intranquilidad del país no es más que una reacción contra” el uso del gobierno del “derecho revolucionario” heredado de la Revolución Libertadora. Es pues en este mes de octubre de 1959, varios meses después de la mediatización de Frigerio y de la denuncia unilateral del pacto por parte de Perón, que Mayoría interrumpe oficialmente su apoyo al gobierno. Se abre, con esto, la penúltima etapa del semanario de Jacovella, para quien “es evidente que se ha esperado ya demasiado” y que tras diecisiete meses los gobernantes “no han logrado eliminar una sola causa de irritación”, sino, más bien, “creado otras nuevas”. “Un infeliz balance, debemos confesar con vergüenza y desencanto” (Mayoría, 127, 1-10-1959). Como hemos visto, esto venía poniéndose en evidencia por la doble vía de las críticas y enjuiciamiento a la Revolución Libertadora y al que ahora consideran su heredero, esto es, el gobierno que hasta poco tiempo atrás han apoyado. También, desde algunas ediciones, en los resultados presentaban la encuesta política, en la que invariablemente todos opinan en favor de la legalización del peronismo. En esta ocasión por boca del diputado nacional de la UCRI Luis Alberto Tecco y del dirigente demoprogresista Horacio Thedy. Del mismo modo en la sección gremial, donde consideran que: “Negar los problemas no conduce a ninguna salida concreta” (Mayoría, 127, 1-10-1959: 22). Esa orientación queda ratificada, también, en la columna de Jauretche, quien arremete contra el conservadurismo: “El aluvión zoológico y la nariz de Reinaldo Pastor” se titula su nota. Agrega otra sección a su pluma: “Los cuentos del cuarenta y cinco”, que continúan a los del diario clausurado en enero de 1956 del mismo nombre y los clandestinos remitidos desde su exilio en Montevideo. En esta oportunidad se los dedica a “La elección de Frondizi y los justicialistas. Cuento judío” (Mayoría, 127, 1-10-1959: 10-12). Difunden las conferencias del Seminario de Estudios Sociales Scalabrini Ortiz que se desarrollan en el sindicato de alimentación, promovidos por Vicente Trípoli y donde hablan Cafiero, Rosa, Chávez y Unamuno. La nota sobre la historia de la Revolución Libertadora se centra, esta vez, en “¡Córdoba, la heroica!” para resaltar la figura de Eduardo Lonardi, militar nacionalista que había sido fervientemente apoyado por Esto Es, también dirigida por los Jacovella.

En adelante, Mayoría no hará sino acentuar la condena a la Revolución Libertadora, su alejamiento del gobierno y su constante peronización editorial que, por primera vez, dejará de excluir a la figura del ex presidente.  Por lo demás y, por lo pronto, una prolongada huelga de la Federación Gráfica obligará a las ediciones de emergencia que reemplazan que debían salir del número 128 al 134. Se trata, pues, de siete entregas sucesivas entre el 19 de octubre y el 14 de diciembre de 1959. La primera aparece simplemente con el título de “Edición de Emergencia” y toma una nueva numeración (Mayoría, Edición de Emergencia, 1, 19-10-1959). Lleva en tapa una imagen de Eva Perón y la leyenda “Clamor de las masas obreras argentina al Cardenal Cento [delegado del Vaticano en el Congreso Eucarístico Nacional]: cristiana sepultura del cadáver de Eva Perón”. El editorial continúa la senda cristiana: “No sólo los bienes temporales, también los espirituales deben distribuirse justamente”. Hace una mención elogiosa a Mons. Plaza y concluye la entrega diciendo que no ven otra vía para las masas y la Iglesia que Perón. Ello se despliega en la nota política: “En Mons. Plaza, las fuerzas antinacionales atacan a la Iglesia en su política social y de reencuentro con el pueblo”. La edición dedica una nota a dos páginas al Congreso Eucarístico Nacional celebrado en Córdoba: “¿anuncio y prenda de la conciliación nacional?”. Jauretche en “esta página es mía” entrega el artículo “La técnica del avestruz y los avestruces de la técnica”. En la contratapa explican por qué no sale Mayoría: “aplicando un procedimiento discriminatorio, para permitir que siga saliendo ‘El correo de la tarde’, la Federación Gráfica Bonaerense impidió que los obreros afiliados compusieran e imprimieran Mayoría y otros órganos”.

La segunda edición de esta serie recupera el nombre de Mayoría y promociona desde la tapa un reportaje a Monseñor Plaza y otro a Andrés Framini. Para el director, “la democracia liberal debe demostrar que para sobrevivir tiene otras alternativas fuera de la dictadura y el fraude”. En congruencia con esta línea, la nota política plantea que la “concurrencia del justicialismo a los comicios de marzo depende, en definitiva, de la decisión de las Fuerzas Armadas”. En el reportaje a Plaza, éste aboga por la legalización del partido mayoritario: “he dicho al presidente que, si el peronismo se organiza de acuerdo con la ley, debe autorizarse su concurrencia”. Framini declara: “Con la represión no se podrá impedir el avance sindical”. Sánchez Sorondo responde a la encuesta: “el problema del peronismo no es el de su ‘legalidad’ como partido, sino el de su destino como movimiento y en este sentido su problema es el problema nacional” (Mayoría, Edición de Emergencia, 2, 26-10-1959). La situación de emergencia editorial no impide que se desarrolle una amplia cobertura de la problemática rural asociada a las reuniones y proclamas de la Federación Agraria o la reaparición de la serie sobre la historia de la Revolución Libertadora cuyo cuarto capítulo se centra en los acontecimientos militares de Córdoba. Jauretche en su espacio escribe sobre “Las ‘señoras gordas’, los ‘señoros’ y el monseñor”. Como viene siendo habitual el “Cuento del 45” se llama “El dirigente y el bicho” (Mayoría, Edición de Emergencia, 2, 26-10-1959: 16-17 y 31).

De modo más espaciado, la tercera edición de emergencia aparece el 15 de noviembre y ya no lleva el nombre de Mayoría (Edición de Emergencia, 3, 15-11-1959). Encabeza la tapa un anuncio espectacular: “Damonte Taborda da la pista para encontrar el cadáver de Eva Perón”, acompañado de una foto del dirigente político sonriente y sin disimulo respecto a la búsqueda de efecto de parecido al exiliado líder del peronismo. El editorial se pregunta: “¿El gobierno fuera de la ley?” y en la bajada responden: “Al poner fuera de la ley al partido nacional mayoritario, el gobierno quiebra el orden institucional y se coloca él mismo fuera de la ley” (Edición de Emergencia, 3, 15-11-1959: 3). Acusan a Vítolo de usar la “dialéctica ‘libertadora’ del fraude electoral que el frondicismo pretende consumar”. Insertan reclamos agrarios de la FAA. La encuesta sobre el peronismo es respondida por Alfredo Palacio quien se niega a legalizar un partido que lleve un nombre propio, aunque habilita que los ciudadanos se organicen libremente en un partido impersonal con la designación que deseen. En entrevista de Mayoría, Enrique Osella Muñoz, vicepresidente primero de la Junta Nacional del Partido Justicialista, frente a la posible determinación de la “ilegalidad del peronismo” especula con que el Congreso y la justicia puedan impedir “que se consume el escandaloso fraude que implica la proscripción del peronismo reclamada por el presidente Frondizi”. En el ámbito gremial reclaman la liberación de dirigentes y el cese de intervenciones sindicales.

Por lo demás, continúa la serie sobre la Revolución Libertadora a la vez que sostienen su presencia los emergentes escritores nacionales populares, tanto el prolífico y mordaz Arturo Jauretche como el ya desaparecido, pero primer ocupante de un lugar de privilegio en dicho panteón, Raúl Scalabrini Ortiz. El primero continua con sus ingeniosos y provocativos ensayos: “Klappenbach vs. Orgaz: el juez y la Corte en el mismo pozo”, a la vez que reproduce uno de sus cuentos, “El pescado que se ahogó en el agua”, de la serie clandestina de su exilio montevideano. El segundo ha sido objeto de un homenaje publicado por el Seminario de Estudios Sociales animado por Trípoli que lleva por título “Ser Nacional” y que recoge intervenciones realizadas en su oportunidad por Eguren, Rosa, Chávez, Solnié, etcétera, acontecimiento que es recuperado en las páginas de Mayoría por Luis Soler Cañas (Edición de Emergencia, 3, 15-11-1959).

La cuarta edición de emergencia, el 23 de noviembre, lleva en tapa nada menos que la foto del gran exiliado en posición de escritura, y la proclama de una especie no espectacular que la que refería a la ubicación del cadáver de Eva. “Perón ha resuelto volver a su patria”. Estos dos tipos de noticias serán en lo sucesivo frecuentes inclusive en la prensa sensacionalista habida cuenta de su capacidad de llamar la atención del público, y para Mayoría constituían en la época, seguramente, fuertes instancias de interpelación emocional dirigidas a las masas peronistas. Más reflexivos, en nota interior plantean si 1960 será decisivo para la historia nacional como lo fueron 1943, 1945 y 1955. La espectacularidad del anuncio de tapa se explica en el interior de la edición como resultado de la nueva proscripción ante lo cual Perón habría retirado su “renunciamiento” (versión que, como hemos visto, Mayoría había difundido en el pasado inmediato) y estaría, como se anunciaba, “decidido a volver al país” (Edición de Emergencia, 4, 23-11-1959).

La inclusión de tapas y noticias de alto impacto no implica desatender otros frentes, como el gremial, en el que haciéndose eco de los reclamos de las orientaciones peronistas se denuncia fraude en la Unión Ferroviaria. No dejan de tener continuidad, tampoco, las notas sobre la Revolución Libertadora cuyo sexto capítulo destaca la actuación de los “rebeldes de Cuyo”. Jauretche, en tanto, escribe “Los tilingos de la economía”. El “Cuento del 45”, en esta oportunidad, es “Derroche y austeridad”.

En la entrega de emergencia número 5 (30-11-1959) se ratifica que Perón volverá al país. En tapa aparece un símbolo de identidad peronista: el ex campeón olímpico y mundial de boxeo “Pascualito” Pérez, ganador en el exterior, pero de retaceado reconocimiento en el país.[24] El editorial, más reposado, pero quizá poco realista, invita a los partidos opositores a abstenerse para sentar una “leal convivencia democrática”. En la sección correspondiente acusan a Romualdi y “los 32” de estar contra el sindicalismo nacional unido[25] a la vez que siguen reclamando por la libertad de los presos gremiales. Aparece también una nueva nota sobre la historia de la Revolución Libertadora, esta vez vinculada a las acciones marítimas.

La sexta entrega, editada bajo el significativo título de “con Perón” y “sin Perón”, destaca el triunfo del peronismo –en realidad, del voto en blanco– en Jujuy por 43% de los votos. En la nota política resaltan la figura de Osella Muñoz “quien llevó al peronismo a un éxito resonante bajo la consigna del voto en blanco”. Los perdedores identificados no son otros que Leloir y Mercante, a la sazón propiciadores del “peronismo sin Perón”. Como hemos expresado mucho más arriba, más de una vez, Mayoría había auspiciado el concurso político y electoral de Leloir y Bramuglia. Ahora, ya claramente definido el último presidente del partido peronista en favor del “peronismo sin Perón” y en ocasión del reconocimiento por parte del semanario respecto del insoslayable ascendiente del ex presidente –algo que ya había sido advertido y dicho en sus páginas, como también expresamos antes, por Oscar Albrieu, otro dirigente por momentos muy cortejado– Mayoría no podía sino constatar que semejante resultado electoral, que de momento barría con las expectativas neoperonistas, había acontecido “pese al prestigio de estas figuras” (Edición de Emergencia, 6, 7-12-1959). El editorial, en tanto, apunta a subsumir la interpretación de los hechos en un plano cultural y, por lo tanto, más abarcativo. Se trataba nada menos de que “El sistema liberal no supo crear aquí el espíritu de empresa y el orgullo nacional; sólo creó la sed inmoderada de riqueza”. Jauretche escribe “Los novios asépticos de la revolución” y da a conocer otro de los cuentos de la etapa clandestina del 45: “Los elefantes y los caballos”. El Seminario de Estudios Sociales convoca al Congreso de la Liberación Nacional a desarrollarse en el Sindicato de Trabajadores de la Alimentación con un extenso temario. En esta entrega recuperan a “Gonzalito”, campeón de box “cadáver” quien visita la redacción de Ediciones de Emergencia para lo cual posa frente a un afiche. De esa manera podemos recuperar para nosotros el contenido de la difusión callejera del semanario previo a la consulta política en la que preguntan “El Peronismo: ¿Debe ir o no a elecciones en marzo de 1960?” bajo la imagen de una manifestación de ese signo cruzada con el dilema “¿Paz social o guerra civil?”.

La séptima y última entrega “de emergencia” (14-12-1959) lleva a la tapa una imagen de presidiarios y la leyenda: “Por cinco años consecutivos ¿otra Navidad con presos políticos?”. La nota editorial no es menos terminante: “Vislúmbrase ya el fracaso del experimento liberal. El país no puede seguir más al servicio de la estancia y la usura”. En la sección gremial denuncian que la CGT sigue intervenida, tras cuatro años y la existencia de presos gremiales constituidos por el gobierno en “rehenes políticos”. Jauretche escribe sobre “¿Las izquierdas en lo nacional? Un síntoma auspicioso” a la vez que comienza a anunciarse la Colección La Siringa de Peña Lillo, con títulos de Ramos, Rey y Jauretche.

Mayoría propiamente dicha reaparece en el número 135 con una significativa pregunta que involucra un trascendido consistente con las primeras apuestas del semanario, aquellas previas al apoyo a la gestión frondicista. “¿Otro giro sensacional de la política argentina? Perón podría ordenar el voto positivo en marzo”. Junto con ello fotos de Perón, Albrieu, Molinari, Saadi y Bramuglia (Mayoría, 135, 21-12-1959). Al interior nota con fotos del festejo “navideño” de “los soldados de la Constitución y la ley” constituidos por los militares dados de baja por su lealtad con el gobierno de Perón: Fattigati, Iñiguez, Sánchez Toranzo, Renner, etcétera, con sus familiares en el centro tradicionalista El Rodeo de El Palomar. La nota editorial denuncia que una “red corruptora de traficantes internacionales está esquilmando el país”, y la sección gremial es terminante: “En 1959 el gobierno agravó la situación sindical y laboral”.

En la entrega 136 (28-12-1959) destacan las que consideran las cuatro figuras más destacadas de la política argentina de 1959: Monseñor Plaza (“dio el paso más sensacional para una conciliación Iglesia-obreros”), Perón (“el general Perón sigue siendo el eje alrededor del cual gira el quehacer político local”), Agustín Rodríguez Araya y el ministro Álvaro Alsogaray (“produjo la mayor conmoción dando presión al plan empobrecedor). El editorial vuelve sobre la misma lógica política que subsume en una de las constantes interpretativas del nacionalismo: “Con plan o sin plan, desde el gobierno la Revolución Libertadora empuja insensatamente a la clase trabajadora hacia el comunismo”. En la nota política, no hay margen: “Ni integracionsimo positivo ni integracionismo negativo: jaque mate”. Destacan que Jauretche saca el libro Política Nacional y Revisionismo Histórico, realizándole un reportaje. El volumen de la publicación, no obstante, se reduce, y las secciones habituales tienden a aparecer alternadamente.

La semana siguiente ofrecen una cobertura de tapa a la guerrilla de Uturuncos. El título es inesperadamente contundente: “El Uturunco, símbolo y advertencia de que el espíritu de la montonera puede resurgir en defensa de la patria contra los doctores del Puerto” (Mayoría, 137, 4-1-1960). “Cuando se impide la actividad legal se abren los caminos de la insurrección”, declaran sin ambages. En la sección gremial campea un tono crítico: “Dando a unos y negando a otro se intenta destruir al sindicalismo nacional”. En esta entrega aparece una nota de Fernando García Della Costa sobre Bolivia, y la última nota sobre la historia de la Revolución Libertadora. Jauretche escribe una columna que no está identificada por su espacio habitual: “La Argentina, otra vez sin política nacional y condenada a una áurea mediocridad histórica”.

 

En el número 140 (25-1-1960) realizan una entrevista exclusiva al “Comandante Uturunco en un lugar de la Argentina”. Para evitar la clausura y sanciones aparece formalmente otro director, Fernando García Della Costa, una figura con importantes antecedentes en el nacionalismo y en el peronismo (Pulfer, 2019b). El 9 de febrero, de todos modos, es detenido el responsable de la revista, Tulio Jacovella.

En la entrega número 144 Della Costa sostiene la publicación llamando a votar en blanco en las elecciones de marzo (Mayoría, 144, 22-2-1960). Repite el lema utilizado en Mendoza: “rompa las cadenas… con que se ha vuelto a oprimir a la patria… que privan de su libertad a miles de argentinos honestos… con que el imperialismo quiere hacernos optar otra vez por cualquier de los mercaderes que, con diferente divisa, simulan la farsa de una democracia que no sienten”.

El 7 de marzo de 1960 (Mayoría, 146, 7-3-1960), Mayoría directamente coloca en tapa la foto del líder exiliado y anuncia: “Marzo será la tumba del régimen”. Finalmente, ese mes, Mayoría es clausurada por la entrevista al líder del movimiento guerrillero Uturuncos.

 

Conclusiones provisorias

En la narración que hemos realizado se vislumbran distintas etapas en el posicionamiento político de los responsables de la edición de Mayoría. El primer momento en el que intentan instalarse comercialmente, en modo “independiente”, con una “amplia perspectiva” fracasa por las medidas restrictivas del gobierno militar. Ello lleva a otro momento de enfrentamiento en el que desfilan las denuncias por los fusilamientos en la pluma de Walsh, las denuncias respecto de la existencia de presos políticos y sobre las restricciones a la actividad sindical. Ese posicionamiento lo acerca al público peronista y de esa forma llaman a abstenerse o votar en blanco o a candidatos contrarios al gobierno. En la coyuntura política de las elecciones nacionales terminan sumándose a las órdenes de Caracas, que coincidían con las que venían sosteniendo y ese impulso los lleva a apoyar a Frondizi en un largo período que llega hasta octubre de 1959. En ese tramo se incluye las denuncias del Caso Satanowsky. En ese momento comienza una política de crítica y confrontación promoviendo la legalización del peronismo como eje central. En el marco de un decidido paso a la máxima tensión entre la libertad de prensa y la deteriorada administración nacional, se coloca en tapa y se ensalza la actitud de los insurrectos Uturuncos, provocando la clausura definitiva.

Hemos pasado revista, pues, a uno de los medios más importantes para la reconstrucción de la época que siguió a la caída del peronismo. Entre la idea de un medio de interés general que hemos esbozado en el acápite de rasgos del semanario y su evidente vocación política, a mitad de camino quizá entre los grandes semanarios de su época y la prensa política más identificada con el peronismo, Mayoría forma parte de un capítulo importante de la historia de la prensa, y, del modo en que hemos apuntado, su registro aporta a la historia política argentina y del peronismo en particular en sus años más difíciles.[26] Fue, además, en su época, uno de los medios que sufrió toda clase de cortapisas a su accionar, como intentamos mostrar en el punto correspondiente.

Con su trabajosa trayectoria el semanario fue un vector de información para los peronistas y, en más de una ocasión, procuró influir en las decisiones del movimiento proscripto. Más allá del resultado concreto de esta voluntad manifiesta, así como fue considerado por los contemporáneos del agitado tiempo político en el que intervino, fue tenido en cuenta por la conducción peronista.

En el plan de acción enviado a Perón el 28 de agosto de 1957, tras lo que entendieron como un resonante triunfo en las elecciones a convencionales, Cooke resumía la situación y proponía un amplio repertorio de iniciativas en todos los planos. No faltaba el tratamiento de la prensa periódica, canal vital de transmisión de posiciones en el agitado tiempo político que conducía a las elecciones generales. En ese extenso documento refiere a Mayoría: “Director: Tulio Jacobella (sic). Comenzó siendo un semanario político comercial de picoteo. Apoyaba como figura central a Bramuglia. Con la publicación de la crónica Operación Masacre de Walsh, sobre los asesinatos de León Suárez y los números de homenajes a los fusilados del 9 de junio alcanzó un estruendoso éxito de tiraje, y, por razones más comerciales que de convicciones, comenzó a coquetear con el peronismo de la línea blanda. Bramuglia, San Millán y Leloir, son los caballitos de batalla de Mayoría. Actualmente y gracias a violentas presiones que sobre él he ejercido, conseguí que descongelara ‘el nombre de Perón’” (carta de Cooke a Perón, 28-8-1957, en Perón y Cooke, 2008, III: 287).

En otra carta, ahora del mes de noviembre, Cooke habla de la prensa cercana sin mencionar a Mayoría, que, como hemos visto nosotros, para la época propiciaba una opción encabezada por Leloir, rival del representante de Perón (Carta de Cooke a Perón, 14-11-1957, en Perón y Cooke, 2008, III: 333). Como también hemos tenido oportunidad de ver en esta nota, la atención fue luego, en otro contexto, de Mayoría hacia Cooke, y más adelante los acercamientos con el peronismo fueron crecientes.

La secuencia sería entonces la siguiente: para las elecciones del 23 de febrero de 1958, aunque por caminos y razones diferenciadas, coincidieron con las decisiones emergentes del “Pacto”. Apoyaron entonces la fórmula de Frondizi y durante bastante tiempo su gestión de gobierno, no sin recibir contraprestaciones materiales por ese gesto. La ruptura con el gobierno se produce en octubre de 1959 (meses después de que el peronismo denunciara unilateralmente “el Pacto”). Ello conduce a la confrontación directa en los meses iniciales del año 1960 en los que se hacen eco de las primeras acciones de la guerrilla insurreccional alentada desde diversos sectores de la “resistencia”, en el abanico que iba de los grupos que se enlistaban en torno al Seminario de Estudios Sociales Scalabrini Ortiz del que dimos cuenta en estas páginas, a los surgidos en territorios como a los asociados a Cooke.

Las referencias a una Mayoría, presente en primer lugar en la denominación del semanario, vuelven una y otra vez en el foco de una multitud hecha gráfica en las páginas de un medio que, como tantos, pero quizá con más tesón, intentó resolver aquello que tantas ambigüedades había generado a los nacionalistas en tiempos recientes, esto es, el vínculo con un amplio sector que pese a la proscripción no dejaba de ser protagonista y que los Jacovella veían como sujeto de una política de masas. Con todas las ambigüedades y oscilaciones del caso esto apareció una y otra vez en las páginas del semanario, desde su número inicial hasta las tres o cuatro recurrencias que están presentes en este texto.

 

Bibliografía

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Pulfer D (2019a): “Polémica sobre ‘Artes y letras en tiempos de Perón’ en el semanario Mayoría”. Buenos Aires, Peronlibros. www.peronlibros.com.ar/sites/default/files/pdfs/artes_y_letras_bajo_peron_en_mayoria.pdf

Pulfer D (2019b): Notas sobre la trayectoria de Fernando García Della Costa. Buenos Aires, Peronlibros. http://peronlibros.com.ar/content/pulfer-dario-notas-sobre-la-trayectoria-de-fernando-garcia-della-costa#12088_pdfs.

Spinelli ME (1995): “La Biblia de la política. La Revista Qué sucedió en 7 días y el frondizismo 1955-1958”. Historia de las Revistas Argentinas. Buenos Aires, Asociación de Editores de Revistas.

Spinelli ME (2007): “Las Revistas Qué sucedió en 7 días y Mayoría. El enfrentamiento en el antiperonismo durante los primeros años del frondizismo”. En Prensa y peronismo. Discursos, prácticas, empresas 1943-1958. Rosario, Prohistoria.

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[1] Mayoría en sus primeros números contó con 32 páginas. Azul y Blanco era tamaño tabloide y llegaba a 8 páginas.

[2] Mayoría, enero de 1959. Nota al equipo de redacción con fotos de cada uno de ellos.

[3] Por ejemplo, en el número 3, 27-4-1957: 2.

[4] En un acápite posterior trabajamos sobre la mirada de Mayoría acerca del peronismo en base a esta sección y las notas editoriales. Esta revista resulta importante para la reconstrucción de la historia del peronismo no solo por el lugar que le otorga en el escenario político, sino porque resulta un medio que navega en las mismas aguas que Qué, apenas por debajo de su calidad y duración, y por encima de Azul y Blanco. Mayoría dice más sobre el peronismo y también ofrece información y elementos de juicio diferentes porque es más activa en la construcción de esa información. Se trata, entonces, de una fuente de superior calidad para la historia política del período y del peronismo en particular. Su uso implica un riesgo, similar al del trabajo sobre otros medios, para nosotros, fuentes, como Primera Plana para los años 60: la voz del historiador puede ser cooptada, superponiéndose para terminar identificándose con la de los cronistas o analistas políticos a partir del uso indiscriminado de rótulos o categorías clasificatorias Es más frecuente que esto ocurra con medios sofisticados que mantienen el formato y la ambición de responder a una perspectiva general y a la vez variada de cuanto acontece en la historia que en la prensa declaradamente partidaria o identitaria que hemos tratado por lo general aquí. En estas últimas ocasiones, por el contrario, la eventual simpatía por quienes en circunstancias de extrema adversidad lucharon por dar a conocer sus ideas no suele conspirar, creemos, con la hermenéutica que esas mismas fuentes nos proponen.

[5] Nueva Política y Nuevo Orden, por ejemplo.

[6] Se alternan Jorge Funes y Antonio Grau.

[7] Por ejemplo: “El proyecto de ley universitaria de los rectores sólo tiende a crear un Estado –de tipo soviético o bien trotskista– dentro del Estado Argentino” (Mayoría, 78, 6-10-1958: 21). “Bajo el pendón reformista, bandas de intelectuales incultos y semicultos han esterilizado las aulas universitarias y agravado la crisis de la Nación” (Mayoría, 95, 12-2-1959: 14).

[8] Escritor de origen obrero que había escrito Carne de fábrica en los 30, Pobres habrá siempre en los 40 y se había desempeñado como director de la Comisión de Bibliotecas Populares de la República Argentina bajo el peronismo (Korn, 2016).

[9] Mayoría (26-2-1959) daba a conocer estas noticias que también circularon en otros medios.

[10] Significativamente hablaba de “Partido” y no de movimiento peronista o de peronismo.

[11] Conversación telefónica con Carlos Campos, realizada el 10-8-2019.

[12] Esos comienzos son los señalados también por Spinelli (2007: 229).

[13] Es el más analizado por Spinelli (2007: 231).

[14] Tulio anota: “Reaparecimos con Mayoría, revista semanal, en 1957, asumiendo la riesgosa función de fiscales de la República amenazada de disolución. Fuimos, también, clausurados, encarcelados y desterrados” (Jacovella y Jacovella, 1990: 6). En página 7 Bruno escribe: “a principios de 1957, su fundador y director concibió la idea de fundar otro semanario, ya más político que cultural y de actualidad, bajo el nombre de Mayoría, cuya base doctrinaria habría de tener mayor profundidad histórica: concretamente, social-nacionalista, o federal, injertándola así en la línea de los grandes caudillos regionales y nacionales, cuya cabeza vino a ser Juan Manuel de Rosas, el gobernador de Buenos Aires”.

[15] Otra interpretación: “El término ‘mayoría’ implica siempre el fragmento mayor de un universo opuesto a un fragmento menor, la minoría. Aquí supone, por un lado, un flechaje hacia la noción genérica que lo asocia a la historia de las sociedades democráticas. Pero, al mismo tiempo, en el plano local, la autodesignación de la revista con ese nombre en circunstancias de proscripción del mayor movimiento popular argentino (el peronismo), era una declaración del medio respecto de su ubicación en el arco político. ‘Mayoría’ es, en este sentido, un colectivo de identificación, que desmarca al medio de la pretendida neutralidad postulada por los nombres de otras publicaciones periódicas del mismo tipo (como Panorama o Qué pasó en siete días)” (Vasallo, 2009).

[16] Díaz (2003: 11) habla de una mutación de un mensaje “conciliador” a otro “mucho más combativo” por efecto de los acontecimientos políticos.

[17] Entre ambos habían publicado una antología de poesía lírica en el año 1953 y conducían el suplemento de crítica literaria de Dinámica Social, frecuentándose desde inicios de la década del 50.

[18] Próspero Germán Fernández Alvariño fue un miembro de los comandos civiles, con la “Revolución Libertadora” se vinculó a la Policía Federal, intervino en la exhumación del cadáver de Juan Duarte, hermano de Eva Perón y en las investigaciones sobre lo que en su oportunidad se considerara una muerte por suicidio. Varios testimonios refieren a la utilización de la cabeza del cadáver de quien fuera cuñado del presidente Perón en el amilanamiento de los prisioneros peronistas.

[19] Ex ministro de comunicaciones de Perón, fallecido en el penal de Las Heras cuando sufría cautiverio en tiempos de la “Revolución Libertadora”.

[21] Según Carman (2015: 434), “En esos meses recibe por primera vez propaganda oficial (Aerolíneas Argentinas), y a su vez mantiene una posición expectante ante el nuevo gobierno, incluso evitando críticas y defendiendo algunas políticas públicas”.

[22] Uno de los principales aportes de Walsh fue identificar, a partir de su investigación del caso, los antecedentes delictivos de las personas que el general Quaranta había convocado para integrar la SIDE y que fueron autoras del asesinato.

[23] Los subtítulos de la presentación en tapa y de la nota en páginas interiores son los siguientes: “¿Votará por el comunismo la masa peronista, en su desesperación por hallar una salida cualquiera?”; “Que no se equivoquen los Sabios de Sion: en tren de desperonizar al país entronizaran al comunismo”.

[24] El boxeador mendocino había cultivado una importante relación con Juan Domingo Perón durante su presidencia y compartido muchos momentos en el exilio caribeño luego, cuando también él tuvo problemas por su condición de peronista. Parte de su estigmatización sobrevino como consecuencia de haber recibido durante el peronismo algunos muebles donados al deportista por la Fundación Eva Perón, así como, luego, un automóvil originalmente obsequiado por el gobierno español a Eva Duarte.

[25] Se refieren a Serafino Romualdi y a los “32 gremios democráticos”: la mayoría de sus dirigentes tenían filiaciones netamente antiperonistas y habían tenido un rol significativo en consonancia con la política de la Revolución Libertadora.

[26] Tema del que nos ocuparemos con el debido detalle en la próxima entrega.

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