Llegar al mar

El agua caliente salió de la pava, golpeó la yerba y el pulmoncito verde del mate empezó a hincharse. Mis labios sintieron el metal de la bombilla, el agua subió y el sabor amargo me reconfortó. Era un sábado de octubre, temprano por la mañana. Tomé uno, dos mates más y salí a la calle….

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