El trabajador como sujeto político del peronismo: ¿actualidad o anacronismo?

“No existe para el Peronismo más que una sola clase de hombres: los que trabajan”. La frase, contundente como el resto de las 20 verdades peronistas, fue expresada por Juan Domingo Perón el 17 de octubre de 1950. El máximo referente del Movimiento Justicialista determinó fehacientemente su sujeto político: es el trabajador a quien le habla. Esta decisión, que ya transitó más de siete décadas y se mantiene vigente en el discurso político del universo panperonista actual, no fue azarosa ni infundada. La sociedad argentina, históricamente atravesada por corrientes migratorias y altamente atomizada por diferentes identidades culturales, no encontraba grandes puntos de cohesión social, salvo una jerarquía igualitaria ante la diversidad: la categoría universal de trabajador.El mundo laboral unificaba así al descendiente de italianos que trabajaba en una industria metalúrgica del conurbano con el autóctono de Tucumán que se desempeñaba en un ingenio azucarero.

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Desafíos de la unidad del Peronismo

Hace años que el Peronismo viene sufriendo un proceso de fragmentación y división. No se encontraba unido en el año 2011 –cuando hubo tres candidatos peronistas[i]a la Presidencia en las elecciones generales de octubre de ese año–, pero el sector triunfante en aquella contienda electoraldemostró que tenía clara hegemonía sobre el resto del Movimiento.Esta situación empezó a modificarse a partir de 2012, con la ruptura con un importante sector del movimiento obrero organizado, y se profundizó en 2013, cuando un grupo de intendentes peronistas del conurbano bonaerense y algunos del interior de la provincia conformaron un frente político alejado del Frente para la Victoria y apoyaron la candidatura a diputado nacional del intendente de Tigre (ex jefe de Gabinete), quien empezó a marcar diferencias pronunciadas con la conducción del Movimiento y obtuvo un resonante triunfo electoral en el principal distrito.Ese proceso de fragmentación no se logró detener antes de la elección presidencial de 2015 y su resultado fue nefasto: la derrota ante Cambiemos y la pérdida del gobierno nacional luego de casi 14 años.

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De qué hablamos cuando hablamos de unidad

“Perón diferenciaba tres niveles para [la] unidad de concepción: la doctrina, que es el conjunto básico de valores que un movimiento impulsa; la teoría, que son los mecanismos de selección y capacitación de dirigentes, y los que asume la organización para tomar decisiones colectivas; y las formas de ejecución, que indican las líneas políticas principales de cada área de gobierno. Para que haya unidad se requiere que haya acuerdo en todas y cada una de estas dimensiones. El ideal de unidad peronista, por tanto, no debe dar lugar a melancolías, sino a un esfuerzo por superar aquello que la obstaculiza: el vacío doctrinario. Explicitar la doctrina también servirá para establecer los límites que indiquen claramente aquello que el peronismo excluye, por ejemplo, cualquier forma de reivindicación de las últimas dictaduras militares.Por eso, la solución, una vez más, es la política, que no consiste en convencernos de que tenemos razón hablando sólo con quienes ya piensan igual que nosotros, sino en debatir con quienes –a pesar de las diferencias– compartimos una base política común. Perón decía que «el motor impulsivo de la organización peronista debe ser la persuasión».(Antonio Cafiero, 2010)

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